Hace un par de semanas se llevó a cabo en Bonn, Alemania, la Conferencia Internacional sobre la nueva estrategia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para la Educación y Formación Técnica y Profesional 2022-2029. La preocupación por esta materia se hace universal.
Las distintas crisis —económica, política, social, institucionales, etc—; generadas en nuestras sociedades, consecuencias estas de los cambios de paradigma dictados por la evolución constante y veloz de la tecnología; por la pérdida de empleos en ocupaciones tradicionales y el surgimiento de nuevos oficios; por efectos del cambio climático y también por la aparición de enfermedades como la COVID 19; las guerras recurrentes, la inflación, la inmigración y emigración de poblaciones, cambios etarios y otros factores; obligan a repensar la vigencia y pertinencia de los sistemas de educación y sus resultados.
De acuerdo con la UNESCO, el papel de la Educación y Formación Técnica y Profesional (EFTP) se ha convertido en un elemento esencial para la recuperación y reestructuración de los sistemas de educación y el mercado laboral en todo el mundo, especialmente tras la pandemia de la COVID 19, fenómeno que —además de su terrible saldo de muertes y secuelas en la salud— contribuyó con el aumento de las desigualdades sociales y económicas previamente existentes a lo interno de las naciones; (especialmente entre jóvenes, ancianos y comunidades más vulnerables) así también con la profundización de la brecha en los niveles de desarrollo entre países.
La nueva estrategia de la UNESCO para la EFTP que lleva el título: «Transformar la EFTP para lograr transiciones exitosas y justas», fija tres áreas prioritarias.
Desarrollar las capacidades de todas las personas para aprender, trabajar y vivir; mediante itinerarios flexibles de aprendizaje permanente. Aquí el enfoque clave se centra en la inclusión y medidas específicas, y asistencia técnica para mitigar el impacto de la tecnología y el cambio climático en la igualdad de género, las comunidades marginadas y las que dependen de la economía informal y la agricultura de subsistencia.
Desarrollar habilidades para economías inclusivas y sostenibles, a través del crecimiento del empleo, la participación del sector privado y la anticipación efectiva de las competencias. El enfoque clave es la transición hacia una economía digital y verde.
Desarrollar habilidades para sociedades inclusivas y pacíficas, gracias a una educación basada en los derechos para desarrollo sostenible: educación ciudadana global y participativa y EFTP para la integración y la cohesión social.