La oposición es bipolar frente a los militares
La oposición venezolana mantiene una conducta llena de contradicciones ante la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). En la actualidad, esa es una característica del ala radical del antichavismo, pero a lo largo de los casi 27 años transcurridos desde el comienzo de la Revolución Bolivariana, también los factores moderados han tenido conductas similares.
Una de las posturas ante la institución militar ha sido su criminalización y el empeño en amenazar a sus integrantes. Los dirigentes de la derecha y la ultraderecha han instigado y apoyado las campañas para vincular a la alta oficialidad con el mundo de la delincuencia y advertir que los perseguirán judicialmente cuando lleguen al poder o que Estados Unidos se encargará de hacerlo.
Esta narrativa tiene su expresión más rastrera en la infamia del Cartel de los Soles, dirigida contra la FANB, incluso desde el nombre mismo de la supuesta organización criminal, pues los soles son las insignias exclusivas de los generales y almirantes en Venezuela.
Es obvio que se busca caracterizar como delincuentes a los oficiales de más alta calificación, para manchar así a la institución en su conjunto, socavar la moral del cuerpo castrense e instigar una fractura interna.
El ataque es una venganza, un desquite, porque la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ha sido clave en la resistencia de Venezuela ante los incontables embates imperiales. EEUU ha querido emplear a los militares venezolanos del mismo modo en que lo ha hecho en otros países (y que lo hizo acá en tiempos pasados), como un recurso muy apropiado para derrocar gobiernos rebeldes e instaurar regímenes dictatoriales o falsas democracias. En la Venezuela bolivariana no les funcionó ni en 2002 ni en tantos intentos posteriores.
La facción opositora más radical, como vocera de la plutocracia, también tiene sed de revancha contra el sector militar que dejó de ser su perro guardián. Por ello solicitan que ejércitos de otros países intenten entrar al nuestro y combatan a la FANB. Así esperan recuperar su poder perdido.
Descalificación y ridiculización
Una vez que se plantea la amenaza creíble de agresión armada de EEUU y se activan los protocolos de respuesta, esa oposición antipatriótica asume el rol de descalificar y ridiculizar a la FANB, en cuanto potenciales combatientes.
ntentan descalificarla mediante pronósticos sombríos acerca de lo inútil que sería tratar de resistir un ataque de las muy poderosas fuerzas estadounidenses. Presuntos analistas expertos dicen que el aparato defensivo venezolano sería aplastado sin dificultades.
Uno de los aspectos más deplorables de este empeño en pronosticar una derrota, es el que procura la ridiculización de los integrantes de la Milicia Nacional Bolivariana. Quienes lanzan sus dardos contra este factor de la fusión cívico-militar usan alegatos vergonzosos, cargados de endorracismo, de machismo, de edadismo y de aporofobia. Dicen que la Milicia Nacional Bolivariana está formada por gente pobre, de edad avanzada, de pocas condiciones físicas y, en su mayoría, mujeres, lo que según su punto de vista hace a esta fuerza inferior a la de los varones fuertes y jóvenes marines, que vienen bien entrenados y apoyados en tecnología de punta y muchos recursos.
Es esa una es una visión necia y antihistórica pues el Ejército Libertador venezolano del siglo XIX, popular y pobre, derrotó al poderoso imperio español equivalente al EEUU actual. Además, esas fuerzas militares de la superpotencia han mordido el polvo más de una vez ante milicias supuestamente muy inferiores en Vietnam, Afganistán e Irak.
Intento de soborno chantaje y extorsión
La bipolaridad de la oposición ante la FANB se manifiesta en que sus líderes intentan ganarse el apoyo de la oficialidad mediante prácticas de soborno y extorsión. Tal vez sea porque han repetido tanto el relato de que los militares venezolanos son deshonestos que los consideran fácilmente comprables. O quizá sea, como dice el refrán, que cada ladrón juzga por su propia condición.
Luego de acusarlos de ser terroristas, narcotraficantes y violadores de derechos humanos pretenden ganar su lealtad con ofertas económicas a cambio de la traición; o bien con amenazas sobre acciones que prometen realizar si toman el poder.
Los dirigentes políticos y mediáticos de la oposición extremista difunden versiones según las cuales tienen un gran apoyo dentro de la FANB, pero en materia de insurrecciones militares sólo acumulan fracasos de todas las categorías.
Adulación y enamoramiento
El extremo de los bandazos de polo a polo es que los mismos dirigentes que acusan a los generales y almirantes de ser narcotraficantes, terroristas y esbirros, hacen esfuerzos por enamorarlos y sonsacarlos mediante la adulación y la convocatoria a una falsa liberación.
El viraje es tan burdo que provoca incluso risas y habla de la falsa moral de los dirigentes, porque surge la pregunta: ¿Será que estarán dispuestos a recibir en sus filas a profesionales militares a los que antes han acusado de tan graves delitos?
Todo indica que la ultraderecha le está enviando mensajes a una FANB que ya no existe: la que durante tantos años formó la Escuela de las Américas para que estuviera al servicio de los intereses de EEUU.