“El pueblo le ganó al imperialismo y a su diplomacia del engaño, los gobiernos foráneos no podrán con el pueblo venezolano (…) ¡El fascismo está derrotado, la oligarquía está derrotada! (…) Aquellos que nos subestimaron han cometido un gran error en política y geopolítica”
Nicolás Maduro Moros, cumpliendo el mandato de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, asumió este viernes (10.01.2025) su tercer mandato consecutivo, tras ser juramentado como jefe de Estado por la Asamblea Nacional. El acto oficial de toma de posesión se realizó en el Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, en Caracas, donde el presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, le puso la banda presidencial, bordada por las manos del pueblo, y el collar «Orden libertadores y libertadoras» que contiene la llave del arca que resguarda el Acta de la Independencia de 1811. Acompañado por su esposa, Cilia Flores, recordó su primer juramento, tras la muerte del expresidente Hugo Chávez, en abril de 2013.
Una vez investido como presidente para el periodo 2025-2031, el presidente reelecto el pasado 28 de julio 2024, con presencia de delegados y organismos multinacionales de 125 países del mundo, convocó a un gran diálogo nacional para reformar la Constitución. “Hoy voy a firmar el decreto para crear la comisión amplia y nacional de elaboración del Proyecto de Reforma Constitucional, para ir a un proceso de democratización y definición del perfil de la sociedad y la economía nueva de Venezuela”, afirmó en su discurso de toma de posesión.
Y cumpliendo su palabra firmó un decreto para la reforma constitucional, que actualizará el texto vigente desde 1999, con las propuestas emanadas del debate popular y aprobadas en la Asamblea Nacional.
“La reforma -argumentó el presidente- busca enfrentar nuevas amenazas que ya conocemos como las redes sociales y toda la cultura basura que pretende destruir al núcleo de la familia e imponer la desculturización y el caos para dominar”.
La reforma permitirá “avanzar hacia un proceso de democratización y de definición del perfil de la sociedad y la economía nueva con la participación del mayor número de sectores para que la discusión sea amplia”.
“La Asamblea Nacional tiene la autoridad política, moral y Constitucional para ser el epicentro de este debate durante este año junto al pueblo, y una vez que tengamos elaborado un proyecto inclusivo, de consenso con los diferentes sectores, yo con la autoridad que me da la Constitución, la ley y el pueblo lo entregaré a la Asamblea Nacional”.
“La reforma constitucional busca enfrentar nuevas amenazas que ya conocemos, como las redes sociales y toda la cultura basura que pretende destruir al núcleo de la familia, e imponer la desculturización y el caos para dominar”
El presidente participó como constituyente en la elaboración y aprobación de la Carta Magna de 1999, actualmente vigente.
La Constitución actual de Venezuela, conocida como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, fue aprobada mediante un referéndum popular el 15 de diciembre de 1999. Este proceso comenzó con la toma de posesión del presidente Hugo Chávez en febrero de 1999, quien prometió impulsar reformas democráticas para adecuar la Constitución a los nuevos tiempos. El 25 de abril de 1999 se realizó un referéndum consultivo para convocar una Asamblea Nacional Constituyente, que fue elegida en julio de ese año. La Constituyente redactó la nueva Constitución, la cual fue sometida a referéndum y aprobada por 71.78% de votos.
La Constitución de 1999 introdujo varios cambios significativos. A diferencia de la Constitución de 1961, que establecía un sistema de gobierno presidencialista con una fuerte influencia parlamentaria, la Constitución de 1999 estableció la “Democracia Social, Participativa y Protagónica”. Además, la nueva Constitución amplió los derechos fundamentales, incluyendo el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y la protección del medio ambiente.
7T: el plan de gobierno de Maduro
Cumpliendo su promesa electoral, el presidente Maduro ratificó que el próximo sexenio se regirá por el «Plan de las Siete Transformaciones» (7T), un conjunto de líneas estratégicas diseñadas para la transformación y recuperación de Venezuela, emanadas de una gran consulta popular que involucró a más de 63 mil asambleas populares.
Esta hoja de ruta guiará la nueva gestión gubernamental, estructurándose en siete ejes fundamentales de transformación:
1. Transformación económica, más allá del petróleo: Modernización de la economía mediante un nuevo modelo exportador productivo y la diversificación económica. Busca una economía más inclusiva, próspera, que garantice la mayor igualdad social y soberanía nacional. El plan contempla el aprovechamiento estratégico de los recursos energéticos mientras impulsa el desarrollo de industrias derivadas. Se establece un fondo de financiamiento estatal para emprendedores y pymes, junto con una reforma tributaria progresiva que busca una distribución más equitativa de la riqueza.
2. Independencia plena, tecnología y soberanía: Actualización y expansión de la doctrina bolivariana en sus dimensiones política, científica, cultural, educativa y tecnológica. Incluye la implementación de un gobierno digital centralizado y un Sistema Único de Trámites. Destaca la creación de una cédula digital que integrará datos de identidad, tránsito, salud y seguridad social.
