Por José Garcés
Psicólogo
En 1983 el mundialmente conocido ilusionista David Copperfield asombró al mundo al hacer desaparecer la Estatua de la Libertad. El monumento de 93 metros y más de 25.000 toneladas desapareció ante la mirada del público presente y de millones de espectadores que vieron el prodigio por T.V.
Obviamente se trata de un truco de cámaras, luces y mucha parafernalia para confundir al espectador. Un truco exquisitamente elaborado (pero truco al fin), que logró que millones de personas vivieran la experiencia de ver desaparecer ante sus ojos el gigante de la Isla de Manhattan.
Pero ¿Cómo es posible que millones de personas dejen de ver algo que está? ¿Cómo puede ser posible que miles de personas no vean algo tan grande que efectivamente sigue estando en su lugar?
Los ilusionistas saben hacer su trabajo.
Este truco de David Copperfield nos sirve para introducir el tema que queremos tratar en esta oportunidad, se trata de cómo es posible que un porcentaje no despreciable de la población no vea a las sanciones como un hecho real y consumado, que afecta decididamente la economía nacional.
Como decíamos anteriormente, los ilusionistas saben hacer su trabajo.
Con alguna frecuencia escuchamos las siguientes frases:
“Las sanciones no existen”
“Sí hay sanciones ¿Por qué hay carros nuevos por la calle?”
“las sanciones sí existen, pero no te afectan”
“las sanciones son sólo contra funcionarios públicos, no tienes nada de qué preocuparte”
Las representaciones sociales que la población da al término «sanción» pueden darnos alguna pista al respecto del problema que planteamos. A finales de los años 60 se dice que llegó el hombre a la luna. Sin embargo, algunas personas no lo creían, y no por las teorías conspiranóicas de las que abundan hoy en día por YouTube. No, no lo creían debido a un proceso mucho más simbólico. Para algunos campesinos, la luna era una especie de alma muy sabia de las noches que le indicaba cuándo sembrar y cuando hacer algunas actividades incluyendo la manera de tratar un parto. La luna era un alma a quién contarle de sus sueños y una buena guía para caminar solo en las montañas por la noche. La luna no era en modo alguno un cuerpo celeste a donde se podía llegar en un cohete sino más bien era una metáfora. Una metáfora de la vida trascendente más cercana la poesía que a la ingeniería aeroespacial. Por eso no era posible que el hombre llegara a la luna.
Algo similar puede estar pasando con las representaciones sociales de las sanciones. Aclaramos de una vez que lo que sigue a continuación refiere la inferencia de este investigador y en modo alguno ha sido verificado experimentalmente.
ALGUNOS NÚMEROS
Haremos un recuento de las cifras aportadas por el OBSERVATORIO VENEZOLANO ANTIBLOQUEO (https://observatorio.gob.ve/) quien nos da los siguientes datos: Hasta la fecha Venezuela ha recibido 927 sanciones, en 2019 recibió una sanción cada 3 días. Una imagen que puede ilustrarnos es la de un boxeador que esa contra las cuerdas y recibe un castigo inhumano al propinársele golpe tras golpe sin permitirle descansar ni un solo momento.
Para poner en contexto el calibre de las sanciones que ha recibido nuestro país, podemos decir que Venezuela es:
• El quinto país más sancionado en cuanto a Número de personas naturales sancionadas directamente con 157. El primer país es Rusia con 585, es decir Venezuela tiene casi un tercio de las sanciones que tiene Rusia en ese renglón.
• El sexto país con empresas sancionadas con 154. El primer país es Irán con 988. Es decir, Venezuela tiene casi una quinta parte de las sanciones que tiene un país como Irán.
• El cuarto país con más buques sancionados con 69. El primer país es Irán con 205. Vemos cómo Venezuela acumula casi un cuarto de las sanciones que soporta un país como Irán.
• El segundo país con más aviones penalizados con 58. El primer país es Irán con 157. De nuevo, vemos que Venezuela tiene casi un tercio del total de sanciones que tiene Irán con respecto a aeronaves sancionadas. Recordemos que un avión de Emtrasur todavía sigue retenido en Argentina. Se trata de un Boeing 747, no es un Hércules ni un 727, es un avión de carga de gran capacidad, con este dato se puede tener una idea del impacto continental, geoestratégico y económico de las sanciones.
• Venezuela tiene 169 Organismos y Empresas públicas o privadas sancionadas.
• Como producto de las sanciones, los ingresos en dólares del país cayeron de 56 mil millones en 2013 a 743 millones de 2020. Visto en perspectiva, en siete años Venezuela perdió 99 de cada 100 dólares que ingresaban al país.
• Debido a las sanciones Venezuela perdió 44 mil millones de dólares por año, durante siete años.
