Mientras Pedro Sánchez recibe al candidato perdedor Edmundo González Urrutia en el Palacio de la Moncloa y el Senado de España aprueba por mayoría la moción presentada por el Partido Popular para instar al Gobierno de España a reconocer al candidato de Washington como presidente electo de Venezuela; el pueblo de Bolívar celebra la paliza que le dio el presidente Nicolás Maduro Moros al súbdito de Míster Danger. Mientras en España hay fiesta por la llegada de la Pinta, la Niña y la Santa María al Caribe, en Venezuela se conmemora un año más de la resistencia indígena que comenzó el fatídico 12 de octubre de 1492.
La batalla de Guadalete
Entre el 19 y el 26 de julio del año 711, el ejército del reino visigodo de Toledo, de origen germano, comandado por el rey Rodrigo, se enfrentó a orillas del rio Guadalete, en la actual provincia de Cádiz, en el sur de la península ibérica, a un ejército musulmán integrado por unos 12.000 árabes, sirios y bereberes al mando de Táriq Ibn Ziyad. Esa fuerza militar había sido enviada por Musa Ibn Nusair, gobernador del norte de África. Este enfrentamiento, conocido como la batalla de Guadalete terminó con una aplastante victoria musulmana, el desmoronamiento del reino visigodo y el inicio del sometimiento de casi toda la península ibérica a la autoridad del Califato de Damasco que era gobernado por la dinastía de los Omeyas.
Los historiadores consideran esta batalla como una de las más trascendentales de la historia europea de la Edad Media (esta clasificación sólo aplica a Europa, no es universal), ya que fue el inicio de casi ocho siglos de presencia islámica en al-Ándalus, es decir, en los actuales territorios de España y Portugal. En España no se conmemora esta batalla, ni se celebra cada 19 de julio el Día de la Musulmanidad. No existen municipios que tengan la media luna musulmana como emblema en su insignia y no hay plazas con bustos de Táriq Ibn Ziyad o de Musa Ibn Nusair.
Rafael Cadenas
Estos párrafos me impulsan a recordar que el jueves 10 de noviembre de 2022, France 24 colocó en su portal el siguiente titular: «‘Disidente’ y ‘desencantado’: el venezolano Rafael Cadenas gana el Premio Cervantes 2022”. Luego detalla: “El poeta Rafael Cadenas ganó este jueves el Premio Miguel de Cervantes 2022. El premio creado en 1976 busca destacar las obras de escritoras y escritores que hayan contribuido al legado literario hispánico. Se trata del primer autor de nacionalidad venezolana en llevarse el galardón. El poeta se ha opuesto al Gobierno del mandatario Nicolás Maduro y se ha catalogado como un defensor de la democracia”.
El 6 de febrero de 2023, el intelectual guayanés Saúl Rivas Rivas, culminó un ensayo en el que nos habla de lo que significa que los reyes de España, los Borbón, sean los que entreguen ese premio, porque tanto Cervantes como Don Quijote están encadenados precisamente por esta dinastía europea.
El 19 de abril de 2023, llega a Madrid el poeta barquisimetano. Al día siguiente, el periódico madrileño El País publicó el titular: “Rafael Cadenas, premio Cervantes: ‘Ojalá los soldados solo se ocuparan del lenguaje’”. Más adelante, Sergio C. Fanjul, escribe: “este jueves antes del mediodía ha comparecido ante la prensa en la Sala del Patronato de la Biblioteca Nacional, bajo la lámpara historiada, frente a los libros antiguos, bajo la mirada de los retratos de Borbones de otro tiempo”.
Nuestra ontología
El pueblo Piaroa cuenta que “el Autana es el árbol de la vida; aquí comenzó todo: las primeras plantas, animales, seres humanos, ríos, peces, flores, aves y la suma de cuanto existe”.
El pueblo Caribe tiene a Amalivaca como el dios creador del mundo y de los seres humanos. Fue el creador del río Orinoco y del viento. Amalivaca salvó a la raza humana de su extinción y se convirtió en el padre de los pueblos Tamanacos y Moriches.
En Taima Taima, cerca de Coro, hoy estado Falcón, fueron hallados en los años sesenta del siglo XX, varios esqueletos de animales gigantes. Al grupo de arqueólogos le causó curiosidad que uno en particular, un mastodonte, tenía clavada en la pelvis una flecha. Cuando los científicos hicieron el estudio de carbono 14 resultó que este hecho ocurrió en el año 13000 antes de Cristo.
Discurso de Angostura
Cuando el Libertador Simón Bolívar pronuncia el discurso con el que se instala el congreso en Angostura el 15 de febrero de 1819, la Gazeta de Caracas calumniaba todas las acciones bolivarianas porque representaban un peligro para el gran capital europeo que; en manos de los Borbón, los Austria de la dinastía Habsburgo y demás oligopolios; seguían aferrados cual sanguijuelas a las venas abiertas que le proporcionaban los elementos de la tabla periódica en estas tierras.
