Por Mario Sanoja Obediente. Iraida Vargas-Arenas (‘)
El foquísmo de plaza Altamira Venezuela y Plaza Maidán Ucrania
El imperialismo estadounidense y el de la OTAN, actúan de la mano en el mundo utilizando un guion preestablecido, las llamadas Revoluciones de Colores para derrocar a los gobiernos legalmente electos que no se someten a los dictados de su política de dominación mundial. Dicho guion se basa en una estrategia que apunta hacia la creación de focos subversivos revolucionarios apoyados en la población campesina, que según las tesis avanzadas por el Ché Guevara debía finalmente culminar en el derrocamiento del régimen. Ello funcionaría, particularmente, en aquellos países con un bajo índice de desarrollo socioeconómico. Una variante posterior del foquismo original fue la creación de los focos subversivos urbanos o como en el caso de Venezuela durante los años sesenta del siglo pasado, la combinación de la guerrilla urbana y la guerrilla campesina para derrocar el régimen capitalista de la IV República, sostenido por Acción Democrática y Copei en representación del imperialismo estadounidense.
A pesar de la sofisticada preparación de las fuerzas guerrilleras, incluyendo el soporte activo de sectores del ejército y la marina venezolana, no se logró conseguir el apoyo decidido de la mayoría de la población para derrocar el régimen puntofijista y tuvieron que capitular durante el primer gobierno del presidente Rafael Caldera. No obstante, las redes subversivas desarrolladas por los grupos de izquierda siguieron funcionando clandestina o legalmente hasta 1999 cuando ocurre el aplastante triunfo electoral del Comandante Chávez y dichas redes asumieron el rol de movimientos políticos revolucionarios. Ello demuestra que la población venezolana sí apoyaba un cambio revolucionario, pero de manera no violenta. Esta experiencia debería servir de lección a quienes hoy han convertido el terrorismo fascista en estrategia para derrocar por la fuerza el gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
La creación de focos subversivos urbanos reaccionarios utilizando plazas públicas ubicadas en zonas donde la población es mayormente de derecha, tuvo una de sus primeras expresiones en 2002 en la Plaza Altamira de Chacao, pequeño municipio de clase media-clase alta y gran burguesía del este de Caracas cuya superficie es de 810 kms2. Aprovechando la tendencia mayormente contrarrevolucionaria de la población municipal, las derechas antichavistas organizaron en 2002, con apoyo de disidentes militares, un foco subversivo urbano en la Plaza Altamira, lugar central del municipio, como continuación del fallido golpe de Estado y el sabotaje petrolero de inicios de 2003, para derrocar el gobierno bolivariano de Hugo Chávez Frías. El foco subversivo violento fracasó al no lograr el apoyo de la población venezolana.
La experiencia foquista de Altamira no fue desaprovechada por el Imperio, al contrario, fue renovada y mejorada para aplicarla en 2014, en la Plaza Maidán de Kiev, Ucrania. La Revolución de Colores o Euromaidán tuvo como objetivo general separar a Ucrania de la órbita política y económica de la Federación Rusa para anexarla a la Unión Europea y, consecuentemente, expulsar al ejército y la marina rusa de sus bases en la península de Crimea. Desde 1917 se fundó la República Popular de Ucrania, que se unió en 1921 a la RSS de Rusia, Bielorusia y Transcaucasia. En 1954, el premier de la URSS, Kruschov, él mismo ucraniano, “regaló” a la URSS Ucrania, la península de Crimea que hasta ese entonces era parte de la URSS Rusa. Al quedar la península de Crimea bajo el control de Estados Unidos y de la OTAN, se negaba a la Federación Rusa el acceso al mar Mediterráneo. Por esa razón, el presidente Putin organizó y ganó con el apoyo mayoritario de su población ruso parlante, un referendo popular sobre la independencia de Crimea de Ucrania y su unión a la Federación Rusa.
Para los sucesos de la Plaza Maidán, los grupos fascistas que asumieron en 2014 el control de dicho movimiento, a diferencia de los fascistas de Altamira del 2002-3, los de la Plaza Maidán se organizaron como un ejército irregular urbano con armas de fuego, bombas molotov, chalecos antibalas, morrales para portar armas y bombas, máscaras antigás, cascos y escudos antidisturbios que contaba con una falange central de yihadistas paramilitares y terroristas profesionales, muchos de los cuales provenían de Chechenia y otras repúblicas islámicas rusas del Cáucaso. Dicho movimiento contó con el apoyo directo de la sub-secretaria de estado de Estados Unidos, Victoria Nuland, quien participó personalmente en los sucesos de la Plaza Maidán que culminaron con el derrocamiento del presidente electo Yanukovich y el inicio de una campaña de odio rusófoba que propició quemar vivos a los opositores al Maidán, así como a sus propiedades.
