Por: Luis Delgado Arria
En Venezuela, la polarización ideológico política ha creado un terreno fértil para la difusión de información sesgada y para la manipulación emocional
El imaginario de una política moderno burguesa, signada por el fetichismo de la mercancía, el fetichismo del dinero en tanto que dinero a interés y del dinero en tanto que capital, ha experimentado en los últimos años una transformación drástica que se fetichiza y totaliza todavía más en lo que hoy se conoce como una nueva era digital. Los algoritmos, omnipresentes en las mal llamadas «redes sociales» y las plataformas de información, se han convertido cada vez más en factores/ actores determinantes, moldeando el «sentido común» (Gramsci) y exacerbando las contradicciones y las divisiones.
Para explicar el fenómeno es preciso explorar cómo estos algoritmos contribuyen e inducen a la despolitización, la escalada de violencia simbólica y cinética, induciendo a la migración masiva.
Guerra cognitiva y manipulación algorítmica
La guerra cognitiva, definida como la manipulación sistemática de la información, la comunicación, y la cultura raizal de los pueblos; a fin de influir en la percepción, la atención, el procesamiento inteligente, la memoria singular y colectiva, y el comportamiento de la ciudadanía reducida a audiencias; encuentra en la ingeniería de los algoritmos un nuevo aliado muy poderoso. En Venezuela, la polarización ideológico política ha creado un terreno fértil para la difusión de información sesgada y para la manipulación emocional. Los algoritmos de las redes sociales, diseñados por Occidente para espiar e inducir hábitos y maximizar la participación y el tiempo de permanencia/ adicción, tienden a favorecer el contenido que genera respuestas emocionales fuertes, tales como el vértigo, el temor, el miedo y asimismo la ira, la tristeza, la depresión y la indignación (Vosoughi, Roy y Aral, 2018).
Psicología de la despolitización, la violencia y la migración
La exposición recurrente a contenido ideológico/ polarizado y a desinformación masiva, ha demostrado capacidad para generar efectos psicológicos adversos prolongados y daños psíquicos profundos. La teoría de la disonancia cognitiva, propuesta por Festinger (1957), sugiere que las personas tienden a evitar la información que contradiga o ponga en tela de juicio sus creencias preexistentes. Si a la propensión a la disonancia cognitiva antedicha le agregamos las distorsiones cognitivas y distorsiones ideológicas, el resultado es una Torre de Babel semiótica muy difícil de desenredar. En el contexto venezolano, esta praxis se ha traducido en una polarización aún mayor, con importantes masas de personas y colectivos que se refugian en burbujas informativas y grupos de adscripción estilo neotribus, reforzando así sus prejuicios y posiciones políticas parcialidades y resentidas. Además, la exposición sistemática a contenido desesperanzador, violento y extremista ha demostrado su aptitud para desensibilizar a personas y comunidades, y asimismo para trastornar su tolerancia a la confrontación política continuada. (Papacharissi, 2015). Este factor, combinado con el sensible deterioro de las condiciones de vida inducidas en países como Venezuela por el imperialismo mediante una guerra de sanciones, la escasez de bienes básicos y la inseguridad, ha desencadenado serios fenómenos de migración masiva y despolitización. El temor/ aversión a la pobreza, la violencia política inducida, la desesperanza aprendida (Maritza Montero) y la naturalización de un estilo de vida moderno burgués, vehiculado por todos los grandes medios de comunicación e información, y más recientemente por las redes sociales, han inducido a varios millones de venezolanos a abandonar su país.

