La bioluminiscencia de las luciérnagas ha cautivado a la humanidad desde la época antigua, convirtiéndolas en una especie de ser mágico, protagonistas de todo tipo de mitos y leyendas. Este proceso de generar pulsos de luz, dista mucho de ser un proceso meramente estético, es su principal forma de comunicarse en un lenguaje intrincado que les ayuda en distintos comportamientos, entre ellos el reproductivo. Existen alrededor de dos mil especies distintas de luciérnagas y todas ellas cuentan con órganos productores de luz, sin embargo te invito a detenerte en una en particular que habita en la Reserva de Tigres de Anamalai en la India, pues a ellas se les atribuye un fenómeno impactante llamado “brillo sincrónico”.
Tal como su nombre lo dice, el brillo sincrónico es el encendido al mismo tiempo de cientos (a veces miles) de luciérnagas macho cada tres minutos; esto con la finalidad de llamar la atención de las luciérnagas hembras y así aparearse. ¿Por qué hacerlo sincronizado y no de manera individual? Pues se dieron cuenta que al hacerlo en colectivo tenían mayor éxito, de hecho los estudios han demostrado que si una luciérnaga macho lo intenta en solitario la probabilidad de éxito es de un 6% mientras que si participa del brillo sincronizado la probabilidad se eleva a un 83%.
Así ocurre también con nuestra gesta, nada grande se logra en solitario, incluso grandes descubrimientos que se atribuyen a una sola persona seguramente son el fruto de un entorno de personas que le garantizaron las condiciones para que llegara hasta allí; por eso, el llamado permanente a pensarnos y actuar en colectivo en nuestra revolución es también una invitación a reconocernos unas a otras, unos a otros y distinguir la valía de cada quien. Si además eres líder o lideresa en algún espacio, debes identificar la fortaleza, el talento de cada persona de tu equipo y hacer que brille, asignarle claramente el rol que le corresponde y cual director de orquesta orientar de tal manera que los esfuerzos se sincronicen y el éxito suene como la más hermosa melodía. Cuando alguno desafina, se nota y distorsiona al resto de la orquesta; y así ocurre en nuestra cotidianidad cuando alguien opera desde el individualismo, condición contraria a nuestra ideología. Encuentra primero tu brillo y luego lucha en colectivo.
¡Venceremos!
¡Palabra de mujer!