El enfrentamiento armado que actualmente ocupa más espacio en los medios de comunicación de masas es, sin duda alguna, el que se sufre en el este de Europa y que tiene como actores la Federación Rusa y Ucrania, esta última en convertida en una especie de tonta útil de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es decir, de Estados Unidos.
Este conflicto, además, ha sido tratado como si fuese nuevo, como un fenómeno surgido casi que de la nada; algo así como un capricho producto de la ambiciosa mente expansionista de Vladimir Putin. Poco o nada se habla de los nueve años de ataques ordenados desde Kiev en contra de la población rusoparlante del Dombás y menos de las estrategias de cerco que desde hace décadas ha desplegado la OTAN en contra de Moscú.
Y para darle más colorido a la retórica políticamente correcta en el llamado “mundo occidental” se añadió a la receta mediática, la figura de una especie de Guaidó ucraniano: Volodymyr Zelesky, un humorista de televisión sin mayor contenido, pero quien se ha mostrado sumamente dócil para los intereses transnacionales que representa Joe Biden.
Pero además de la tragedia anteriormente comentada –que amenaza con escalar de grado como consecuencia de la incapacidad europea de aprender del pasado– existen otras guerras en las que antiguas y vigentes metrópolis y potencias coloniales de segundo o tercer orden pecan por acción u omisión. Están los casos de Siria y Yemen, por ejemplo. Casi no se informa y se explica lo que a diario sucede allí. Se dice muy poco acerca de cómo y porqué están en esos países fuerzas militares extranjeras extrayendo petróleo y recursos minerales y bombardeando poblaciones civiles ante la mirada hipócrita de las mismas naciones que se abrogan la defensa de los derechos humanos y la legislación internacional.
Estas capitales muy desarrolladas y civilizadas que emiten y admiten sanciones violatorias de la soberanía e independencia de otros países soberanos, desde siempre se han hecho los ciegos, sordos y mudos ante la política nazi de exterminio que han aplicado los gobiernos de Israel en el territorio ocupado, saqueado y martirizado de Palestina, otro caso silenciado que representa una gran vergüenza para la humanidad.