Esta última versión del Maidán ha sido copiada literalmente por los terroristas de la Plaza Altamira del Municipio Chacao en 2017. En este caso, los organizadores de la Mesa de la Unidad y el partido de Leopoldo López copiaron toda la organización y el equipamiento militar del Maidán ucraniano: utilización de francotiradores, capuchas para esconder el rostro, uniforme consistente en pantalones tipo bermudas y franelas, chalecos antibalas, cascos con cámaras incorporadas para transmitir en vivo las acciones terroristas, visores, máscaras antigás, bazookas, morteros y explosivos artesanales, morrales donde portan explosivos y bombas molotov y, ahora, hasta drones que le permiten al estado mayor de los terroristas monitorear desde el aire el desplazamiento de sus efectivos en tierra.
El personal terrorista de choque en este caso, es entrenado por paramilitares colombianos quienes reclutan como mercenarios muchos jóvenes menores de edad de barrios populares del municipio Chacao, El Pedregal y otros, así como barrios populares de la vecinas poblaciones de Petare y Guatire, a quienes llaman “escuderos” o “libertadores”, pagándoles a cada uno 20 US$ dólares diarios por su participación en los actos de terror, más una provisión diaria de drogas y comida. Este ejército de “yihadistas populares venezolanos”, integrado mayormente por menores de edad, se une a otros jóvenes de clase media y clase alta quienes actúan como escalón de mando superior a las órdenes del grupo de diputados de la MUD como Freddy Guevara y Miguel Pizarro, entre otros, quienes son como el estado mayor del ejército mercenario terrorista, el cual responde ante los capos mayores como Julio Borges, María Corina Machado, Lilian Tintori, entre otros. Un joven terrorista de 15 años, apresado por la fuerza pública, condujo a los cuerpos de inteligencia a numerosos depósitos de armas, explosivos y escudos metálicos escondidos en alcantarillas en la Plaza Altamira, hacia talleres para la fabricación de bombas artesanales y hacia los financistas y organizadores del vandalismo terrorista.
Algunas escenas racistas, macabras, muestran señoras burguesas blanquitas que, con aire indiferente, pastorean grupos de niños populares de 6 y 7 años, morenos, empujándolos hacia la fuerza pública, mientras les dan en la boca trozos de comida. Uno de los niños que lloraba aterrorizado, lo llevaban cargado, a la fuerza, hacia el área de confrontación sin importarle a la terrorista que se trataba de un niño de corta edad. Las escenas fotografiadas y filmadas en vivo en el plateau del municipio Chacao incluyen linchamientos, asesinatos, personas quemadas vivas, destrucción y quema de propiedades públicas y privadas y son exportadas a Europa, Estados Unidos y América Latina haciendo creer que eso ocurre en toda Venezuela cuando en realidad el montaje escasamente representa alrededor de 1% del territorio nacional.
La campaña mediática ha servido para crear la imagen de una Venezuela aislada y caótica cuando en verdad es todo lo contrario. Venezuela cuenta con el apoyo del Movimiento de los No Alineados, de los países de la ALBA y el CARICOM, de los países de la OPEP, de Irán, la India, Suráfrica y el Grupo de Shanghai; tiene una relación económica, política y tecnológica privilegiada con la República Popular China y la Federación Rusa en momentos cuando la República Popular China acaba de desplazar a Estados Unidos como la primera potencia económica mundial.
Por otra parte, a pesar del bloqueo financiero y comercial impuesto por Estados Unidos y la Unión Europea, Venezuela sigue teniendo un bajo índice de desigualdad social, un programa de viviendas que es modélico para el resto del mundo; un elevado número de personas populares tiene acceso a la salud y ha podido conservar un alto índice nutricional, y a la educación desde la primaria hasta la universidad. El nivel de educación y de conciencia política en las clases populares es sumamente elevado, existe un alto grado de organización popular para lograr las metas colectivas.