Bolívar en el discurso inaugural esboza su ideario libertario unionista, antiesclavista, anticolonial y socioproductivo. Fija su mirada en cada uno de los diputados, la mayoría constituyentistas del 5 de julio de 1811: “ni remotamente ha entrado en mi idea asimilar la situación y naturaleza de dos estados tan distintos como el inglés americano y el americano español”. Luego formula una pregunta que responde inmediatamente: “¿No sería muy difícil aplicar a España el código de libertad política, civil y religiosa de Inglaterra? Pues aún es más difícil adaptar en Venezuela las leyes del Norte de América”. Después formula otra pregunta la que igualmente responde: “¿No dice el Espíritu de las Leyes que éstas deben ser propias para el pueblo que se hacen; que es una gran casualidad que las de una nación puedan convenir a otra; que las leyes deben ser relativas a lo físico del país, al clima, a la calidad del terreno, a su situación, a su extensión, al género de vida de los pueblos; referirse al grado de libertad que la constitución puede sufrir, a la religión de los habitantes, a sus inclinaciones, a sus riquezas, a su número, a su comercio, a sus costumbres, a sus modales? ¡He aquí el código que debíamos consultar, y no el de Washington!”.
Más adelante, Simón Bolívar nos dice: “Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del Norte, que más bien es un compuesto de África y de América, que una emanación de la Europa; pues que hasta la España misma deja de ser europea por su sangre africana, por sus instituciones y por su carácter”.
ADN mitocondrial venezolano
Sobre esta conclusión ontológica a la que llega Bolívar, los socioantropólogos, arqueólogos e historiadores venezolanos Mario Sanoja Obediente e Iraida Vargas Arenas argumentan: “Desde el mismo siglo XVI, como lo prueban las investigaciones de ADN mitocondrial realizadas en Venezuela, el proceso de mestizaje entre aborígenes, europeos y negros fue muy intenso y sostenido, destacando un dominio que fluctúa según las diversas regiones, entre un 70 u 80 % de ADN mitocondrial indígena, 10 a 15 % de ADN mitocondrial negro y 5 a 10 % europeo”.
En la historia nuestroamericana algunas personas nacidas en las repúblicas establecidas por Bolívar aman y veneran ser europeos, al punto que creen ser nobles. Simón Rodríguez explica esta forma de ser: “La nobleza es la atmósfera del trono: los pueblos europeos no pueden respirar fuera de ella. Por no asfixiarse, admiten el cuerpo exhalante, y giran alrededor de él… de buena o de mala gana. ¿Qué grandes títulos ni qué potentados hay en América? Los pocos americanos distinguidos por la España con escuditos de caballero y con titulillos de Conde o de Marqués… se han ido con ellos, o los han olvidado”.
En la Defensa de Bolívar, Rodríguez nos dice: “Bolívar ha querido siempre coronarse, no de oro y piedras preciosas, no de laureles fingidos, sino de Gloria”. En el Discurso de Angostura, Bolívar explica su conclusión ontológica: “Es imposible asignar con propiedad a qué familia humana pertenecemos. La mayor parte del indígena se ha aniquilado, el europeo se ha mezclado con el americano y con el africano, y éste se ha mezclado con el indio y con el europeo. Nacidos todos del seno de una misma madre, nuestros padres, diferentes en origen y en sangre, son extranjeros, y todos difieren visiblemente en la epidermis; esta desemejanza trae un reato de la mayor trascendencia”.
Nuestra sangre es indígena
La información que posee este gráfico es fundamental para comprender quiénes somos. Si usted es una persona nacida en Venezuela a quien le gusta dormir en hamaca o en chinchorro; si tiene hábitos alimenticios fundamentales en torno a la arepa, la hallaquita, la empanada, la harina de maíz tostado, la hallaca, la yuca, la papa y el patacón; si le gusta tomar chicha, tocar maracas, sonar una guarura, compartir con sus amistades un sancocho; si le gusta bañarse en la playa o en un río y montarse en un peñero o una curiara; si considera que tiene guáramo para emprender cualquier empresa; si es un baquiano en su barrio; si le gusta tomar agua o café en totuma; si cree que las mujeres que paren mucho parecen acures; si le gusta comer chigüire con casabe y de postre una naiboa; si le gusta sembrar en un conuco; si cuando llueve suele escampar bajo un taguapire; si le gusta comerse una croqueta de guaraguara; si suele usar tintes vegetales para pintar; si a la pipa le dice cachimbo; si al becerro crecido le llama maute; si le gusta el florecer de un araguaney; si conoce amigas que se llaman Caribay, Yarima, Ashirama, Anacaona, Apacuana y amigos que se llaman Guaicaipuro, Cayaurima, Tiuna, Guaricuto; si le gusta explorar los senderos que salen de los bohíos en forma de gran abanico; si aprecia conocer el nombre y la posición de las estrellas, el misterio de los astros y las causas de las sequías y crecientes; si le gusta conocer el poder de las aguas; si aprecia desentrañar los usos y virtudes de las plantas medicinales; si le gusta memorizar los ensalmes secretos; si le gusta curar heridas con cataplasmas de hierbas, cocimientos de hojas o semillas trituradas; si le gusta contemplar cunaguaros, venados, lapas y picures; si suele guardar cosas en mapires tejidos con fibra extraída de cogollo de moriche; si alguna vez ha tenido un presentimiento en el momento en que un gavilán volando casi sobre su cabeza, grazna doliente; si le gusta oír la voz del piapoco en la rama; si le gusta lucir collares de peonías; si le gusta echarle catare a la sopa; si suele emplear palabras como maraco, pita, taguapire, urumaco, viroviro, yaguasa; si le gusta consumir frutas y vegetales como jobo, guanábana, mamón, merey, mamey, ocumo, mapuey, batata, cotoperiz, onoto y ají; si suele buscar de vez en cuando una hierba mágica capaz de curar males del cuerpo y del alma y vislumbrar el futuro de la humanidad en las volutas de humo de un tabaco o en los caracoles es porque usted tiene un 75% de ADN mitocondrial indígena.
