Francia. No sólo ha sido la cuna de movimientos políticos revolucionarios, sino que ha sido vanguardia y ha roto diferentes esquemas sociales de los que ahora nos sentimos orgullosos. En la proyección de imágenes, llamado también séptimo arte, los franceses han aportado variadas formas de entender el mundo. Lejos de relacionarse con la industria pornográfica, el cine francés ha mostrado el erotismo, la sensualidad y la exploración sexual en un lenguaje cinematográfico acertado.
Acá una selección de películas con las que te calentaras en estas épocas de frío:
Bitter Moon (Roman Polanski, 1992)
Nigel y Fiona son una aburrida y rutinaria pareja de origen británico que se embarca en un viaje con rumbo a la India con la esperanza de renovar su relación. A bordo conocen a otra pareja que les asegura romper cualquier cotidianidad pues Oscar y Mimi son un misterioso par que les induce a ser parte de su juego. Nigel se siente fuertemente atraído por Mimi, y Oscar, consciente de esta atracción, le motiva a seducir a su mujer…
Betty Blue (Jean-Jacques Beineix, 1986)
La película comienza con una poderosa escena sexual en la que Zorg y Betty desbordan pasión, para dar paso a la trama en la que Betty, una mujer sin nada que perder, decide apoyar a Zorg en sus ambiciones literarias. Dejando atrás los paradisíacos bungalows en los que vivían en la costa francesa, se embarcan en una aventura en el corazón de París para luchar contra el mundo…
Q (Laurent Bouhnik, 2011)
La delgada línea entre amor y sexo queda explícita en esta cinta, en que Cecile, intentando lidiar con la muerte de su padre, busca refugio en un grupo de amigos y amantes. Emocionalmente inestable, y con sentimientos confusos a flor de piel, los encuentros sexuales le provocan un vacío existencial aún mayor, los cuales quedan reflejados a detalle en la pantalla. Sin embargo, tras múltiples caídas emocionales, Cecile aprenderá la diferencia entre la intimidad emocional y el hedonismo sexual…
La piscina (François Ozon, 2003)
Sarah Monton, una escritora de origen británico que viaja a Francia en busca de momentos de descanso, relajación y ocio. Aclamada por sus títulos de misterio y novelas policiacas, la expectativa de Sarah respecto a su pequeño retiro, y las posibilidades de hallar un camino hacia la creatividad, se trastocan con la llegada de la hija adolescente de su editor. Julie, en plena efervescencia sexual, aprovecha la ocasión para dar rienda suelta a sus gustos y placeres eróticos, de los cuales Sarah es una asidua voyeurista. Sin embargo, la aventura que serviría como inspiración para la nueva novela de Sarah, se convierte en un misterioso caso de asesinato…
Romance X (Catherine Breillat, 1999)
Profundamente enamorada de su pareja, Marie, toma una decisión cuando su novio deja de tener sexo con ella y la intimidad se pierde entre las discusiones. Limitada en el apogeo de su sexualidad, Marie enfrenta la oportunidad de experimentar cuestiones que van más allá del placer, pues la adrenalina aumenta el erotismo en cada escena cuando decide relacionarse íntimamente con el director de la escuela.
Julio César Gómez/Cultura Colectiva