El Gobierno italiano tiene muchos problemas que debería abordar, considerando la orientación neoliberal y belicista que lo guía, y las numerosas protestas que suscita: desde trabajadores a agricultores; de estudiantes a internacionalistas solidarios con el pueblo palestino, víctima de un genocidio financiado también por las armas vendidas por el gobierno de Meloni a Netanyahu. Sin embargo, el Senado italiano se ha tomado el tiempo para organizar una videoconferencia contra la revolución bolivariana, en su vigésimo quinto cumpleaños: la Comisión de Asuntos Exteriores y de Defensa invitó a la exdiputada ─de extrema derecha─ María Corina Machado, inhabilitada para ejercer cargos públicos por ser acusada de diversos delitos, que insiste en presentarse como candidata a la presidencia; ─a pesar de la negativa reiterada por parte del Tribunal Supremo de Justicia─.
Machado ha pedido apoyo al gobierno italiano, con el que no le faltan afinidades ideológicas y programáticas; reforzada por el apoyo expresado por Estados Unidos, que ha manifestado su intención de retomar la aplicación de medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela; atenuadas tras el diálogo entre el Gobierno bolivariano y la oposición. Un soporte que, todavía, no parece tan absoluto. Según las declaraciones de Oscar Schemel, director de la encuestadora Hinterlaces: la Casa Blanca estaría descontenta por la “intransigencia” de Machado, “obsesionada por ser presidenta”, y estaría dispuesta a «sacrificar» a la líder opositora, para no perder el suministro de petróleo y otros recursos de Venezuela.
Seguro es, por el contrario, el respaldo recibido por otros exponentes de la extrema derecha; cuyos programas de Machado son similares. Y son ciertas las declaraciones del Reino Unido, feliz de seguir perpetrando el robo de oro venezolano. El mensaje es claro: las instituciones venezolanas, resultado del voto popular, no son representativas. Los candidatos los deciden Estados Unidos y la Unión Europea. Porque, como dijo Kissinger, tras la victoria del socialista Allende en Chile: «no podemos permitir que el país se vaya a los comunistas sólo porque el pueblo se equivocó».
La injerencia solicitada al Senado italiano por la candidata trumpista, será la primera de una nueva serie que pretende implicar al Parlamento Europeo; sobre cuya orientación pesa la fuerza del bloque conservador.
Sin temor al ridículo, Machado fue presentada como “activista de derechos humanos”. Ante toda evidencia, los derechos de la oligarquía, debemos decir: porque la evidencia radica en la violación sistemática de los derechos del pueblo venezolano, perpetrada con asesinatos y devastación durante los diversos llamados a derrocar violentamente al gobierno legítimo de Venezuela; y radica en el lanzamiento de esas terribles bombas silenciosas que constituyen las «sanciones«, que Machado se enorgullece de pedir a sus amos de USA y de la UE, y que han causado a los venezolanos los sufrimientos tan «democráticamente» enumerados por la Comisión..
Pero, el proatlantismo radical siempre ha tenido un gran éxito en Italia, un país bajo el paraguas de la OTAN, cada vez más caracterizado por ser un portaaviones de Estados Unidos contra los pueblos del Sur. Y, de hecho, Machado fue acogida confidencialmente, ya que ─dijo la presidenta de la Comisión─ «Corina tiene muchos amigos en esta comisión«.
Desde el golpe contra Chávez, hasta la violencia callejera; desde los intentos de matar al presidente Maduro, hasta el de deslegitimarlo «reconociendo» como “presidente interino» a un ladrón autoproclamado, que nadie había elegido, la derecha venezolana radical goza desde hace tiempo de apoyo «bipartidista» en Italia.
Entre esos 2 millones de venezolanos de origen italiano, citados por la Comisión como prueba del gran interés mostrado por el Senado hacia la “querida Corina”, hay muchos que han hecho fortuna en Venezuela, y la utilizan para financiar la desestabilización del país.
Por ejemplo, al frente de la banda que, durante las violentas protestas desatadas por Machado y sus compinches en 2017, quemaron vivo al ambulante de veinte años Orlando Figuera, sólo por vestir una camiseta roja; estaba un italiano que huyó a España.
En Italia y España, varios prófugos de la justicia venezolana transitan, o residen, en lujosas habitaciones; amparados por la benevolencia de los medios de comunicación, que les permiten emitir proclamas que serían consideradas delitos graves en las democracias occidentales.
Sólo que, para los países del sur que han optado por liberarse de la protección neocolonial, como Venezuela, se aplican las leyes contrarias: los golpistas son «defensores de los derechos humanos» y el gobierno elegido repetidamente en 25 años por la mayoría de los ciudadanos se define «dictadura».
Y no se puede pensar que las instituciones europeas no sepan a quién apoyan y financian. Machado nunca ha ocultado su modelo de país, confirmado recientemente por el entusiasmo con el que acogió los planes del «loco de la motosierra» que ahora gobierna a Argentina; y asfixia a las clases populares.
Incluso en Estados Unidos se investigan los robos, cometidos por sus compinches, de miles de millones de préstamos concedidos. Y las investigaciones que demuestran su implicación en el uso de mercenarios para matar al presidente legítimo e incendiar el país son sólidas y reconocidas internacionalmente. Incluso, tales verdaderas operaciones de piratería internacional para robar los recursos del pueblo venezolano no son ningún misterio.
Sin embargo, con gran diligencia, la Comisión del Senado pregunta a la «querida Corina»: ¿qué podemos hacer? ¿Qué más pueden hacer para impedir el desarrollo de un país que, antes de las «sanciones» mortales, había alcanzado los Objetivos del Milenio de la FAO en la mitad del tiempo y que tenía los salarios más altos de América Latina? Porque el objetivo es siempre el mismo: demostrar que no hay alternativas al capitalismo y que toda forma de socialismo ha fracasado.
Machado lo dice: “Junto con Cuba y Nicaragua, esta peligrosa regresión refleja una teoría del socialismo aplicado. Primero con Chávez y ahora con este régimen de Maduro«.
Un punto en el que la derecha italiana y europea no puede sino estar de acuerdo y, de hecho, también en esta ocasión lo demuestra. Una de las mistificaciones más descaradas de la «querida Corina» es la de haber retomado, palabra por palabra, los argumentos expresados, y con otra verdad y peso, por los representantes del gobierno bolivariano; quienes en una reciente rueda de prensa, señalaron que en la actual crisis energética; Venezuela puede ser un sólido punto de equilibrio: siempre y cuando se le permita crecer y desarrollarse libremente.
Sin embargo, Machado utiliza esas palabras con un significado completamente diferente: porque el «punto de equilibrio», para la extrema derecha, consistiría en devolver los recursos a sus amos norteamericanos y europeos. El equilibrio del «loco de la motosierra», en definitiva.
Por ello, la «querida Corina» (a quien en Venezuela se le llama «María la loca») pidió repetir también la actuación en otros parlamentos europeos y esperó que todos los gobiernos se pronuncien a su favor. Solicitud aprobada entre aplausos.
Y es que, tal vez sintiéndose «autorizados» por este nuevo ataque institucional a la revolución bolivariana, algunos vándalos saquearon el busto de Bolívar en Montesacro, recibiendo una ola de indignación en las redes sociales.