Estados Unidos tiene en Lenin Moreno, Iván Duque, Mauricio Macri y Michel Temer, entre otros, sus lacayos serviles. Las salidas de Ecuador del Alba y de Colombia de la Unasur debemos entenderlas como parte del plan estadounidense y su brazo ejecutor, la Organización Terrorista del Atlántico Norte (Otan), de desestabilizar la Revolución Bolivariana. ¿Por qué? Porque así como el Imperio Romano desmembró la Liga Latina en el año 338 antes de Cristo y el Imperio Británico a India, así desea dividir Estados Unidos a América Latina. Este Goliat sabe que el tercer objetivo histórico del Plan de la Patria atenta contra sus ambiciones expansionistas: “Convertir a Venezuela en un país potencia en lo social, lo económico y lo político dentro de la gran potencia naciente de América Latina y el Caribe, que garantice la conformación de una zona de paz en nuestra América”.
Miranda y Estados Unidos
El 8 de mayo de 1781 culmina la batalla de Pensacola que da la victoria a las fuerzas españolas sobre las británicas. Miranda fue ascendido a teniente coronel por su labor en la planificación y estudio del terreno. El 16 de septiembre de 1783, escribe en su diario una objeción a la Constitución estadounidense que le hizo a Samuel Adams: “¿Cómo en una democracia cuya base era la virtud, no se le señalaba puesto a esta, y por el contrario, todas las dignidades y el poder se daban a la propiedad, que es justamente el veneno de una república semejante?”. Ese mismo día critica el machismo: «Las mujeres aquí tienen poquísima instrucción”. Sobre el racismo escribe: «Phillis Weatley, negrita esclava venida cuando niña de la costa de Guinea hoy se está muriendo en la indigencia”.
El 25 de enero de 1786 Thomas Jefferson escribe a Archibald Stuart: “Nuestra Confederación debe ser considerada como el nido desde el cual toda América, así como la del Norte como la del Sur, habrá de ser poblada. Más cuidémonos de creer que interesa a este gran Continente expulsar a los españoles. Por el momento, aquellos países se encuentran en las mejores manos, sólo temo que éstas resulten demasiado débiles para mantenerlos sujetos hasta que nuestra población progrese lo suficiente para ir arrebatándoselos, pedazo por pedazo”.
En 1790, Miranda despliega el Proyecto de Constitución para las Colonias Hispanoamericanas, en el cual propone formar con ellas una gran nación culturalmente raizal cuya fuerza descansaría precisamente en esa unión política.
Unasur y ALBA TCP
El 8 y el 14 de diciembre de 2004 fueron creadas la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos. El 28 de junio de 2009 ocurre en Honduras un golpe de Estado al presidente Manuel Zelaya por diferencias que el mandatario tenía con el Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Electoral de Honduras y la Corte Suprema de Justicia, sobre la legalidad de una cuarta urna, para votar un referéndum y cambiar la Constitución por medio de una Asamblea Constituyente. La CIA planifica el golpe porque el país centroamericano pertenecía al Alba.
Con respecto a Ecuador, es importante saber que el presidente Lenin Moreno fue captado por la CIA mucho antes de las elecciones del 19 de febrero de 2017. El rol de Moreno es ser pieza rastrera de sus amos norteños. En su conciencia retumban las palabras de Eloy Alfaro: “Si en lugar de afrontar el peligro hubiera yo cometido la vileza de pasarme al enemigo habríamos tenido paz, mucha paz, la paz del coloniaje”.
El presidente entreguista de Colombia Iván Duque dijo el 27 agosto de 2018 que Unasur fue creado para “fracturar la región y que sólo sirve como comodín para ayudar a la dictadura”. El 10 de agosto de 2018, el gobierno colombiano anunció el retiro del país de ese organismo. Los más de ocho millones de colombianos que no votaron por el candidato uribista más los que votaron por Duque por miedo al paramilitarismo le recuerdan las palabras de Antonio Nariño: “Que se diría de unos hombres que viendo asaltar su casa por los ladrones, se pusieran a disputar con sutilezas los derechos que cada uno tenía para vivir en esta sala o en la otra”.
¿Y la Colombia bolivariana?