Los algoritmos de IA, que gestionan e impulsan las redes sociales y las plataformas de desinformación, incomunicación y cultura de masas no son en absoluto neutrales
Inteligencia artificial y sesgos algorítmicos
Los algoritmos de IA, que gestionan e impulsan las redes sociales y las plataformas de desinformación, incomunicación y cultura de masas no son en absoluto neutrales. Los algoritmos están diseñados y manipulados por grandes corporaciones capitalistas y, por tanto, suelen reflejar los sesgos y prejuicios de sus creadores y financistas (O’Neil, 2016). En el contexto venezolano, ello ha resultado en un fenómeno caracterizado por la masificación de la desinformación, la pseudo comunicación y la propaganda política devenida operación psicológica, así como en la discriminación, descrédito o linchamiento simbólico de ciertas subjetividades políticas; como es el caso de la subjetividad chavista/ bolivariana. Los motes de chavestias, maburros, boliburgueses, bolichicos, rojos rojitos, zurdos, enchufados, casta, etc., dan cuenta de una operación de linchamiento simbólico político.
El sesgo según todo aquel que resista o no suscriba a pie juntillas el hegemonismo imperialista estadounidense es anti americano; y todo soberanista es anti libre mercado son ejemplos paradigmáticos de cómo los sesgos también pueden ser usados con fines ideológicos.
Medición de audiencias y análisis estadístico
La medición de audiencias y el análisis estadístico constituyen herramientas muy útiles para sopesar y comprender el impacto de los algoritmos en la política venezolana. El análisis de redes sociales y el procesamiento del lenguaje natural pueden revelar patrones de difusión de información y de operaciones de influencia mediante el uso masivo de cuentas falsas y de bots. Además, la estadística nos permite evidenciar las correlaciones entre la exposición a contenido polarizado y cargado de violencia ideológica/ política y el fenómeno complejo y multidimensional de la migración. De hecho, estudios han demostrado que la exposición asidua a noticias falsas y a propaganda política manipuladora y tendenciosa está directamente asociada con un aumento exponencial en la intención y de la acción de emigrar. Si a tal marco le agregamos la poderosa campaña internacional orquestada por agentes al servicio de potencias extranjeras (en Venezuela mercadeados como «influencers de la oposición») y el ya extinto Grupo de Lima, que impulsó la campaña bautizada como «de Venezuela me iría demasiado» sumado a las «facilidades migratorias» otorgadas y mercadeadas por el Occidente Colectivo, autorizando traspasar fronteras sin documentos; y recibir visados alegando estatus de presunto «perseguido político» y permisos temporales de trabajo, la operación tuvo un efecto devastador sobre la psique y la vida de millones de venezolanos.
El Estado fallido y la inducción de la migración masiva
La teoría del Estado fallido, que describe a un Estado incapaz de garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos, es relevante para comprender el fenómeno de la migración masiva en Venezuela (Rotberg, 2004). La crisis económica inducida por Estados Unidos y por todo Occidente contra Venezuela, la hiperinflación programada, la escasez inducida de alimentos y medicinas, la delincuencia mercenarizada y la extrema polarización mediático política fueron operaciones meticulosamente planificadas y financiadas para crear un clima de desesperanza aprendida que impulsó a millones de venezolanos a buscar refugio en otros países. El robo de divisas del Occidente al Estado venezolano para impedirle proveer servicios básicos, garantizar la seguridad y proteger los derechos humanos contribuyó a crear un clima de trauma complejo colectivo que fue aprovechado por agentes de gobiernos extranjeros para inducir un éxodo masivo y hacer pingües negocios con ello. Los algoritmos, al amplificar la desinformación y la propaganda política tendenciosa que mercadea a Venezuela como un país fallido, un Estado canalla y un pueblo sin esperanzas, han exacerbado esta situación, creando un clima de incertidumbre y hasta de desesperanza que impulsó a muchas personas, especialmente jóvenes, a abandonar el país.
