No poder conciliar el sueño se convierte en un verdadero problema para algunas personas. Entre el cansancio, pérdida de memoria y mal humor, además de que a largo plazo los efectos pueden ser peores.
El insomnio se define como la incapacidad para mantener el sueño cuando se presentan ciertos problemas, ante esto hay que tomar en cuenta ciertos factores, el tiempo, el sitio donde se duerme, y la rutina diaria.
“Dormir poco afecta por igual a personas de todas las edades, y ,esto trae como consecuencia alteraciones en el comportamiento, que pueden afectar sus relaciones sociales y personales”. Así lo refieren la National Sleep Foundation y el Sleep Research Society.
A nivel de salud se corre el riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares, obesidad, ansiedad y depresión.
Quedarse dormido en una actividad diaria o laboral puede ser fatal sobre todo si se está manejando.
El especialista en trastornos del sueño, Claudio Cárdenas, explica que “las cifras sobre el aumento del insomnio depende del país, en las ciudades cosmopolitas su incidencia es entre el 14 y el 16 por ciento”.
Las mujeres de entre 40 y 60 años de edad son más propensas a sufrir insomnio, debido a las características propias del género, tales como los cambios hormonales. En el caso masculino, también son propensos a padecerlo con menos incidencia donde el estrés es la causa mayor.
No hay que dejar de un lado a los niños, ya que en ellos el 95% de los insomnios son responsabilidad de los padres, que no consideran educarlos ante esta actividad diaria, ya que no piensan que este sea un acto necesario.
Ulises Briceño