Ecuador y la actual Colombia (que debería llamarse Nueva Granada) formaban, junto a Venezuela, la República de Colombia (conocida erradamente como la Gran Colombia) creada por el Libertador Simón Bolívar el 17 de diciembre de 1819, en Angostura. Este país, germen del Bolivarianismo, tuvo por objetivo hacer de la América hispana una sola nación como la concibió Miranda y como reza nuestra tercera estrofa de nuestro himno nacional Gloria al bravo pueblo: “unida con lazos que el cielo formó la América toda existe en nación”. Un antecedente epistolar de esta unión data del 13 de septiembre de 1813, cuando Simón bolívar le expone al presidente del congreso de la Nueva Granada, Camilo Torres, sus ideas sobre la organización política de Venezuela y la unión de las dos regiones en un solo Estado.
El 12 de junio de 1818, desde Angostura escribe: “¡Habitantes del Río de la Plata! la República de Venezuela, aunque cubierta de luto, os ofrece su hermandad; y cuando cubierta de laureles haya extinguido los últimos tiranos que profanan su suelo, entonces os convidará a una sola sociedad, para que nuestra divisa sea Unidad en la América meridional”.
El 27 de abril de 1826, Bolívar escribe: “Yo sé que cada República americana tiene pendiente su suerte del bien de las demás, y que el que sirve a una sirve a muchas”. El 12 de mayo del mismo año, Bolívar le escribe al general Antonio Gutiérrez de la Fuente la necesidad de “una federación general entre Bolivia, el Perú y Colombia, más estrecha que la de los Estados Unidos, mandada por un presidente y vicepresidente y regida por la Constitución boliviana”.
Ante la inminente desintegración de la República de Colombia y las traiciones, atentados y conspiraciones que desde la Nueva Granada se planificaban, Bolívar concluye que entre los nombres de Colombia y Bolivia prefiere este último.
Cipriano Castro y la Colombia bolivariana
En 1898, los presidentes Cipriano Castro de Venezuela y José Santos Zelaya de Nicaragua, el general neogranadino Rafael Uribe Uribe y el general ecuatoriano Eloy Alfaro, planifican reunir nuevamente la República de Colombia con la incorporación de Nicaragua. Estados Unidos abortó la refundación de esta gran nación e impidió por todos los medios cualquier unión o entendimiento entre Colombia, Venezuela, Ecuador y Nicaragua. En octubre de 1904 James Speyer, Presidente del banco Speyer and Company de Nueva York escribe a Paul von Hintze, embajador alemán en el país azteca: “México ya no es más que una dependencia de la economía de los Estados Unidos. Toda la región de México hacia el sur, hasta el canal de Panamá, ya forma parte de Norteamérica”.
¿Qué hacer?
Tenemos una deuda con Bolívar. No olvidemos sus últimas palabras pronunciadas el 10 de diciembre de 1830: “Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”. Chávez la salda creando el Alba, Unasur, Petrocaribe y la Celac. Debemos izar las banderas integracionistas. Debemos leernos, oírnos, vernos, sentirnos. Vendrán más presidentes que se parezcan a sus pueblos. La xenofobia de la que son víctimas los venezolanos en el exterior es parte del plan. Debemos leer el Plan de Realización del Supremo Sueño de Bolívar que escribió Augusto César Sandino el 20 de marzo de 1929.
Para Bolívar “La unidad lo hace todo y, por lo mismo, debemos conservar este precioso principio”. Su verbo es letra viva: “la unión debe salvarnos, como nos destruirá la división si llega a introducirse entre nosotros” porque “la unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino”. Por ello “necesitamos reunir todas nuestras fuerzas para lograr un golpe capaz de variar la suerte del país” donde nace la Patria Grande.
El rol del actual virreinato de Colombia es ser servil a Estados Unidos. Así como el coloso del norte se arrogó el nombre del continente, ella se arrogó el nombre mirandino concretado por Bolívar. Leamos el consejo que nos da Simón Rodríguez: “Hagan las Repúblicas nacientes de la India Occidental un SINCOLOMBISMO. Borren las divisiones territoriales de la administración Colonial, y no reconozcan otros límites que los del Océano. ¡SEAN AMIGAS SI QUIEREN SER LIBRES!”