En el Waraira Repano han prendido la Cruz del Ávila, como ya es costumbre desde 1963. El Capín Melao le da un resplandor vinotinto cuando el sol de diciembre incide sobre él. Con la bajada del pueblo de Galipán del florista Pacheco por la parroquia San José, llega la navidad a Caracas; y con ella el frío tropical. Venderá sus fragantes poemas primorosos en el mercado de Las Flores y en San Bernardino. En cada hogar caraqueño, la familia, allegados y vecinos hacen el nacimiento en el mejor rincón de la casa, mientras cantan: “niño lindo, ante ti me rindo, niño lindo, eres tú mi Dios”.
Las esquinas Carmelitas, El Conde, Padre Sierra, La Bolsa, Marcos Parra, Dr. Díaz, Peinero, Madrices, Veroes, Peligro, Pele el ojo, El muerto, Pajaritos, Socorro, La Pelota, La Gorda, lucen guirnaldas y coloridas luces que pestañean.
En el barrio El Carmen de la Parroquia La Vega, en Carapita, Cota 905, Antímano y Los Aguacaticos de El Valle, el padre Francisco Wuytack, nos habla de la penuria en la que nació Jesús y de la opción por los pobres como afirmación del ser con el otro.
En la parroquia 23 de Enero, el pueblo hace nacimientos vivientes. José es Bolívar, María es Josefina «Pepita» Machado y Jesús es un niño que representa a Colombia, la república de toparquías nacida a orillas del Orinoco.
Ya que León XIII, Papa entre 1878 y 1903, concedió una bula para que, en Filipinas, Islas Canarias, Puerto Rico y Venezuela, se incluyeran cantos populares en las novenas de misas de aguinaldo, Carmen Liendo canta villancicos de Rafael Isaza, Rogelio Caraballo y Ricardo Pérez con el Orfeón Lamas; rescatados por su director Vicente Emilio Sojo. Nazyl Báez Finol lo emula con la Coral Polifonía y Héctor Pérez Bravini con el Coro Concertino de Caracas.
En Sarría la capilla está abierta de noche y de día y el conjunto Jesús, María y José, y el Coro Infantil Venezuela dirigido por Raúl Cabrera, entonan aguinaldos y parrandas. En Mamera, Alejandrina Reyes con su cuatro en la mano no se queda atrás. En el callejón Ávila de La Florida, Coloramas de Chapellín, de la mano de Tomás González, también le cantan al niño Jesús. En las escuelas Crucita Delgado de La Pastora, y Paz Castillo de San José; Moisés Peña y Los Tucusitos animan diciembre. En el barrio Manicomio, el Polifónico Rafael Suárez bajo la égida de María Colón; se une a este canto navideño al igual que el Quinteto Contrapunto.
En Caricuao, el teólogo y poeta Efraín Valenzuela, y en El Valle y Coche, el médico y bardo Eduardo Gallegos Mancera, recitan el Retablillo de Navidad de Aquiles Nazoa. En La Pastora, Carmen Clemente Travieso recita el poema Belén de Andrés Eloy Blanco: “Era el día de querer y a querer se puso el mundo, entre la mula y el buey; y estoy llegando de lejos, con mi rebaño de ovejas; y el cordero de la nube trae un balido de estrella”.
En Santa Rosalía, Roberto Ruiz Luigi con sus coralistas van de casa en casa cantando parrandas. Leonor Fuguet se une a la Coral de Ciencias para cantar romances de los andes venezolanos. Conny Méndez canta y cuenta que el niño Jesús nació en Barlovento. Beatriz Miranda honra la escuela nacionalista navideña. En El Junquito, Macarao y El Paraíso, Cecilia Todd y Henry Martínez nos dicen: “estamos, pues, en Navidad, si cantar es un remedio, canten todos mi canción. Mi voz será esta Navidad disparo alegre y certero de mi savia y corazón”. Morella Muñoz es acompañada por Alirio Díaz en las parroquias Sucre y El Recreo. Rubén Cedeño nos informa que “la virgen de Coromoto y San José de Guatire venían para Caracas cuando la cola los agarró. Y el santo niño de Atocha se tuvo que conformar con nacer en un ranchito muy chiquitico en Catia la Mar”.
En la parroquia San Pedro, la Estudiantina y el Orfeón Universitario de la UCV tocan y cantan el repertorio de navidad de Modesta Bor, Otilio Galíndez, Iván Pérez Rossi, Antonio Lauro, Alejandro Vargas, Luis Pérez Padilla, Aldemaro Romero, Blanca Estrella de Méscoli; y de los caraqueños César Alejandro Carrillo, Luis Eduardo Galián, Enzo Villaparedes, Milton Ordóñez y Jerry de los Ríos.
En el teatro Alameda de la parroquia San Agustín, los títeres de Alberto Ravara acarician las conciencias de la infancia. Afuera está Luis Luksic regalando sonrisas desde su monociclo. Job Pim nos habla de la inmutable hallaca. Rafael Guinand monta sainetes. César Rengifo pinta la navidad de los cerros de Caracas. En la plaza Bolívar, parroquia Catedral, la Banda Marcial Caracas, conocida como la retreta, los Antaños del Stadium y la Orquesta Típica Nacional alegran las navidades.
En la iglesia de San Francisco, la Schola Cantorum interpreta El Mesías de Haendel y en la Catedral, la Camerata Barroca de Caracas el Oratorio de Navidad de Bach. Infantes van con sus padres al teatro Teresa Carreño para compartir el sueño de Clara del ballet Cascanueces de Tchaikovski y la magia coreográfica de Vicente Nebrada. La Cinemateca Nacional proyecta La Quimera del Oro de Charles Chaplin y la audiencia sonríe y suspira cuando Charlot hace bailar los panecillos en la cena de año nuevo.
Las familias, entre traguitos de mistela, hacen hallacas, bollos, ensaladas de gallina y dulces de lechosa siguiendo las pautas de Armando Scannone y compran panes de jamón y panetones. Las flores de navidad adornan las salas. La muchachada patina a las cuatro de la mañana por el parque Antonio José de Sucre entre frondosos caobos, por el paseo Los Próceres, por la Plaza Bolívar y por la Candelaria. Recorren la ciudad hasta llegar a las iglesias para presenciar las misas de aguinaldo. Por allí anda Aquiles Nazoa, que al verlos dice: “Sus risas, sus canciones, el estruendo de sus ruedas son el indicio más cierto de que faltan muy pocos días para que el Niño Jesús nazca”.
Niñas y niños juegan con luces de bengala, mientras comentan con alegría que ya escribieron la carta al niño Jesús. El pueblo caraqueño espera, en la víspera del 25 de diciembre, el nacimiento en Belén del redentor de la humanidad, el rey de Israel nacido en Palestina, el que fue anunciado por el ángel Gabriel, el mismo que cada navidad comparte su cena con un niño de la calle llamado Panchito Mandefuá.