2022 es el año en que el modelo civilizatorio hegemónico (Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea) atraviesa una crisis de índole moral y económica. El 6 de septiembre de este año se cumplen 207 años de la carta de Jamaica. Una coyuntura similar ocurría en 1815. El Reino de España comenzaba su tránsito hacia la decadencia geopolítica quedando marginada en el Congreso de Viena donde se dibuja el nuevo mapa político europeo con el Reino Unido como potencia dominante en el mundo económico y en las rutas oceánicas; gracias a su ventaja decisiva en la revolución industrial y el dominio de los mares, la Santa Alianza (Imperio de Austria, Reino de Prusia y el Imperio de Rusia), el Reino de Dinamarca y su dominio de Groenlandia, y el Reino Unido de los Países Bajos con Guillermo I de la Casa de Orange-Nassau. En ambos momentos el liberalismo burgués como proyecto político vive pasos inciertos.
La Europa de 1815
El 3 de enero, Austria, Reino Unido y Francia forman la alianza secreta contra Prusia y Rusia. El 26 de febrero, Napoleón Bonaparte escapa de la isla de Elba, dando inicio al Gobierno de Cien Días. El 13 de marzo se inicia la Séptima Coalición, última fase de la guerra contra Napoleón. El 20 de marzo, Napoleón retorna a París. El 11 de abril Andorra se independiza de Francia. El 23 de abril se inicia la Segunda insurrección serbia contra del Imperio otomano. El 9 de junio, en Austria, finaliza el Congreso de Viena. El 18 de junio, la batalla de Waterloo significa la derrota definitiva de Napoleón Bonaparte. El 8 de julio, Luis XVIII de Francia restaura la monarquía francesa. El 15 de julio, Napoleón Bonaparte es encarcelado y desterrado por los británicos a la isla Santa Elena en el Atlántico.
La América de 1815
El 8 de enero tienen lugar los últimos intentos británicos para dominar a los insurrectos de sus colonias de América del Norte, en la batalla de Nueva Orleans. El 10 de enero tiene lugar la batalla de Guayabos, tras la que la ciudad de Montevideo es cedida por el gobierno central argentino a los federales de José Gervasio Artigas. El 23 de enero, la capital de las Provincias Unidas de la Nueva Granada es trasladada desde Tunja a Bogotá. El 1° de febrero llega a Venezuela un ejército español de diez mil hombres, al mando del general Pablo Morillo. El 17 de febrero finaliza la Guerra anglo-estadounidense de 1812 con un statu quo ante bellum. El 11 de marzo, en Perú, los españoles derrotan a los independentistas peruanos en la batalla de Umachiri. Esto implica el fin de la rebelión del Cuzco, que había creado la primera junta de gobierno patrio. El 4 de abril se inicia la Reconquista de la Nueva Granada en el marco de la Independencia neogranadina. 14 de abril: en la provincia de Jujuy (Argentina) ―en el marco de la Guerra de Independencia Argentina― las fuerzas de Martín Miguel de Güemes vencen al ejército realista en Puesto del Marqués. El 22 de agosto, Pablo Morillo y Pascual Enrile comienzan el sitio naval de Cartagena de Indias, lo que supone el inicio de la Reconquista española en la Nueva Granada.
Carta a Henry Cullen
El 6 de septiembre de 1815, Bolívar contesta una misiva de Henry Cullen, comerciante inglés que vivía en Jamaica; el Libertador expone su visión de toda la América hispana en este documento fundamental del latinoamericanismo. Bolívar parte de la denuncia de las relaciones de dependencia a que eran sometidas las colonias americanas por voluntad de la metrópoli española. Explica que los americanos:
“No ocupan otro lugar en la sociedad que el de siervos propios para el trabajo, y cuando más el de simples consumidores; y aun esta parte coartada con restricciones chocantes: tales son las prohibiciones del cultivo de frutos de Europa, el estanco de las producciones que el Rey monopoliza, el impedimento de las fábricas que la misma Península no posee, los privilegios exclusivos del comercio hasta de los objetos de primera necesidad, las trabas entre provincias y provincias americanas, para que no se traten, entiendan, ni negocien”.
Diagnóstico geopolítico
Sobre el antiguo Virreinato de La Plata, dice: “El belicoso estado de las provincias del Río de la Plata ha purgado su territorio y conducido sus armas vencedoras al Alto Perú; conmovido a Arequipa e inquietado a los realistas de Lima, cerca de un millón de habitantes disfrutan allí de su libertad”.
Sobre la antigua Capitanía General de Chile, explica que: “está lidiando contra sus enemigos que pretenden dominarlo; pero en vano, porque los que antes pusieron un término a sus conquistas, los indómitos y libres araucanos, son sus vecinos y compatriotas; y su ejemplo sublime es suficiente para probarles, que el Pueblo que ama su independencia por fin la logra”.
En relación a Perú, afirma: “es sin duda el más sumiso, y al que más sacrificios se le han arrancado para la causa del rey; y bien que sean varias las relaciones concernientes a aquella hermosa porcion de América, es indubitable que ni está tranquila, ni es capaz de oponerse al torrente que amenaza a las más de sus provincias”.
Sobre la Nueva Granada, arguye: “el corazón de América obedece a su gobierno general exceptuando el reino de Quito que, con la mayor dificultad, contienen sus enemigos, por ser fuertemente adicto a la causa de su patria: y las provincias de Panamá y Santa Marta que sufren, no sin dolor, la tiranía de sus señores. Dos millones y medio de habitantes están esparcidos en aquel territorio que actualmente defienden contra el Ejército español bajo el General Morillo, que es verosímil sucumba delante de la inexpugnable Plaza de Cartagena. Mas si la tomare será a costa de grandes pérdidas; y desde luego carecerá de fuerzas bastantes para subyugar a los morígenos y bravos moradores del interior”.
“En cuanto a la heroica y desdichada Venezuela, sus acontecimientos han sido tan rápidos y sus devastaciones tales, que casi la han reducido á una absoluta indigencia, y á una soledad espantosa: no obstante que era uno de los más bellos países de cuantos hacían el orgullo de la América. Sus tiranos gobiernan un desierto y solo oprimen a tristes restos, que escapados de la muerte, alimentan una precaria existencia: algunas mujeres, niños y ancianos son los que quedan. Los más de los hombres han perecido por no ser esclavos, y los que viven combaten con furor en los campos y en los pueblos internos hasta expirar o arrojar al mar a los que, insaciables de sangre y de crímenes, rivalizan con los primeros monstruos que hicieron desaparecer de la América a su raza primitiva. Cerca de un millón de habitantes se encontraba en Venezuela; y, sin exageración, se puede asegurar que una cuarta parte ha sido sacrificada por la tierra, la espada, el hambre, la peste, las peregrinaciones: excepto el terremoto, todos resultados de la guerra”.
Sobre México, Bolívar dice: “Allí la lucha se mantiene a fuerza de sacrificios humanos y de todas especies, pues nada ahorran los españoles, con tal que logren someter a los que han tenido la desgracia de nacer en este suelo que parece destinado a empaparse con la sangre de sus hijos”.
Culmina Bolívar esta radiografía latinoamericana con “las islas de Puerto Rico y Cuba, que entre ambas, pueden formar una población de setecientas a ochocientas mil almas, son las que más tranquilamente poseen los españoles, por que están fuera del contacto de los independientes. Mas, ¿no son americanos estos insulares? ¿no son vejados? ¿no desean su bienestar?