En un movimiento histórico que ha generado reacciones en todo el país, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, envió este jueves una iniciativa para reformar la Constitución y blindar la soberanía nacional frente a cualquier tipo de intervención extranjera. Con un mensaje firme y claro, la mandataria dejó en evidencia que México no tolerará injerencias, intromisiones o actos que atenten contra su independencia y soberanía.
«Enviamos una reforma constitucional para fortalecer la soberanía nacional; reformamos los artículos 19 y 40. Colaboramos, nos coordinamos, pero nunca nos subordinamos. No injerencismo y menos invasión», declaró Sheinbaum en un contundente mensaje difundido a través de sus redes sociales.
La iniciativa propone añadir dos párrafos a la Constitución mexicana, específicamente en los artículos 19 y 40, para establecer que «el pueblo de México bajo ninguna circunstancia aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía de la Nación». Esto incluye, según detalló la presidenta, golpes de Estado, injerencias en elecciones o la violación del territorio mexicano, ya sea por tierra, agua, mar o espacio aéreo.
El anuncio llega en un momento de tensión internacional, luego de que Estados Unidos declarara a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Sheinbaum respondió con firmeza a esta decisión, asegurando que México no permitirá que ninguna potencia extranjera viole su soberanía. «Quede claro: no hay injerencismo, no hay violación a la soberanía», afirmó la mandataria, en un claro mensaje dirigido a su par estadounidense, Donald Trump.
Además, la reforma constitucional busca imponer la «pena más severa» a los extranjeros que intervengan en asuntos internos de México, reforzando así la postura del país frente a cualquier intento de desestabilización o control externo.
Este movimiento ha sido interpretado como una defensa férrea de la autonomía mexicana y ha generado un amplio debate en redes sociales, donde ciudadanos y expertos han aplaudido la decisión de Sheinbaum. Muchos la ven como una respuesta necesaria en un contexto global donde las tensiones geopolíticas están en aumento.
Con esta reforma, Sheinbaum no solo reafirma su compromiso con la soberanía nacional, sino que también envía un mensaje al mundo: México es un país libre, independiente y dispuesto a defender su integridad ante cualquier amenaza externa. ¿Será este el inicio de una nueva era en la política exterior mexicana? El tiempo lo dirá, pero por ahora, una cosa es clara: México no se doblega.