3. Paz, soberanía y seguridad, enfoque integral: La tercera transformación aborda la seguridad nacional desde múltiples ángulos, fortaleciendo la defensa territorial y reafirmando el reclamo sobre la Guayana Esequiba. Se introducen las «Casas de Justicia y Paz» para acercar el sistema judicial a las comunidades.
4. Renovación del Modelo Humanista y Socialista: El cuarto eje prioriza el fortalecimiento de programas sociales existentes, con énfasis en la optimización del Sistema Patria y las cajas CLAP. Se propone una renovación integral de los sistemas educativo y de salud, con especial atención a la infraestructura escolar y la dotación de centros médicos.
5. Política de Inclusión y Participación: Avance en la consolidación de la democracia directa con ética republicana y un profundo proceso de repolitización. La quinta transformación busca consolidar el «poder popular» mientras promueve un «Gran Acuerdo Nacional por la Paz 2030». Se enfatiza la transparencia gubernamental y se establece un código de ética para dirigentes políticos.
6. Transformación Ecológica: Promoción de una nueva sociedad verde, combate a la crisis climática y protección del medio ambiente.
7. Transformación geopolítica, nueva arquitectura mundial: La séptima transformación proyecta a Venezuela en el escenario internacional, fortaleciendo lazos con el Sur Global y los BRICS, mientras desarrolla sistemas alternativos de pago y comercio para contrarrestar a las sanciones internacionales.
Estas transformaciones buscan llevar a Venezuela hacia un futuro próspero y autosustentable, consolidando la paz, la independencia y la soberanía del país.
Diplomacia del engaño
“Este poder no me lo ha dado un Gobierno extranjero, ni un Gobierno ‘gringo’, ni de la oligarquía de los apellidos, del supremacismo, del imperialismo. A mí no me ha colocado como presidente el Gobierno de EE.UU. Soy del pueblo, el poder le pertenece al pueblo y al pueblo me debo (…) Esta toma de posesión venezolana no la pudieron impedir y es una gran victoria”.
Previo al 10 de enero, Venezuela se volvió tendencia en las redes sociales ante una avalancha de mensajes que afirmaban que Maduro no lograría juramentarse. Algunos aseguraban que Edmundo González, el excandidato que se autoacredita como ganador, regresaría a Venezuela escoltado por tropas norteamericanas para asumir el cargo de presidente. También se dijo que serían tropas paraguayas las que impondrían al protegido de María Corina Machado en Miraflores. El jueves 9 de enero había en Venezuela un nerviosismo contagioso que impulsó compras nerviosas y algunos decidieron quedarse en su casa ante el recuerdo cercano de la violencia del 28 de julio, cuando los opositores protagonizaron protestas sangrientas que dejaron varios muertos y la destrucción de bienes públicos y privados.
El presidente recién investido dijo: “el pueblo le ganó al imperialismo y a su diplomacia del engaño -y agregó- los gobiernos foráneos no podrán con el pueblo venezolano (…) ¡El fascismo está derrotado, la oligarquía está derrotada! (…) Aquellos que nos subestimaron han cometido un gran error en política y geopolítica”.
Venezuela está en paz
“Este acto es posible porque Venezuela está en paz, en pleno ejercicio de su independencia (…) Somos guerreros de la historia y garantizaremos la paz y la soberanía nacional. Es un momento de muchas emociones y recuerdos de tantas luchas”, agregó.
Maduro ganó sus terceras elecciones presidenciales, el 28 de julio de 2024, con más del 51% de los votos. Sin embargo, el excandidato Edmundo González cantó fraude, luego de negarse a firmar un compromiso previo de reconocimiento de resultados ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Ante esa situación, Maduro solicitó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) hacer una revisión de los resultados y emitir una sentencia con respecto al proceso electoral. El máximo tribunal confirmó los datos del CNE, basado en las actas de votación de todos los candidatos, a fin de compararlas con las del CNE y determinar si hubo o no irregularidades en el proceso. Sin embargo, González Urrutia se negó a entregar su documentación ante el órgano de justicia, a pesar que ser el más interesado por haber quedado en el segundo lugar, y no entregó al máximo tribunal las pruebas de su supuesta victoria.
Desconociendo al poder electoral, González Urrutia abandonó Venezuela y recorre el mundo buscando aliados que desconozcan la victoria de Maduro y a los poderes establecidos en el país que posee las mayores reservas de crudo del planeta.
Maduro, por su parte, acusa a González de propiciar acciones inconstitucionales e intentar un golpe de Estado con apoyo de la derecha internacional, porque su interés no era ganar las elecciones sino deslegitimar el proceso comicial para alegar que los resultados eran fraudulentos, postura que reedita la asumida por la oposición radical ante los reclamos de Juan Guaidó, quien se autoproclamó presidente de Venezuela el 23 de enero de 2019.