• A Venezuela le fueron retenidos o confiscados activos y recursos que estaban fuera del país, por un monto de más de 30 mil millones de USD. Estos recursos pueden desglosarse así: 7.000 Millones de USD líquidos, congelados en bancos. 5.000 Millones de USD retenidos en el FMI. 2.000 Millones de USD en 31 toneladas de oro confiscadas por Inglaterra. 10.000 Citgo Corp. confiscada por EE.UU.
• Producto de esta guerra económica despiadada, entre enero de 2015 y junio de 2020, la producción de PDVSA cayó 87 %, pasando de un promedio 2,4 millones de barriles diarios a 339 mil barriles diarios en junio de 2020. Investigaciones económicas estiman en 214 mil millones de dólares las pérdidas de la industria petrolera debido a la caída de la producción, a las sanciones, la guerra de precios y el sabotaje contra PDVSA.
• Entre 2015 y 2022 se dejaron de producir 3.995 millones de barriles, por eso la nación dejó de percibir 232.000 millones de dólares.
Ahora bien, ante tan gigantesca e inconmensurable agresión a nuestro país ¿Cómo es posible que haya personas que no vean esta realidad? Ahí es donde los David Copperfield de la Guerra Cognitiva hacen su parte.
ALGUNOS ELEMENTOS QUE LIMITAN LA PERCEPCIÓN DE LAS SANCIONES
Desde estas líneas suponemos que uno de los elementos que puede limitar la real percepción de las sanciones en el pueblo es la representación social que a nivel lingüístico se tiene de los téminos que se usan al respecto. La misma palabra “Sanción” es un término que refiere suavidad si lo ponemos en comparación con el término relacionado el cual es “Castigo”. En la escuela se nos decía; “Su conducta no amerita un castigo, pero le vamos a dar una sanción”. En todo caso la idea que se tiene de que la sanción no es algo grave puede estar circulando por la mente de algunos venezolanos.
Otro elemento que puede favorecer la confusión es el uso de varios términos para referirse al fenómeno. Por ejemplo, ¿Sanción y Medidas Coercitivas Unilaterales son lo mismo? Ciertamente no lo son, pero la diferencia y el desconocimiento entre estos términos puede favorecer la banalización del tema y a no darle la importancia que merece. Aunque la Ley Antibloqueo en su artículo 4 define y categoriza estos dos términos, lo cierto es que el común de la población todavía los ve como algo muy lejano y abstracto.
Observemos otro elemento se refiere a lo tangible de las sanciones. ¿Cuáles son las sanciones? ¿Qué cosas no se pueden hacer? ¿Por qué hay transacciones con otros países que si se pueden hacer? Estas respuestas quedan en el reino de la entelequia y de la abstracción. Se necesita buen conocimiento de cómo funcionan las sanciones y un Nivel intelectual, por lo menos Normal-Promedio, para entender el mecanismo de acción de las sanciones. En las RRSS vimos un video en el que mostraban la llegada de los carros iraníes y una voz en off con tono socarrón farfullaba: “Miren todos esos carros nuevecitos ¿Dónde están las sanciones?”. Recordemos que no es exagerado pensar que cualquier video que circula por las RRSS haya sido hecho en un laboratorio de Guerra Cognitiva. Decir que la llegada al país de un carro iraní constituye una muestra de que no existen las sanciones es ciertamente un exabrupto. Es como decir que no estamos bloqueados porque tenemos el apoyo de médicos cubanos.
LA MENTIRA
Una rápida búsqueda en internet del tema de las sanciones a Venezuela nos lleva a Wikipedia, que a primera vista nos dice para quién trabaja. Esta enciclopedia digital, luego de una serie de artimañas para legitimar las sanciones, nos dice:
“Las sanciones incluyeron el congelamiento de las cuentas y bienes de los individuos, la prohibición de transacciones con los mismos, confiscación de bienes, embargos de armas y prohibiciones de viaje. David Smolansky ha declarado que las sanciones se enfocaban en Maduro y en las élites del chavismo, mientras que tenían poco impacto en los venezolanos promedio, y The Washington Post describió que las carencias en Venezuela preceden desde hace mucho, a las sanciones de Estados Unidos impuestas recientemente.
Durante la crisis presidencial de Venezuela, Estados Unidos aplicó sanciones adicionales a las industrias del petróleo, el oro, la minería y la banca. Un reporte de las Naciones Unidas reporta que a pesar de que las nuevas sanciones podían empeorar la crisis en Venezuela, «la crisis socioeconómica llevaba varios años desarrollándose previo a la imposición de las sanciones».
En abril de 2019, Human Rights Watch y la Facultad de Salud Pública de Johns Hopkins Bloomberg publicaron un reporte conjunto observando que las sanciones iniciales no estaban dirigidas a la economía venezolana de ninguna manera, agregando que las sanciones impuestas en 2019 podían empeorar la situación, pero que «la crisis las precedía».