Uno de los factores que ha impedido a la derecha derrocar la revolución bolivariana es, precisamente, el alto nivel de organización del poder popular. Un ejemplo de ello es el Movimiento de los Pobladores que tiene en Venezuela importantes proyectos de autoconstrucción de viviendas de excelente calidad, incluso en áreas del mismo municipio Chacao, hecho que no es noticia para la mediática nacional y mucho menos la internacional.
La elección de la Asamblea Nacional Constituyente el próximo mes de Julio permitirá darle rango constitucional a los logros revolucionarios que han cambiado profundamente la realidad venezolana desde 1999, que está pasado del rentismo petrolero a una sociedad productiva socialista. Nadie podía suponer en aquella fecha el éxito absoluto de las misiones sociales, las comunas y consejos comunales, los CLAP (Comités Locales de Abastecimiento y Producción) que constituyen el legado de Chávez y la arquitectura básica del nuevo Estado venezolano. Estos últimos son la respuesta a los monopolios y oligopolios comerciales con los cuales los sindicatos patronales y de comerciantes han chantajeado la voluntad libertaria y revolucionaria del pueblo venezolano.
Otro importante logro de la revolución es la creación de una sociedad cívico-militar, a través de la cual la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y el nuevo cuerpo de la Milicia Popular se integran a los planes de desarrollo nacional en los campos de la industria, la agricultura, la vivienda, la salud y la Educación Universitaria desde la primaria hasta la superior o universitaria. Al mismo tiempo, las FANB se han convertido, en una fuerza militar de primer orden, capaz de combatir en los diferentes escenarios bélicos que plantea la agresión imperial.
El objetivo final del golpe de Estado terrorista “blando” financiado por el imperialismo norteamericano y el de la Unión Europea, es caotizar la sociedad venezolana, destruir el Estado Nacional y la Revolución Bolivariana como medio para destruir finalmente el proceso de integración latinoamericana y caribeña iniciado por el presidente Hugo Chávez y recomenzar la neo colonización de nuestro pueblo para apoderarse de nuestras fabulosas reservas petroleras (las más grandes del mundo), de nuestras reservas acuíferas, de nuestras extraordinarias reservas de oro y metales preciosos contenidas en el arco minero de Guayana valoradas en trillones de dólares, cuya captura por parte del Imperio bastaría para resolver la crisis mundial del capitalismo. ¡Menuda tarea le han encomendado a los incapaces del fascismo venezolano! Por eso el Comando Sur nos amenaza con ejercicios navales frente a nuestras costas, para intimidarnos y socavar nuestras resistencia. Pero la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente por el presidente Maduro, plenamente facultado por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ha confundido los planes del fascismo nacional e internacional, poniendo en manos del Poder Popular Originario la capacidad de decidir sobre la transformación del Estado y la incorporación de los grandes logros socioeconómicos, políticos y culturales de la Revolución en el proyecto de país contemplado en una nueva versión de la Constitución Bolivariana.
Los pueblos de América Latina están viviendo una nueva Hora de los Hornos y comienzan a rebelarse contra las dictaduras electorales que oprimen al pueblo colombiano, al peruano, al chileno, al argentino, al brasileño y el mexicano. Venezuela, para el imperialismo, es un mal ejemplo que debe ser borrado o quemado hasta los cimientos, pero la rebelión de los fascistas venezolanos no ha logrado avanzar mucho en su tarea, a pesar de toda la ayuda financiera, mediática, el entrenamiento y el equipamiento de los cuadros terroristas, del apoyo a los embajadores del fascismo venezolano que como Julio Borges y Lilian Tintori tienen entera libertad de reunirse con Donald Trump, con los congresistas norteamericanos, con el parlamento europeo y la presidenta Merkel de Alemania, el presidente Santos de Colombia, con el presidente Kuscinsky del Perú, con la presidenta Bachelet de Chile, el presidente Macri de Argentina y el usurpador Temer de Brasil y, por supuesto, con el impresentable señor Almagro, secretario General de la OEA y bochorno del pueblo uruguayo.
Parece que el pueblo venezolano está llamado -en este momento- a librar una segunda batalla histórica contra el neocolonialismo imperial. Esta lucha transformará profundamente nuestra sociedad y tendrá gran influencia en los otros pueblos de América Latina y el Caribe, para beneficio de la Humanidad.
(‘) Profesores Titulares Jubilados. Universidad Central de Venezuela. Profesores de la Escuela Venezolana de Planificación. Premios Nacionales de Cultura.
(Fuente: Barómetro)