Hace poco más de tres años, la oligarquía colombiana servía su territorio para una nueva escalada contra la República Bolivariana de Venezuela; con la pretensión de facilitar una invasión hacia nuestro territorio bajo la fachada de entrega de una supuesta ayuda humanitaria, que finalmente fue derrotada por la voluntad férrea del pueblo venezolano y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Desde aquel momento en adelante los planes se siguieron desarrollando; incluso al punto de hoy mantener alertas por la desesperación de una élite política que sale del Palacio de Nariño pero no cede en su empeño de causar daño a nuestra patria; para saciar los intereses de sus mandatarios en Washington.
Por lo anterior, resulta significativo que una vez alcanzada la victoria en la elección presidencial en Colombia, Gustavo Petro abra un compás con respecto a las relaciones con Venezuela; teniendo como elemento fundamental propiciar el desarrollo de un intercambio comercial sano, y el respeto a la autodeterminación de cada Nación.
Tal voluntad incluye el tema Monómeros; cuya administración por parte de la ficción interina no ha servido para otra cosa que el saqueo de un bien que no solo beneficiaba al campo colombiano; sino también al venezolano, con fertilizantes e insumos de diverso tipo. Un eventual regreso de este activo a manos venezolanas promovería una recuperación paulatina de una empresa clave para el desarrollo económico productivo de ambas naciones.
A pesar de posibles críticas o posiciones contrarias, recordemos que Petro asume las riendas del Palacio de Nariño teniendo aún muchos desafíos internos, la visita del Canciller designado por él, Álvaro Leyva, al estado Táchira; donde sostuvo un encuentro con el Gobernador, Freddy Bernal, y con el Canciller venezolano, Carlos Faría, resulta un paso muy importante, casi definitivo, en la voluntad de voltear por completo las relaciones de conflicto permanente de estos últimos años.
La declaración conjunta no tiene desperdicio:
«Expresan su voluntad de avanzar en una agenda de trabajo para la normalización gradual de las relaciones binacionales a partir del próximo 7 de agosto con el nombramiento de embajadores y demás funcionarios diplomáticos y consulares.
Ratifican su disposición para consolidar los lazos de amistad y cooperación con la revisión de todos los temas de interés binacional en beneficio de la felicidad de nuestros Pueblos.
Reafirman su voluntad de hacer esfuerzos conjuntos para garantizar la seguridad y la paz en la frontera de nuestros países.
Agradecen la presencia del Representante Adjunto del Secretario General de la misión de verificación de Naciones Unidas en Colombia en esta primera e histórica reunión, Sr. Raúl Rosende.
Respaldan el diálogo en favor de la construcción de caminos de paz, respeto y entendimiento mutuo; con pleno reconocimiento a nuestras capacidades complementarias».
Esta declaración ratifica que una de las líneas maestras del nuevo gobierno de Colombia será apresurar el restablecimiento pleno de relaciones con Venezuela; teniendo en cuenta, al menos, tres factores evidentemente presentes en el contexto actual:
- Promover el intercambio comercial en la fachada occidental venezolana y oriental colombiana que constituyen una de las fronteras más amplias y vivas del planeta con un intercambio comercial que, en su momento, llegó a picos de 6 mil millones de dólares.
- Fomentar el desarrollo productivo a través de dicho intercambio, sumado a la reactivación de Monómeros, lo cual debe incrementar la productividad de ambas naciones en bienes estratégicos ante las amenazas propias de una recesión económica mundial y escasez de alimentos; en el marco de las consecuencias de la burbuja financiera creada en la pandemia, del conflicto en Europa del Este y las sanciones demenciales en contra de la Federación de Rusia; con un invierno nada promisorio para algunos países de occidente.
- Generar una relación a un nivel absolutamente distinto de la injerencia de los presidentes colombianos predecesores, promoviendo paz y seguridad entre ambas naciones y, especialmente, avanzando en temas de la agenda bilateral para el desarrollo y bienestar de los pueblos de Colombia y Venezuela.
Este escenario positivo, para nada estará exento de amenazas; más cuando vemos lo significativo que es Colombia en la agenda estratégica de EEUU; así como un control institucional casi intacto que bien puede generar reacciones rápidas al accionar del nuevo gobierno.
No albergamos duda de que la oligarquía colombiana prepara sus baterías para sabotear la voluntad del pueblo colombiano, una voluntad no solo de paz, desarrollo y progreso; sino de tener buenas relaciones con una Venezuela que ha acogido a millones de colombianos y colombianas; y que comprende que una relación a un nuevo nivel, bien puede significar desarrollo económico y social, echando por tierra el conflicto de años por el accionar de esa oligarquía como pivote de la política estadounidense.
Es por ello que resulta saludable el buen paso que vienen dando ambas partes, entendiéndose y mirando el futuro como clave de desarrollo, de intercambio, de promoción del progreso económico y social; dejando de lado injerencias, sabotajes, agresiones y planificación de hechos violentos contra nuestra patria; que tuvieron a Colombia como escenario de planificación y traslado.
Pero, tal voluntad de avance también puede servir de obstáculo para quienes pretendan no solo descarrillar el restablecimiento de nuestras relaciones; sino especialmente tratar también de sabotear al gobierno entrante de Colombia. Para nadie es un secreto que procesos como los que veremos a partir del 7 de agosto no son nuevos en la región; y siempre han tenido como característica la conspiración bien planificada y ejecutada; para el derrocamiento de diversos gobiernos y proyectos políticos.
Seguramente, la reunión en Táchira no ha caído nada bien en las esferas de poder en Washington, quienes seguramente prepararán sus cañones multiformes en contra del nuevo gobierno de Colombia; que ya ha dado pasos más allá de lo declarativo para tener buenas relaciones con Venezuela.
En todo caso el panorama no deja de ser positivo en varios niveles…