Por: Alirio Liscano
Nada más oportuno que este tema ante la reunión del G-77 + CHINA en La Habana. Ahí lo tenemos, en instantánea formidable desde Guatemala, contra el vencedor Bernardo Arévalo y su Movimiento «Semilla». Ocurre que un «Registrador de Ciudadanos», función importante, por algún detalle «impropio» del proceso electoral culminado, con apoyo de la Fiscalía General, procedió «legalmente» en contra, causa por la cual el Poder Legislativo dominado por la derecha guatemalteca, no reconoce al ganador y su partido y le niega presencia en la Mesa Directiva y las Comisiones de Trabajo de la Cámara, lo que ignora los resultados del domingo y de hecho «disuelve» a la emergente corriente progresista, ausente de los ámbitos regionales desde 1945 cuando el Presidente Juan José Arévalo, padre de Bernardo, desató las furias de John Foster Dulles, Allen Dulles, la CIA y la United Fruit Company, en un complot que concluyó en tragedia en 1954 con la invasión del traidor Carlos Castillo Armas y la caída del carismático líder militar Jacobo Arbenz.
Este es el «lawfare» imperial-oligárquico que les sirve «para todo» y con «puntería más certera,» para que un funcionario (Fiscal, Juez, Notario o Registrador), burle la soberanía popular.
Por suerte, el Tribunal Superior Electoral decretó la «suspensión» de la medida que parecía un «inocente» detalle legal. Si quieren más, miren al Perú, donde con «modus operandi» similar el presidente electo Pedro Castillo «está preso», la presidenta nombrada por el Congreso Dina Boluarte ya lleva «70 asesinatos» callejeros y como postre fatal: El Ejército de EEUU «desembarcó» en el país andino, ratificando que es «amo del Continente y propietario del litio» que está ahí en la frontera de Argentina, Bolivia, Chile y Perú, «triángulo» que es de 4 lados aunque según Laura Richardson «es de Estados Unidos». Y si falta algo, miremos hacia el «país continente» que es Brasil, dónde en 2015, cinco (5) oscuros representantes congresales atizados por un tal Álvaro Cunha (esta «cuña» tenía cianuro), arrebató el poder a Dilma Rousseff que lo había ganado con apenas «56 millones de votos», arguyendo el extravío contable de una orden a favor de fulano, «delito que nunca fue probado» y que dando tumbos en abstrusa deriva retrógrada, llegó hasta la reclusión de Lula en Curitiba así excluido de la batalla presidencial, no sin que superara un mal que amenazó su vida. Y la actual «guerra híbrida», aplicándonos «todas las formas de lucha», sólo es la frustración de los «think thanks» imperialistas, en caída política, geopolítica, de ideas y pensamiento, lo que les asegura la derrota. La presidenta Xiomara Castro, en 2009, cuando con Chávez (y el Canciller Maduro), combatíamos el derrocamiento de Zelaya dijo: «Nos tienen miedo porque no tenemos miedo». Y rescato ahora la voz de nuestro hermano y camarada Jorge Rodríguez padre: «Perseveraremos. No nos derrotarán. Venceremos». AL.