El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), ha emitido un urgente llamado a la comunidad internacional ante la catastrófica situación que enfrentan los niños en la Franja de Gaza, donde un promedio de 28 menores pierden la vida cada día debido a los continuos bombardeos, la escasez extrema de alimentos y el colapso de los servicios básicos tras más de 660 días de conflicto.
En un comunicado oficial, UNICEF destacó que la infancia gazatí está siendo diezmada por una combinación letal de violencia armada, desnutrición aguda y la imposibilidad de recibir ayuda humanitaria. «Cada día, Gaza pierde el equivalente a un aula llena de niños —víctimas de la guerra, el hambre y la falta de medicinas—. Esta es una tragedia evitable que clama al mundo», denunció la organización.
Emergencia sin precedentes
La ONU enfatizó que los menores en Gaza necesitan con urgencia:
- Alimentos y agua potable para frenar la hambruna que ya muestra casos de muerte por inanición.
- Medicamentos y hospitales operativos, ante el colapso del 90% de los centros de salud.
- Protección inmediata mediante un alto al fuego permanente, única vía para garantizar su supervivencia.
- Bloqueo mortal
UNICEF recordó que, desde el 2 de marzo, el cierre israelí de los cruces fronterizos ha bloqueado la entrada de ayuda alimentaria y médica, agravando una crisis humanitaria calificada como «la peor en décadas» por organismos internacionales. Según datos de la ONU:
- 1 de cada 3 niños menores de 2 años sufre desnutrición aguda.
- El 95% de la población carece de acceso a agua segura.
Llamado a la acción
«Los niños de Gaza no pueden esperar más. Cada minuto sin un alto al fuego y sin ayuda significa más vidas perdidas», insistió UNICEF, exigiendo:
- Apertura inmediata de corredores humanitarios.
- Cese de las hostilidades para permitir la distribución de ayuda.
- Protección internacional para civiles, especialmente menores.
La organización advirtió que, sin una intervención urgente, una generación entera de gazatíes podría desaparecer bajo lo que calificó como «castigo colectivo inaceptable».