(https://es.wikipedia.org/wiki/Sanciones_internacionales_durante_la_crisis_en_Venezuela)
Luego de acuñar una supuesta “crisis presidencial” en Venezuela, el escrito se dirige a banalizar el impacto de las sanciones, a decir que las sanciones estaban dirigidas solamente a personajes particulares del Gobierno Bolivariano, y que no afectarían al ciudadano común, y que si había algún problema económico en el país, éste no se debía a las sanciones sino al gobierno Bolivariano, ya que “la crisis precedía a las sanciones”.
Este fue el discurso que se repitió una y otra vez, la técnica usada se llama “Inundación” y consiste en repetir un mensaje 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año, hasta sembrar en la mente de la Audiencia-Blanco, el mensaje predeterminado. Goebbels sabía muy bien lo que hacía y sus discípulos, quienes hoy dirigen la G.C. lo han copiado perfectamente.
La Audiencia-Blanco de este tipo de mensaje ya lo habíamos delineado anteriormente:
Sujetos con poco o ningún nivel de información acerca del mecanismo de las sanciones.
Sujetos con Nivel Intelectual por debajo del promedio, que necesitan concreción y se les dificulta la abstracción.
Sujetos confundidos lingüísticamente al creer que las sanciones es una especie de “Advertencia”, algo así como: “la próxima vez que lo hagas si te llevas un regaño”. En todo caso “Sancionar” no es tan grave como “Castigar”.
ANALISIS
Habida cuenta de que hemos propuesto los siguientes elementos como constitutivos de la Guerra Cognitiva, enumeramos:
a) Ofrecer al gran público gran cantidad de información.
b) Estructurar la Percepción Serial.
c) Disminuir la capacidad de análisis.
d) Impactar a la opinión pública con un evento de grandes proporciones que genere respuestas emocionales difíciles de manejar.
e) Difundir e Instaurar el “Mensaje ideal”.
f) Estructurar el Sesgo Cognitivo.
g) Guiar a los sujetos para que ejecuten conductas a favor de ese sesgo cognitivo.
Vemos como repitiendo mensajes como el que parece en Wikipedia y que a cada momento repetían los voceros de la Oposición venezolana y en la prensa mundial y nacional, se puede alimentar los literales a) y b) hasta llegar al literal c).
El evento emocional descrito en el literal d) es el manejado en los videos como el anteriormente descrito en el que se muestran vehículos nuevos (iraníes) y una voz en off tratando de despertar el odio y la envidia.
Una vez manejados estos elementos, los que manejan la G.C. difunden el “mensaje ideal” (ideal para ellos), y dicen que “las sanciones no existen”, ya esto es una buena base para estructurar el Sesgo Cognitivo que en este caso puede ser un Sesgo de Confirmación. Este sesgo describe la tendencia que tenemos los seres humanos de buscar información que confirme o fortalezca nuestras creencias y puntos de vista. Esto implica que solemos ignorar toda evidencia que vaya en contra de lo que pensamos sobre un tema específico. Como en el caso de que la idea de que automóviles nuevos es una prueba irrefutable de que no existen las sanciones, aunque sean automóviles iraníes. Este tipo de Sesgo Cognitivo conlleva al “Efecto Avestruz”. Este Sesgo Cognitivo hace que en ocasiones subestimemos los peligros y evitemos información que consideramos negativa. De manera que, aunque el sujeto blanco de la G.C. siente los efectos de las sanciones nunca llega a aceptar su existencia. Es decir, así como David Copperfield hizo desaparecer la Estatua de la Libertad, los que enfilan la G.C. contra nuestro país, han hecho desaparecer las sanciones en la mente de muchos compatriotas, aunque los terribles efectos los padezcamos todos los venezolanos.
RECOMENDACIONES
Ha de buscarse una manera de hacer concreto la idea de las sanciones. Lenin había dicho: “El socialismo son los Soviets más la electrificación del país”, así, ha de construirse una frase que conlleve a la concreción los efectos de las sanciones.
Han de buscarse métodos efectivos para explicar al pueblo el mecanismo de las sanciones.
Han de ilustrarse los mecanismos que la república ha debido sortear, para hacer entender a la población las implicaciones de las sanciones. Por ejemplo, explicar cómo se ha hecho la triangulación para poder comprar medicinas. El Presidente ha insistido en no exponer estos mecanismos por considerarlos de Seguridad Nacional, pero hay que considerar que eso mismo favorece a la invisibilización de las sanciones.
Han de explicarse las sanciones, cuántas y cuáles son. Cómo nos afectan. Cómo afectan a los particulares que han sido sancionados.
COROLARIO
Estas líneas representan un abordaje del tema de las sanciones y su aplicación en la Guerra Cognitiva y representa un aporte para la estructuración de una línea de investigación al respecto, mismo que debe hacerse perfectible con la investigación y experimentación pertinente.