Por @VeroCuatroF
Mujeres en Siria son usadas, abusadas y violadas a cambio de “ayuda humanitaria” de la ONU y de otras organizaciones internacionales, reseña BBC en un reportaje en donde denuncia que los colaboradores fuerzan a las mujeres a intercambiar alimentos y transporte a cambio de favores sexuales.
“Había ejemplos de mujeres o niñas contrayendo matrimonio con funcionarios durante un corto período para ofrecer servicios sexuales para recibir alimentos, distribuidores solicitando los números telefónicos de mujeres y niñas, transportándolas a sus casas «a cambio de algo» o recibiendo distribuciones «a cambio de una visita en sus casas» o «a cambio de servicios, tales como pasar la noche con ellas”, expone el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por sus siglas en inglés) en el informe titulado Voces de Siria 2018.
El concepto de «ayuda humanitaria» es casi todo acto agresivo realizado por cualquier potencia que, desde el punto de vista del agresor es una «ayuda humanitaria», pero no desde el punto de vista de las víctimas, explica el reconocido filósofo y activista estadounidense, Noam Chomsky, entrevistado por TeleSur. A continuación relatamos algunos ejemplos de la «ayuda humanitaria» ofrecida por el Departamento de Estado y sus aliados.
1999: Bombardeo humanitario a Serbia
Noam Chomsky califica lo ocurrido en Serbia, antigua Yugoslavia, como un ejemplo de lo que significa la “ayuda humanitaria” para los halcones de Washington, donde fuerzas de Albania cometían ataques terroristas en territorio Serbio para provocar una respuesta de su gobierno que le sirviera como justificación a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte ), para una intervención de Estados Unidos.
Desde 1992 las “sanciones humanitarias” de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aislaron económicamente al país. El ingreso per cápita cayó a 700 dólares por año, el desempleo aumentó a 60%, los civiles serbios soportaron un aumento de 37% en muertes infecciosas y su consumo de calorías cayó un 28%, mientras que la inflación, producto de estas sanciones, llegó a 363 cuatrillones por ciento, explica Misión Verdad en un reportaje titulado “Ayuda Humanitaria como herramienta para destruir países”.
“En marzo de 1999, la OTAN lanzó su asalto aéreo de 78 días contra la República Federal de Yugoslavia sin la aprobación del Consejo de Seguridad, más de mil aviones de combate lanzaron más de 2 mil ataques aéreos en casi 40 mil incursiones, arrojando más de 20 mil bombas sobre la ex Yugoslavia, matando a miles de civiles, así como a más de mil soldados y policías yugoslavos. Asimismo empleó armas consideradas criminales por el derecho internacional, como el uranio empobrecido y las bombas de racimo y se bombardearon empresas y fábricas solo de propiedad estatal, así como proyectos de vivienda estatales, suministros de agua, ferrocarriles, puentes, hospitales y escuelas”, relata Misión Verdad.
Washington buscaba crear un «Israel» en los Balcanes, es decir un Estado vasallo en una región estratégica. Con la construcción en Kosovo de la base militar Camp Bondsteel (la mayor de Europa), puede albergar hasta 7 mil soldados, está equipada para vigilar todo el territorio balcánico e incluso el Mar Negro y Turquía. Ese fue el objetivo estratégico de las sanciones y la «ayuda humanitaria» promovida por EEUU.
2011: Bombardeo humanitario a Libia
La “crisis humanitaria” de Libia fue declarada en 2011 luego de una escalada de protestas contra el gobierno de Muamar el Gadafi, que degenerarían en combates armados.
El 17 de marzo de 2011 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emitió la resolución 1973 que decretó una zona de exclusión aérea en Libia, completando el embargo ya aprobado en la resolución 1970 del 26 de febrero de ese mismo año, cuando se acordó congelar activos, entre otros, de la National Oil Corporation y del Banco Central Libio. A pesar de que Muamar Gadafi ordenó un cese del fuego contra las fuerzas opositoras a su gobierno, el bombardeo no tardó en comenzar.
“Reino Unido, Francia y Estados Unidos se convirtieron en la fuerza aérea de la oposición. Uno de sus ataques terminó sepultando a Gadafi y matando a 10.000 personas, transformando a Libia en lo que es hoy, un país destruido en manos de las milicias», recuerda Chomsky.
