Para la revolución bolivariana, 2024 será un año de proyectos y expectativas, que promete hacer realidad la gran obra iniciada en 2023. Una obra cuyo motor constitucional estará representado por la Asamblea Nacional, lugar de discusión y debate permanente, relacionado al poder ejecutivo y otros poderes constitucionales (5 en total). Un trabajo impregnado de «parlamentarismo de calle» en el que se han comprometido nuevamente este año que comienza diputadas y diputados, para recoger las propuestas del pueblo y devolver las leyes aprobadas, explicándole sus efectos y alcances.
De hecho, solo con una movilización permanente, en una dialéctica constante entre el poder popular y las instituciones que lo representan de manera participativa y protagónica, se puede hacer que la revolución sea irreversible. El joven diputado Robert Serra, asesinado por la extrema derecha el 1 de octubre de 2014, hablaba a menudo de hacer irreversible la revolución, pero su generación -y las que le siguieron en estos 25 años de gobierno bolivariano- han tenido que constatar que, incluso en los momentos de máximo resultado, esto no puede darse por sentado: es necesario mirar la realidad de manera dialéctica y sobre la base del materialismo histórico, recordó el presidente Nicolás Maduro al saludar a los diputados y diputadas, como es habitual, al inicio del año parlamentario.
Luego de resumir los cinco grandes resultados alcanzados por la revolución bolivariana y señalados en su discurso de fin de año – entre ellos la ampliación del poder popular en la gestión gubernamental, significada por la presencia de 43 movimientos sociales, y el escudo protector constituido por el sistema de misiones y grandes misiones -, el presidente se centró en las prometedoras perspectivas económicas, anunciadas por todos los indicadores.
Resultados – dijo – obtenidos al precio de sacrificios colectivos que siempre se exigen a una dirección revolucionaria digna de ese nombre, consciente de la necesidad de anteponer los intereses generales a los individuales. Resultados obtenidos paso a paso, desafiando la guerra económica del imperialismo y los numerosos escollos organizados por una oposición golpista, cuyo único objetivo ha sido saquear los recursos del país e infligir sufrimiento al pueblo para inducirlo a desconocer a sus legítimos representantes y así entregar el país “a sus amos norteamericanos”.
El espléndido escenario del Parlamento, saqueado y lleno de basura – dijo Maduro – se había convertido en un símbolo del despojo del país, llevado a cabo por una extrema derecha que, en 2015, obtuvo la mayoría de los escaños porque el pueblo solo quería dejar de ser torturado con la guerra económica y se había dejado engañar. Sin embargo, inmediatamente quedó claro cuáles eran los verdaderos objetivos de esa burguesía, cuyos representantes ahora viven lujosamente en el extranjero, utilizando los bienes robados al pueblo gracias a las «sanciones» que solicitaron a los EE.UU. y a la UE.
El presidente lo recordó resumiendo la serie de ataques que tuvo que enfrentar la revolución bolivariana. Por eso – dijo – la revolución debe ser permanente y la vigilancia debe multiplicarse para afrontar este año de nuevos desafíos, articulados a partir de nuevas leyes aprobadas o en proceso de aprobación en la Asamblea Nacional. Si, de hecho, el parlamento golpista se dedicó a desestabilizar el país en lugar de aprobar leyes, tras el restablecimiento de la legalidad institucional y la implicación en la dialéctica parlamentaria de esa parte de la oposición moderada que reconoce a las instituciones, la AN ha aprobado 74 leyes, relativas a todos los ámbitos de la vida del país.
Cuáles serán los trabajos de la próxima legislatura, lo explicó a periodistas el presidente de la AN, Jorge Rodríguez, reelegido al frente de la directiva parlamentaria, integrada por Pedro Infante y América Pérez, también para 2024-2025. El primer objetivo – dijo Rodríguez – será restablecer el bienestar del pueblo, afectado por años de guerra económica. Rodríguez también encabeza la delegación de negociadores entre el gobierno y la oposición, que logró traer de regreso a casa al diplomático venezolano, Alex Saab, intercambiándolo por algunos mercenarios norteamericanos detenidos en Venezuela.
Se tratará – dijo Jorge Rodríguez – de hacer efectivos los acuerdos firmados en Barbados entre el gobierno y la oposición, que implican la protección y devolución a la patria de los bienes robados en el exterior por la banda del ex autoproclamado, Juan Guaidó. El oscuro diputado, a quien EE.UU. y la UE inventaron como «presidente interino», también está siendo investigado en Estados Unidos, donde se mudó, porque «ni siquiera pagó a los mercenarios de Silvercop, contratados para matar al presidente, a Diosdado Cabello y otros líderes chavistas».
“¿Con qué dinero -preguntó Rodríguez- vive Guaidó en Miami, si nunca ha trabajado, como nunca ha trabajado Leopoldo López, que ahora vive en la zona más exclusiva de Salamanca, donde un apartamento cuesta 12.500 euros al mes?”. Por este motivo, el parlamento aprobó la ley de “extinción de dominio”, que permite confiscar los bienes de corruptos y golpistas.
Nosotros – dijo – “siempre cumplimos nuestra palabra y esperamos lo mismo tanto de la oposición como de los gobiernos que han firmado compromisos hacia nosotros”. Y reiteró, al referirse al Esequibo y a los Acuerdos de Ginebra, que no deben ser violados ni por los intereses de ExxonMobil ni por la injerencia externa de la Corte Internacional de Justicia.
Entre los proyectos para la próxima legislatura, Rodríguez citó la aprobación, en segunda instancia, de la Ley de Comunas, que permite una articulación entre la economía comunal y las líneas de política económica general, que implican también una nueva sistematización de las inversiones extranjeras en el país. Además, dijo el presidente de la AN, hay proyectos relacionados con la Ley de Comercio Digital, sobre energías renovables y la diversificación de una economía que ya no se basa únicamente en el petróleo. Rodríguez también bromeó sobre el supuesto pedido de diálogo de la diputada de extrema derecha, María Corina Machado, negando que ese diálogo exista.
“Mastican odio y no pueden entender que estamos felices, porque pensamos en la felicidad de nuestro pueblo”, dijo ante Maduro, quien llegó al Parlamento acompañado de la diputada Cilia Flores, la primera combatiente, de Diosdado Cabello, quien preside el Bloque de la patria, de la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, y de un alto mando del PSUV, entre ellos el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez.