La Revolución Bolivariana tras la victoria electoral del 20 de mayo, inicia una etapa de Renovación y Reimpulso. Estamos en la búsqueda de la eficiencia política y la calidad revolucionaria, no podemos fallarle al pueblo. Debemos terminar de derrotar la guerra económica interna y externa.
El Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se prepara para convertir a nuestra tolda en una inexpugnable fuerza popular revolucionaria. Ya iniciamos el debate en asambleas sectoriales de las 6 líneas estratégicas dictadas por el camarada presidente Nicolás Maduro y estamos en la calle recogiendo las propuestas del pueblo.
La Revolución Bolivariana tiene un programa estratégico, tiene objetivos históricos y en esta etapa nos corresponde avanzar hacia la consolidación de una verdadera organización política, popular, social, de millones de seres humanos que no estamos aquí solo agrupándonos para unas elecciones sino que tenemos años en esta batalla por la segunda liberación de la Patria. Esa es la tarea del Partido.
En el plano internacional, observamos con detenimiento las elecciones en Colombia y queremos reiterar que deseamos mantener relaciones de igualdad y respeto con el gobierno de ese país vecino. Que los nuevos ocupantes de la Casa de Nariño, sean quienes sean, reflexionen sobre la necesidad de mantener la paz en nuestra frontera y de no permitir que desde esa nación hermana se siga atentando contra nuestra economía mediante el contrabando de extracción y el ataque a nuestra moneda.
Justo este lunes 18 de junio se realizará la reunión en la Corte Penal Internacional por la disputa del Esequibo. Reiteramos nuestra posición: el Esequibo es nuestro. Sabemos que este inoportuno y cuestionado procedimiento, llega en momentos de gran tensión para el país.
Nosotros nos apegamos al acuerdo de Ginebra y advertimos que este pretendido juicio es un nuevo intento por reeditar la denominada Operación Tenaza, que se trató poner en marcha en otras oportunidades para abrir dos frentes de conflicto militar contra Venezuela, uno desde Colombia y otro desde Guyana, y que fue denunciada en su momento por el Comandante Chávez, como una nueva acción desestabilizadora en contra de la Revolución Bolivariana.
Ante la brutal arremetida imperialista, el pueblo responde con más unidad patriótica y conciencia de libertad y soberanía. Necesitamos consolidar la estabilidad política para garantizar la paz y avanzar en las soluciones en el terreno económico. El reto es acelerar la revolución económico-productiva.
En esta coyuntura, tenemos la titánica tarea de asegurar la continuidad de nuestro proceso de democracia socialista, con un pueblo protagónico y participativo, conscientes de las grandes dificultades y amenazas que seguiremos enfrentando.
Debemos proyectar con mayor fuerza los cambios necesarios para consolidar nuestro proyecto socialista en esta nueva etapa, culminando la segunda década del siglo, en el que la Revolución Bolivariana emergió en el mundo como una esperanza de transformación humanista ante la embestida neoliberal. Es determinante para nuestro futuro, alcanzar la irreversibilidad de este proceso revolucionario a más tardar finalizando la tercera década, cuando se estarán cumpliendo los 200 años de la partida física del Padre Libertador.
Por último, quiero despedir estas líneas recordando al Che Guevara en el 90 aniversario de su nacimiento, con este fragmento del discurso de Fidel Castro Ruz, en la velada solemne en su memoria, en la Plaza de la Revolución, el 18 de octubre de 1967: “Che no solo era un hombre de acción insuperable: Che era un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, un hombre de profunda cultura. Es decir que reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción […] hombre íntegro a carta cabal, hombre de honradez suprema, de sinceridad absoluta, hombre de vida estoica y espartana, hombre a quien prácticamente en su conducta no se le puede encontrar una sola mancha. […] ante la historia, los hombres que actúan como él, los hombres que lo hacen todo y lo dan todo por la causa de los humildes, cada día que pasa se agigantan. Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole: ¡Que sean como el Che!”