Para el filósofo alemán Leo Strauss, la paz es una situación negativa y la guerra constituye lo positivo. Al referirse al destino del coloso del norte escribe: «Estados Unidos es la nación elegida por Dios. Nunca los Estados Unidos deben comprometerse con una paz americana sino permanecer en una guerra permanente». Allan Bloom, uno de sus discípulos, afirma: «Estados Unidos constituye el centro de dominación y necesita del mantenimiento permanente de la violencia». Esto lo revalida el filósofo francés Alexandre Kojéve al alegar que la verdadera civilización, que para él se encuentra representada por los Estados Unidos; sólo será posible si mantiene, inevitablemente, un régimen de terror. Estos tres pensamientos son la ideología del modelo civilizatorio occidental. Cualquier persona que proponga la paz es enemiga de este cónclave hegemónico del terror.
El 14 de junio de 1953, tras asumir la presidencia de Colombia, Gustavo Rojas Pinilla desfila por las calles de Bogotá en compañía de su familia, en medio de aplausos y vítores. Será el jefe de Estado hasta el 10 de mayo de 1957. En ese lapso, el 25 de enero de 1955, nace en Medellín, Piedad Córdoba. Esta abogada y política antioqueña, amiga de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, desde que era adolescente inició su trabajo social y político en las comunidades marginadas de su ciudad natal, vinculada siempre al ala gaitanista del Partido Liberal.
Piedad Córdoba fue hija de docentes de secundaria: la antioqueña Lía Ruiz y el chocoano Zabulón Córdoba, hermano del dirigente Diego Luis Córdoba, un importante político y diplomático que, al igual que su sobrina, fue senador. Piedad estudió con la idea de ayudar al prójimo. Se graduó como abogada en la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, obteniendo posteriormente sus títulos de Especialista en Derecho Laboral y Desarrollo Organizacional en la misma universidad; y Especialista en Opinión Pública y Mercadeo, en la Pontificia Universidad Javeriana, cuya sede está en Bogotá.
Córdoba fue miembro del Partido Liberal durante gran parte de su trayectoria política, y lideresa del movimiento Poder Ciudadano en la izquierda de dicho partido. Siempre mantuvo un carácter progresista, liberal y anticlerical en su vida política, la cual inició al lado del dirigente William Jaramillo.
Entre 1984 y 1986 ocupó su primer cargo público como subcontralora municipal de Medellín. En este último año William Jaramillo fue designado alcalde de esa ciudad y la nombró su secretaría Privada; un cargo del gabinete municipal que la convirtió en la persona de confianza del alcalde durante los dos años que estuvo al frente de la administración. En 1988 obtiene su primer cargo de elección popular como edil, y después es elegida concejala de Medellín para un periodo de dos años. Su destacada labor le anima a postularse para la Cámara de Representantes en 1990, pero es derrotada. Meses después, obtuvo un escaño para la Asamblea departamental de Antioquia. Tras la revocatoria del Congreso en 1991, se presenta nuevamente como candidata a la Cámara y obtiene un escaño por su departamento para el bienio 1992-1994. En 1994 William Jaramillo anuncia que no buscará la reelección como senador, y Piedad Córdoba se convierte en la heredera de su corriente política, siendo elegida senadora de la República por primera vez para el periodo 1994-1998.
En 1998 obtiene la reelección como senadora, y en este periodo legislativo agrega a sus temas característicos de debate (los derechos de la mujer, las madres comunitarias, las minorías étnicas y sexuales y los derechos humanos); el tema de la solución negociada del conflicto armado, por lo cual llegó a ser secuestrada por orden del líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño, en 1999. Luego de varias semanas fue liberada del cautiverio, y decide exiliarse junto con su familia en Canadá. Después del exilio, retorna al país para continuar con su trabajo político, pero resulta víctima de dos atentados, de los que sale ilesa; decide entonces que sus hijos residan permanentemente en Canadá.
Piedad Córdoba formó parte del grupo interparlamentario poblacional, por medio del cual se impulsan políticas públicas en salud sexual y reproductiva. Representó con brillantez a su organización política y a Colombia en importantes foros y encuentros mundiales; entre ellos la Conferencia de la Mujer realizada en Pekín, en 1995.
En el plano comunicacional, Piedad fue reconocida nacional e internacionalmente por su trabajo político utilizando la Internet ya que fue considerada pionera en la utilización de nuevas tecnologías: su página web http://www.piedadcordoba.net ha ganado varios premios internacionales como la de mejor página de política en América Latina del 2005 por e-lecciones.net, al igual que numerosas nominaciones al respecto.
El 11 de marzo de 2007, ante los asistentes del simposio Los Partidos Políticos y una Nueva Ciudad en Ciudad de México, Piedad Córdoba dijo: «los gobiernos progresistas de América Latina deben romper relaciones diplomáticas con Colombia», indicando que el gobierno colombiano precedido por Álvaro Uribe Vélez «carecía de legitimidad» y señaló al mencionado presidente de «mafioso, paramilitar y asesino». Ese mismo mes y año dijo: «nadie puede dudar en Colombia y el extranjero que existe un vínculo claro entre los paramilitares y la cabeza del gobierno. Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe, un presidente paramilitar».
Piedad Córdoba fue parte de la Operación Emmanuel, una operación humanitaria iniciada entre el 26 y el 31 de diciembre de 2007 y reanudada entre el 9 y el 10 de enero de 2008, por el presidente de Venezuela Hugo Chávez, para facilitar el rescate de Clara Rojas, su hijo Emmanuel, nacido en cautiverio, y Consuelo González de Perdomo, quienes permanecieron más de seis años en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP).
En enero de 2008 las FARC-EP cumplieron con la liberación de Clara y Consuelo. La senadora Piedad Córdoba se pronunció en favor de la idea de Hugo Chávez de eliminar a las FARC-EP y al ELN de la lista de terroristas; a pesar de los pronunciamientos en contra de los verdaderos terroristas de España, Francia y Estados Unidos.
La Revolución Bolivariana se une al dolor que embarga a los pobres de Colombia, Nuestra América y el mundo, por la partida física acaecida el 20 de enero de 2024 de una de las colombianas más representativas del movimiento latinoamericano feminista y afrodescendiente. El colectivo María Barilla posteó en su cuenta de x.com: «La mató Colombia por negra, por mujer, por cercana a las FARC en la lucha por la paz». A nuestra amiga chavista le agradeceremos siempre por estudiar constantemente para estar en capacidad de comprender la realidad y poder transformarla; por nunca haber permitido moverse por el odio o la retaliación; por haber sido guiada por un sentido ético de la vida; por tomar el cielo por asalto, por sembrar de horizontes los pueblos y por construir nuevos senderos de esperanza.
Desde esta tribuna comunicacional, brindamos un tributo a esta heroína americana hacedora de paz por dedicar su vida a los parias, a esos seres humanos que en las sociedades clasistas no han tenido oportunidad de estudiar ni trabajar, razón por las que están reducidos por su ignorancia ─a la que han estado condenados desde niños─ a las formas más viles y miserables de supervivencia.