¿Tiene o no derecho una Revolución a defenderse?
Desde el 24 de agosto las señales colombianas RCN y Caracol TV, por orden del gobierno no están disponibles en los sistemas de cable en Venezuela. Una cantidad de demócratas escandalizados redoblaron acusaciones contra el presidente Nicolás Maduro. Y confirmaron a partir de este hecho sus convicciones previas de que en Venezuela hay una dictadura.
Esas mismas personalidades democráticas no se oyeron horas antes, cuando ambas cadenas propagaron declaraciones del ex presidente de Coca Cola y de México, Vicente Fox, quien leyó un texto sin dobleces: “Venezuela será libre muy próximamente. Y ese dictador sale por su renuncia o sale con sus patas por delante, en un cajón”.
Entusiasmado con el guion que algún diligente asesor le escribió en inglés, Fox continuó: “Venezuela es una amenaza para América Latina y todos debemos tomar medidas para que esto no suceda en nuestros países y no sean destruidos por falsos profetas”. Hablaba en Barranquilla, Colombia, en un Foro organizado por la Universidad Autónoma del Caribe.
Los canales en manos de la tradicional oligarquía colombiana reprodujeron las expresiones de tan insigne pensador. RCN agregó una contribución voluntaria a través de un zócalo resaltado durante la intervención: “Dictador Maduro: Renuncia o morirás”.
Esto es apenas un pequeño ejemplo de la labor desarrollada sistemática y permanentemente, por estos medios televisivos.
¿Libertad de prensa? A ello aluden Malinche Almagro, secretario del Consejo de Indias bautizado OEA y no pocos periodistas del hemisferio, para condenar la decisión del gobierno bolivariano de Venezuela. Están acompañados, hay que decirlo, por comentaristas hasta no hace mucho identificados -incluso como funcionarios- de la Revolución Bolivariana.
¿Tiene o no derecho una Revolución a defenderse? No hay dos respuestas para quien crea en la necesidad imperiosa de transformar una sociedad enajenada, inhumana, antinatural al punto de destruir el ecosistema en que vive.
Si algo se puede criticar a la generosa Revolución Bolivariana es que no haya clausurado antes, mucho antes, estos y otros medios que promueven la violencia, el sabotaje, la mentira, el odio enajenado de quien quede envuelto en sus argucias.
Quienes se rasgan las vestiduras por la decisión al fin adoptada, no aluden a la absoluta ausencia de libertad de expresión en los países capitalistas supuestamente democráticos. En Argentina, por ejemplo, no hay un solo canal o radio comerciales donde tenga cabida una voz disidente, dispuesta a enfrentar la desaforada campaña de tergiversación, ocultamiento y mentira contra Venezuela. No hay lugar para nadie que no comience por condenar a Maduro y clamar por la supuesta democracia propugnada por confesos fascistas de la oposición. No existe el más mínimo espacio para la reflexión objetiva y el debate civilizado. Los medios son vehículos de la barbarie. Tanto en Argentina como en el conjunto de países cuyos gobiernos propugnan el derrocamiento del gobierno revolucionario.
Por estas mismas horas la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, aunada con el conjunto del pueblo revolucionario, se apronta para repeler la amenaza de una invasión militar que con certeza tendría su punto de partida en Colombia. Esta prensa es la avanzada de la agresión en curso.
Sí que tiene derecho a defenderse una Revolución. Frente a los mercenarios con armas o medios de prensa. ¡Callen los fariseos! ¡Desaten su lengua hombres y mujeres limpios de espíritu y con sentido de justicia! ¡Basta de hipócritas usufructuarios de la inexistente democracia burguesa!