A modo tentativo de cierre
La ingeniería de algoritmos ha demostrado desempeñar hoy un papel cada vez más decisivo en la política venezolana, contribuyendo a exacerbar la frustración, la despolitización, la escalada de violencia y la inducción programada del primer caso histórico de migración masiva en Venezuela. La guerra cognitiva, la psicología de la despolitización, la gestión tendenciosa de los sesgos cognitivos y algorítmicos, la gestión y medición de audiencias, la manipulación estadística y la inducción programada de un Estado fallido han sido operaciones de guerra encubierta, desplegadas como armas de destrucción masiva de nueva generación, consiguiendo profundizar y extremar este fenómeno complejo del linchamiento material y simbólico de la venezolanidad. Para mitigar los efectos negativos de los algoritmos resulta decisivo y urgente, entre otros, promover la alfabetización geopolítica y mediática, fomentar y difundir el pensamiento crítico decolonial y exigir transparencia y responsabilidad a las empresas de tecnología. Desde luego, además, es vital abordar las causas subyacentes de la polarización política y de la crisis económica. Es preciso promover un nuevo diálogo nacional que abone la reconciliación y siente las bases de un nuevo proyecto utópico nacional y compartido. Y es urgente investigar en profundidad las nuevas subjetividades hoy emergentes en los jóvenes nativos digitales. La grave erosión de la socialidad de los niños, adolescentes y jóvenes con sus padres, madres, hermanos, hermanas, compañeros, compañeras, abuelas y abuelos está originando la eclosión de nuevas subjetividades hiper individualistas, narcisistas y tiranas cuyos hábitos políticos distan mucho de lo que conocimos hasta hace una década. El paisaje hoy cotidiano de millones de niños, adolescentes y jóvenes desertando en todo el mundo de las canchas deportivas para jugar videojuegos o chatear con robots controlados por IA es ya rutina. Los trastornos de salud mental como la depresión infantil, adolescente y juvenil se vienen disparando. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que el suicidio es la cuarta causa principal de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años a nivel mundial (OMS, 2021); por otro lado, en los Estados Unidos, el suicidio es la segunda causa principal de muerte en personas de 10 a 24 años (MSD Manuals, 2023). Las nuevas generaciones podrían definirse como post alfabéticas, post atencionales, y post librescas gracias a su inmersión en la vida digital. Esta condición sumada a la gravedad de la crisis estructural del sistema capitalista que ya está impactando sobre cientos si no sobre miles de millones de niños y jóvenes hoy tiene potencial de favorecer la agenda post humana funcional a la sociedad liquida funcional al gran capital. La responsabilidad de las vanguardias políticas y epistémicas del Sur mundial en la exegesis y transformación del nuevo mundo es tan hipercompleja y desafiante como urgente.
Referencias:
Delgado, Luis (09 de marzo de 2023). Para una definición provisoria de la guerra cognitiva. Red Social CODI. https://redsocialcodi.com/para-una-definicion-provisoria-de-la-guerra-cognitiva/
Festinger, L. (1957). A theory of cognitive dissonance. Stanford University Press.
Gramsci, A. (1999). Cuadernos de la cárcel. Era.
Montero, Maritza (1984). Ideología, alienación e identidad nacional. EBUC.
MSD Manuals. (2023). Comportamiento suicida en niños y adolescentes. MSD Manuals. Recuperado de: https://www.msdmanuals.com/es/hogar/salud-infantil/trastornos-de-la-salud-mental-en-ni%C3%B1os-y-adolescentes/comportamiento-suicida-en-ni%C3%B1os-y-adolescentes
Noelle-Neumann, E. (1974). The spiral of silence a theory of public opinion. Journal of communication, 24(2), 43-51.
O’Neil, C. (2016). Weapons of math destruction: How big data increases inequality and threatens democracy. Crown.
Organización Mundial de la Salud (OMS). (2021). Suicidio. OMS. Recuperado de: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
Papacharissi, Z. (2015). Affective publics: Sentiment, technology, and politics. Oxford University Press.
Rotberg, R. I. (2004). When states fail: Causes and consequences. Princeton University Press.
Vosoughi, S., Roy, D., & Aral, S. (2018). The spread of true and false news online. Science, 359(6380), 1146-1.