La “ayuda humanitaria” de la OTAN dejó a Libia sumergida en el caos, anarquizada por brigadas islamistas, incluida Daesh, en donde los gobiernos rivales y las tribus compiten por el poder y los inmigrantes en su camino a Europa se venden en mercados de esclavos.
Libia antes de la invasión era una nación grande y próspera que rechazó la presencia militar de EE.UU, considerándolo como un obstáculo para la Unión Panafricana. Pero las armas de la OTAN terminaron en manos de terroristas vinculados a Al Qaeda y Libia se convirtió en la fuente principal del terrorismo radical en el mundo, “una consecuencia de la mal llamada intervención humanitaria.
Analistas internacionales aseguran que el verdadero objetivo de la Operación en Libia no era establecer la democracia, sino tomar posesión de sus reservas de petróleo, y privatizar la industria petrolera del país, transfiriendo el control y propiedad de su riqueza petrolera a manos extranjeras. Años después el expresidente Barak Obama calificaría la intervención militar a Libia como un error, que causó miles de muertos.
Trump y su poder dañino
Para Chomsky, EE.UU ostenta un poder dañino. Solo en términos militares, esta nación maneja el 25 por ciento de la economía mundial, y está mucho más avanzada en tecnología que el resto del mundo.
Pese a que su economía ha estado en declive, sería un error pensar que ha perdido su dominio. “La multinacionales estadounidenses son dueñas de la mitad del mundo, están integradas con el Estado, tienen todos los sectores: industria, venta, comercio, finanzas”.
El académico considera que desde su elección como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump representa un gran peligro para la humanidad.
“El partido republicano es una de las organizaciones más peligrosas en la historia de la humanidad, suena escandaloso, pero lo cierto es que no son personas ignorantes ni fundamentalistas religiosos, sino las mejores educadas y apoyadas del mundo, quienes ponen a la sociedad en peligro (…) Esta generación tiene que decidir si la existencia humana continuará, no es un chiste, porque los grandes peligros son el calentamiento global o una guerra nuclear, y las acciones de Trump empeoran ambas”, advierte.
Venezuela ante la amenaza “humanitaria”
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha exigido al gobierno del presidente Nicolás Maduro permitir el ingreso de “ayuda humanitaria” al país para superar la crisis que afecta a los ciudadanos.
“La CIDH no solo exhorta sino ‘exige’ al gobierno de Maduro aceptar la ‘ayuda humanitaria’ que se ofrece, porque es claro que no puede atender su deber y garantizar la protección de los derechos fundamentales”, aseguró Francisco Eguiguren, relator de la Comisión para Venezuela el pasado martes 27 de febrero en la audiencia Derecho a la Alimentación y a la salud de Venezuela, que se realizó en Bogotá como parte del 167 periodo de sesiones de la CIDH.
La exigencia Eguiguren fue respaldada por el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, quien reiteró su llamado de que Venezuela acepte un “canal humanitario”.
Mientras que un grupo venezolanos opositores al Gobierno del presidente Nicolás Maduro ese mismo día solicitaron al Congreso de los Estados Unidos en Washington “ayuda humanitaria y una intervención militar” para Venezuela.
Afirman que Donald Trump debe liderar una intervención internacional en el país que incluya alimentos, medicinas y una “fuerza capaz de derrocar” el gobierno chavista.
Petición que concuerda con la política de Washington hacia el gobierno del presidente Maduro, por lo que la Casa Blanca, el Consejo de Seguridad Nacional, el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro, estudian un abanico de opciones para ayudar a “sacar a Maduro del poder”, porque la administración Trump se debate en cómo responder a las elecciones presidenciales que se efectuarán el próximo 22 de abril, calificadas por Washington como “ilegítimas”.
Obligar a Venezuela a aceptar la “ayuda humanitaria” podría ser un intento por reeditar lo aplicado a Libia y la antigua Yugoslavia.
Venezuela posee las mayores reservas del crudo del planeta, las cuales fueron nacionalizadas por el gobierno de Hugo Chávez, política que ha mantenido Nicolás Maduro.