Mientras cientos de delegados europeos regresan a sus países para organizar los capítulos de la Internacional Antifascista, según las directrices aprobadas en el Festival Mundial Antifascista recién concluido en Caracas, las fuerzas conservadoras preparan nuevos ataques a la revolución bolivariana. El 23 de enero, el Parlamento Europeo ha votado una resolución contra el presidente Nicolás Maduro, alegando que su reelección es ilegítima y fruto de un fraude.
Gracias a la gran colación entre el Partido Popular Europeo (PPE), la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) y Renovar Europa (Renew), se ha aprobado con 374 votos a favor, 53 en contra y 163 abstenciones, una nueva resolución contra el país, la cual condena «la usurpación de la presidencia» por parte del Gobierno de Nicolás Maduro Moros.
Se destaca la abstención masiva de Patriotas por Europa (PfE), quienes consideraron esta colación como «darle la espalda a Venezuela» al evitar reconocer a Edmundo González como Presidente legítimo de Venezuela. Por su parte, la Izquierda (the Left) junto con los (No Inscritos) votaron en contra de la resolución, los Verdes se abstuvieron y los Conservadores y Reformistas (ECR) estuvieron divididos, siguiendo un poco los lineamientos de PfE.
Sin embargo, los partidos de derecha europeos quieren ir más allá y reafirmar su reconocimiento al señor Edmundo González Urrutia como “presidente legítimo”, pese a que quedó en segundo lugar en las elecciones presidenciales del 28 de julio.
La cuestión, más que resaltar diferencias de mérito en cuanto al apoyo o rechazo al gobierno bolivariano, ha servido para poner a prueba las alianzas entre los partidos europeos. Son realmente una rareza aquellos que apoyan la soberanía de Venezuela. En septiembre, la resolución (no vinculante) que pide a la UE reconocer a Urrutia fue aprobada con 309 votos a favor, 201 en contra y 12 abstenciones.
La mayoría oficial de socialistas, liberales y populares se dividió por primera vez. Contra Venezuela, el Partido Popular había conseguido reconciliar a todos los grupos de la derecha radical: desde los conservadores de los Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, hasta los Patriotas por Europa de Viktor Orban, Matteo Salvini y Marine Le Pen; e incluso la AfD alemana. Una nueva alianza que se denominó “Mayoría Venezuela”.
Después de esta segunda resolución, de inmediato llegó la declaración de María Corina Machado, considerando la decisión del Parlamento europeo “oportuna y firme” contra “el régimen”. Mientras tanto, los dirigentes de la derecha golpista venezolana convertidos como siempre en campeones de la democracia, y premiados repetidamente por la Unión Europea; presionan para hacer valer sus sólidos ingresos entre las fuerzas parlamentarias europeas. No les da vergüenza pedir la invasión armada a su país, la salida de las empresas que siguen invirtiendo en Venezuela y presionan para imponer nuevas “sanciones”. El 10 de enero de 2025, la UE contribuyó a las 52 medidas coercitivas unilaterales adicionales impuestas ilegalmente a Venezuela por Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá.
Maniobras que también intentan tejer en Davos, donde se reúne el club de los ricos para el Foro Económico Mundial, hasta el 24 de enero. Desde este podio, la usurpadora “presidenta” de Perú, Dina Boluarte, tuvo la desvergüenza de indicar que Maduro “no es presidente legítimo en Venezuela” y que “tiene que dejar el Gobierno”, y “dejar al pueblo venezolano en libertad. Junto con ella participan otros presidentes de derecha de America Latina como el argentino Javier Milei, “el loco de la motosierra” quien se arrodilla ante los dictados del Fondo Monetario Internacional, y que tiene al país sumido en un vicio de hambre y represión. También está presente su homólogo guyanés, Irfaan Ali, igualmente arrodillado ante los deseos de Washington en violar los intereses de Venezuela en la disputada zona del Esequibo.
La perspectiva de los 3.000 líderes de 130 países –jefes de Estado, empresarios privados, políticos, representantes de las principales instituciones internacionales, corredores de bolsa y académicos– está indicada por la ubicación geográfica de Davos, la ciudad más alta de Europa, albergada en Los Alpes suizos y destino turístico por excelencia. En 2024, la riqueza de los multimillonarios aumentó en 2 billones de dólares.
La presencia de ONG, representantes sindicales y activistas de derechos humanos –que sólo entran por invitación– funciona como un señuelo adecuado para hacer creer que la solución a los problemas del mundo puede venir de quienes constituyen el problema: los representantes de un sistema capitalista en crisis estructural, que busca regenerarse mediante guerras imperialistas y la concentración de las tecnologías más avanzadas en pocas manos.
El tema de este año es la Inteligencia Artificial (IA). Se titula “Colaboración para la era inteligente” y se discute en torno a cinco prioridades, “distintas pero profundamente interconectadas”: reconstruir la confianza, reimaginar el crecimiento, invertir en las personas, salvaguardar el planeta y las empresas en la era inteligente.
Un plan ya preparado en el Foro 2024, donde China (presente este año con el viceprimer ministro Ding Xuexiang) y los países del Sur han pedido que los beneficios del desarrollo de la IA se garanticen también a los países en desarrollo y no solo a los del Norte. Un juego central para las próximas décadas, considerando la mayor pérdida de empleos que provocará el desarrollo con fines de lucro de la IA.
La llegada a la Casa Blanca de Donald Trump –presente en Davos vía web– promete cerrarle el paso a una lógica diferente, prevista por los BRICS, que apuestan a contrarrestar la hegemonía del dólar mediante la entrada de nuevos socios con sus economías clave. La lógica de Davos debe ocultar los resultados que vienen de otro camino: el del socialismo del siglo XXI.
Los datos que llegan desde Venezuela indican un crecimiento económico, el más alto del continente latinoamericano, basado en intereses populares. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pese a la imposición de medidas coercitivas unilaterales ilegales, en 2024 las exportaciones del país bolivariano alcanzaron el nivel más alto de la región, 18,7%. La firma internacional atribuye el crecimiento económico, principalmente, al aumento del volumen de las exportaciones de petróleo a Asia, en particular a India, país BRICS.
Resultados que los ricos del planeta no quieren mostrar y pretenden destruirlos, organizando un nuevo asedio al socialismo bolivariano. Todavía, considerando que VenAmCham, la Cámara de Comercio e Industria Venezolano-Americana, estima un incremento en el volumen del comercio petrolero entre Venezuela y Estados Unidos para el periodo enero-junio de 76,8% en comparación con el mismo periodo de 2023, los golpistas que intentan cerrar esta apertura incrementando nuevas “sanciones” podrían encontrar cierta resistencia en los sectores petroleros norteamericanos.