Por: Geovanni Peña
Militante del PSUV
A tarea compleja tienen los analistas de discursos y analistas políticos para entender lo que de verdad dice Trump o, en dado caso, lo que se plantea hacer en estos años en la Casa Blanca. Lo cierto es que su inexperiencia presidencial quedó atrás y ahora, con su peculiaridad altisonante, se sobrepone en la mesa ovalada con algunas pretensiones desmedidas y la seguridad bonachona apoyada por sus amigos multimillonarios. Atrás quedaron esos días de inocencia dónde casi todo su Gabinete de la gestión anterior editaron libros hablando en su contra.
Trump se muestra emperador. En su discurso primaveral extendió sus brazos para la toma de Groenlandia con una Dinamarca que de lejos lo vio con recelo, Canadá, el Golfo de México, el Canal de Panamá y con un sacudón a miles de migrantes latinoamericanos. Las palabras en estos primeros días se extendieron con acciones económicas a trocha y mocha pechando a países con unos aranceles jugosos para conseguir unos ingresos calculados. Amenazó a Rusia de arrodillarla y soñó una «casa» común para el mundo Palestino.
Sin importarle un pepino Trump retira a Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud, de los Derechos Humanos de la ONU, comienza la deportación masiva de migrantes a sus respectivos países sin detenerse en que dirá el voto republicano en Florida o California.
Realmente, en los albores de este segundo mandato de Donald Trump se ha caracterizado por enraizar una profunda división alimentada por un discurso que a menudo ha sido polarizante. Su estilo marcado por un nazionalismo ha logrado permearse en la aceptabilidad de un sector importante de la sociedad estadounidense.
Sobresale su postura de defensa contundente en temas globales como migración, salud pública y economía. Un gran desafío para un país que tiene 30 millones de ciudadanos sin acceso a la salud.
Su discurso se balancea entre expresiones rimbombantes y emocionales o de adornos para los medios mundiales, en vez de propuestas matizadas, coherentes y colaborativas.
Sobre Venezuela, dónde un sector opositor extremista, se esperaba un ataque incendiario, todo lo contrario ha sentado una pausa y señaló que «Venezuela está haciendo lo correcto». Tales palabras que llegaron como un balde de agua gélida a los radicales opositores que, ahora y para colmo, muchos serán investigado por corrupción en Estados Unidos.
El gobierno Bolivariano del Presidente Pueblo Nicolás Maduro Moros y el Pueblo Venezolano debemos seguir nuestra lucha por la consolidación de nuestra Patria en una potencia de justicia social y autodeterminación sin fiarnos de un Trump que representa los intereses del imperio decadente. Y en esta tarea estamos desde nuestros espacios.Juntos y Juntas Venceremos y mantendremos con total vigencia el Legado de nuestro Comandante Eterno Hugo Chávez Frías.