La marea roja fluye desde la sede de CANTV hacia Miraflores, gritando consignas en defensa del presidente Maduro: un «presidente de clase», como él mismo se define al referirse a su procedencia de la clase obrera; quien también este año dijo «presente» el primero de mayo, desfilando alegre bajo el sol que ha vuelto a brillar tras las torrenciales lluvias de los días anteriores. Asimismo, en ese sentido, el Estado bolivariano dijo “presente” con acciones inmediatas en las zonas más afectadas; pero también proponiendo, al más alto nivel, el debate sobre las causas que hacen que los eventos provocados por el cambio climático sean cada vez más frecuentes.
Más de 400 expertos fueron convocados para discutir (del 3 al 6 de mayo) «acciones urgentes para enfrentar el cambio climático en Venezuela»: debido —dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez en la apertura de la conferencia— a la acción de un modelo capitalista devastador; que pretende imponer falsas equivalencias entre un Norte que contamina al más alto nivel y un país del Sur como Venezuela.
La vicepresidenta, con responsabilidad en Economía y Finanzas, tuvo también la tarea de ilustrar a los periodistas las decisiones del presidente Maduro anunciadas a los trabajadores y trabajadoras durante la marcha del Primero de Mayo. Acompañada por el Ministro del Proceso Social del Trabajo, José Ramón Rivero, y por el Presidente de la Central Bolivariana de Trabajadores de Venezuela, Wills Rangel; Rodríguez comenzó destacando uno de los anuncios de mayor impacto, «tanto personal como social»: el bono de 10.000 bolívares para los 120.000 trabajadores del sector público que se jubilaron entre el 1º de enero de 2018 y el 1° de mayo de 2022, penalizados por el bloqueo.
Ahora que todos los indicadores anuncian una recuperación de la economía venezolana, el gobierno bolivariano tiene como prioridad “pagar esta deuda social”: en un año y a través de la plataforma del Sistema Patria, que entrega directamente los beneficios.
Otro anuncio importante del presidente se refiere a la creación de un fondo de financiamiento de proyectos productivos y de emprendimiento que desembolsará el Ministerio de Hacienda a través de la banca pública, inicialmente equivalente a 100 millones de bolívares; que acompañe al sistema de apoyo al poder adquisitivo de los trabajadores.
Al mismo tiempo, se prepara la creación del Banco Digital para trabajadores, basado en tecnología fintech que se utiliza para plataformas digitales. En Venezuela, el 91-92% de los ciudadanos utilizan tecnología digital para los servicios bancarios, pero el objetivo es llegar a 100%. El banco digital, que estará disponible en un máximo de 90 días, permitirá también recibir remesas con tarjetas de crédito de cualquier país, y también en criptomonedas.
Además, el mandatario le pidió al Parlamento acelerar la aprobación de los instrumentos relacionados con la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras (LOTT), aprobada hace diez años, y que requiere ser precisada para varias categorías de trabajadores, como los de hogares, del deporte, los cultores, lo del transporte marítimo… Indicación retomada por el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez.
Y durante la rueda de prensa semanal del PSUV, el vicepresidente Diosdado Cabello, tras recordar el intento de invasión mercenaria (en mayo de hace tres años) —organizado por Estados Unidos a través del autoproclamado Juan Guaidó— rechazó los argumentos de la derecha en torno al Primero de Mayo. Los diarios de oposición, de hecho, especularon por la falta de anuncio de un aumento salarial, que normalmente se espera el Primero de Mayo.
Diosdado recordó que hace apenas un mes hubo un aumento de 1700%, que llevó el salario a medio petro. “Maduro es el mejor aliado que pueden tener los trabajadores, porque viene de la clase obrera, de la base”, dijo Cabello al rechazar las acusaciones de un giro a la derecha en la política económica. Luego, recordó cómo funcionaba en la Cuarta República, cuando la principal fiesta de los trabajadores se había vaciado de contenido y los sindicatos marchaban de la mano de la patronal. Una situación que persiste en los países capitalistas.
El Lenin de Estado y Revolución, habla de cómo la burguesía somete a canonización a los pensadores revolucionarios muertos, para convertirlos en iconos inofensivos, para consuelo de las clases oprimidas, como una forma de vaciar el contenido de su doctrina. Este mecanismo también es válido para aniversarios de gran valor popular, y en particular para el Primero de Mayo (y el 8 de marzo), en Europa occidental. Desde años, el día de los trabajadores es un aniversario tan oficial y formalizado que no constituye un problema; y ni siquiera es una oportunidad de auténtica reflexión para las clases populares.
Es la fiesta de la integración de la aristocracia obrera al modo de producción capitalista. Por otro lado, la agresión ideológica y el canibalismo de la burguesía son ilimitados. Este año, en Italia, incluso el 25 de abril, aniversario que celebra la insurrección partisana que liberó al norte de la península del nazi-fascismo en 1945, se ha convertido en ocasión de increíbles polémicas, ensambladas para construir insostenibles analogías entre la lucha de los partisanos de entonces y las milicias ucranianas nazis de hoy.
Hay que tener en cuenta que los principales sindicatos ya ni siquiera organizan los mansos desfiles de antaño; sólo se monta un concierto, donde cada palabra se mide con gotero para no ofender la legalidad burguesa, donde los presentadores son estrellas bien pagadas de la televisión, donde los grupos musicales solo piensan en su provecho comercial, y donde los oyentes no tienen ninguna intención de hacer más que un buen jolgorio juvenil, despreocupado e indiferente al sacrificio de quienes cada día construyen el mundo de nuevo.