Somos África y Europa
Si usted es una persona nacida en Venezuela a quien le gusta ponerle a los bebés un azabache para repeler el maldiojo; si le gusta bailar salsa y el ritmo de los tambores culo é puya; si le gusta calzarse alpargatas; si le gusta echarle ñame a la sopa; si aprecia los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo; si degusta conservas de coco y cafungas envueltas en hoja de plátano o cambur; si al diablo lo llama Mandinga, al gentío bululú, a los labios bemba, a la bebida fermentada de la caña de azúcar guarapo y a las pertenencias pequeñas chécheres; si le gusta el mondongo; si vive en las comunidades que celebran a San Juan o a San Benito, fiestas llenas “de encantos, culebras que son madres del agua, tesoros escondidos, deidades acuáticas y terrores a los eclipses” (Miguel Acosta Saignes, Estudios para la formación de nuestra identidad, Caracas: El perro y la rana, 2014, p. 182.); si se identifica con “ceremonias y festejos como el velorio a San Pascual Bailón, las fiestas de la Semana Mayor, los bautismos y matrimonios, el mampulorio (el velorio de muertico), los velorios de mayo, los cantos de jolgorio, donde la música y el erotismo se funden en un canto para la libertad” (Diónys Rivas Armas, Caminando la Huella Ancestral Africana: Algunos aportes al estudio de la Identidad Cultural Afrovenezolana. Caracas: Escuela Venezolana de Planificación, 2019); si aprecia a las mujeres vestidas con vivos colores y llamativos adornos, cintas y flores en el pelo y en el pecho, “engalanadas con sus tricotinas y zarazas” y “estrenando fustanzones rojos, azules y floreados” es porque usted tiene entre un 15 % de ADN mitocondrial negro.
Si usted es una persona nacida en Venezuela a quien le gusta el vino, la ópera, el ballet, ponerse una corbata, comer jamón, queso y aceitunas, aderezar con aceite de oliva, leer Don Quijote de La Mancha es porque usted tiene un 10 % de ADN mitocondrial europeo.
Entender a un indio o a Ovidio: he ahí el dilema
Entre el año -13000 y hoy, hay 15 mil 24 años, de los cuales 14 mil 492 han sido vividos bajo una lógica distinta a la del modelo civilizatorio occidental (hasta el 11 de octubre de 1492). Es decir, sólo 532 años han sido dominados por la cultura de la explotación, de la barbarie, de la violencia, del odio. Un abrumador 96,5% de nuestra historia se traduce en vivir bien, acomunadamente, y apenas un 3,5% de nuestra historia significa pocos viviendo bien a costa de muchos viviendo mal.
Simón Rodríguez está consciente de la colonización cultural que desde 1492 nos desdibujó. Sabe que el 11 de octubre de ese año éramos y al día siguiente nos dijeron que ya no éramos. Cien millones de hombres, mujeres y niños del continente Abya Yala fueron asesinados por no ser. Para comprender tal holocausto recomiendo la lectura colectiva de la Brevísima relación de la destrucción de las Indias, libro escrito por el fraile dominico español Bartolomé de las Casas, publicado en Sevilla en 1552 con grabados del artista liejense Theodor de Bry. Los sobrevivientes del mayor genocidio de la humanidad debíamos convertirnos en el otro para ser, y cuando intentamos convertirnos en ese otro, y no lo logramos, porque obviamente no somos ellos, se nos olvidó cómo somos. Rodríguez luchará toda su vida por devolvernos el ser. Para ello, Simón propone una transformación curricular a fondo. Cambiar los contenidos que nos impuso la Corona Española por aquellos que nos enseñan a ser lo que somos es una tarea urgente del gobierno porque es consejo, recomendación y mandato de Simón Rodríguez, una de las tres raíces de la Revolución Bolivariana: “Más cuenta nos tiene, entender a un indio que a Ovidio”.