Por: Beatriz Rondón
La historia de Sísifo nos ofrece una visión más humana sobre la existencia, aceptar el absurdo: una oposición enferma mental, resistir la desesperación y encontrar en nuestra propia lucha la esencia de lo que significa vivir.
Lamentablemente se desató la bestia de nuevo. Pasará un buen tiempo para volver a apaciguarse.
El daño psicológico que ha causado la oposición, me atrevo a afirmar que ha sido peor que los intentos de golpes de Estado, incluso hasta mucho más grave es este delito de incitación al odio; tan lesivo o más que todo lo que nos han robado.
La historia de Sísifo nos invita a reflexionar sobre el significado de la lucha y la resistencia. Sin embargo, es importante distinguir entre una oposición moderada o constructiva, basada en el diálogo y el respeto por las diferencias, y una oposición destructiva, que busca únicamente la confrontación y la polarización frenética.
Las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos e interactuamos, pero también han facilitado la difusión de discursos de odio y la polarización política. Las características de estas plataformas, como los algoritmos que promueven contenidos polarizantes y las burbujas de filtro, contribuyen a radicalizar las opiniones y a crear espacios de información donde predominan las ideas extremistas.
Al igual que Sísifo, muchos nos enfrentamos a situaciones que parecen absurdas e injustas. La incitación al odio, los golpes de Estado y otros actos de violencia política; son como las rocas que dificultan el camino.
Pero el empeño de seguir adelante, empujando, así sea con grúa el sueño de paz y justicia, persiste por la vida y por la Patria, por la salud de la psiquis social.