Por: Carolys Pérez.- Si nos proponemos hacer un repaso en la historia reciente, la participación política de las mujeres en nuestro país, y en una parte mayoritaria del planeta; es una victoria naciente.
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Hasta hace no más de 76 años es que nosotras, como mujeres, hemos tenido la oportunidad de decidir, decir y convocar a nuestra opinión a hacerse parte de la democracia venezolana, es decir, solo han pasado 76 años desde que las mujeres fueron tenidas por ciudadanas. Pues no votábamos, y mucho menos éramos elegidas.
En tales momentos es evidente la transformación cuando la conjugamos en tiempo presente; pues al revisar las últimas contiendas electorales viene bien hacer el ejercicio de repasar nuestra historia para comprender que trascendimos, hacia qué evolucionamos y qué hemos superado hasta alcanzar la victoria.
Desde la época en la que “ni ciudadanas éramos”, hasta el día de hoy hemos avanzado en la propuesta paritaria impulsada por María León, y por las feministas, en la que se nos ha convocado a alcanzar el 50 por ciento en la participación política. Hoy, gracias a la constancia y a la decidida tarea del pueblo venezolano, somos el 42 por ciento de la Asamblea Nacional, más del 60 por ciento de las Jefas de calle y ocupamos una innegable posición en el Ejecutivo Nacional, avanzando en escaños tradicionalmente negados para las mujeres.
Ahora bien, ¿Cuál es el gran reto que supone una victoria como la que hemos repasado en estas líneas?, ¿Qué hacemos con la gran participación política? ¿Hacemos de ella números para llenar informes o emanciparnos en nuestra capacidad organizacional y de toma de decisiones?
La compleja realidad de nuestro país en resistencia, la innegable complejidad de los retos políticos, sociales y económicos a los que nos enfrentamos; debido al asedio moral y económico del imperio sanguinario nos convoca a desafiar la fragilidad, solventar las fracturas invisibles y hacer frente con la misma capacidad de atender con ternura y corresponsabilidad amorosa la política democrática; tal como nos lo ha enseñado una y otra vez nuestro pueblo.
¿Qué estamos planeando hacer hoy con el poder? Y en esta pregunta involucro a todas las fuerzas sociales que hoy están construyendo el país; el desafío viene entonces para no sólo ocupar puestos, el verdadero reto es tejer en esta red colectiva y participativa de cuidado político y moral de nuestra Patria-Matria, lo que traerá consigo la gran victoria de nuestra Revolución; aquella que responde en Defensa de la Alegría y con la certeza de estar siendo eficaces y eficientes con la tarea encomendada.
Con la fuerza moral, soberana y alegre nosotras y nosotros ¡Venceremos!
¡Palabra de Mujer!
