El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia convocó este lunes al embajador de Azerbaiyán en respuesta a lo que calificó como «acciones inamistosas» por parte de Bakú y la «detención ilegal» de periodistas rusos. Según un comunicado de la Cancillería rusa, las autoridades azerbaiyanas no habían presentado cargos contra los comunicadores detenidos «durante todos estos años».
El llamado al diplomático se produce en un contexto de creciente tensión bilateral, luego de que Azerbaiyán cancelara una serie de eventos culturales organizados por Rusia, incluyendo conciertos, festivales, exposiciones y espectáculos en su territorio. Esta medida fue adoptada como respuesta a la detención, por parte de las autoridades rusas, de ciudadanos de origen azerí sospechosos de estar involucrados en homicidios en la ciudad de Ekaterimburgo.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, expresó su pesar por la decisión de Bakú y subrayó la necesidad de aclarar los motivos detrás de estas acciones. «Lamentamos profundamente las decisiones tomadas. Es importante seguir trabajando para explicar las razones y la naturaleza de los hechos que, en opinión de la parte azerbaiyana, justificaron tales gestiones», declaró. Peskov enfatizó que los incidentes están vinculados al trabajo de los organismos de seguridad y no deberían afectar las relaciones bilaterales.
El domingo, el Ministerio de Cultura de Azerbaiyán anunció la suspensión de todos los eventos culturales organizados por instituciones rusas, tanto públicas como privadas. Además, una delegación parlamentaria azerbaiyana canceló su participación en una reunión prevista en Moscú sobre cooperación interparlamentaria entre el Milli Majlis (Parlamento de Azerbaiyán) y la Asamblea Federal de Rusia.
En paralelo, las autoridades azerbaiyanas allanaron las oficinas del medio ruso Sputnik en Bakú. Aunque la filial local había suspendido sus actividades desde febrero y solo contaba con un periodista acreditado, sus empleados habían retomado labores al no recibir una prohibición formal. Según reportes locales, el edificio que alberga la redacción estuvo rodeado por un fuerte operativo policial, mientras que la sede central en Moscú afirmó no tener contacto con su equipo en Azerbaiyán.