Cosas interesantes están pasando en el mundo. Hechos que con el transcurrir de los años valoraremos en su justa dimensión. Reiteramos, algunas son simbólicas, pero lo simbólico tiene su valor, su importancia.
Si no fuera así, el hegemón, sus operadores, no le darían la importancia que tiene a lo simbólico.
A veces lo simbólico se fusiona con los buenos deseos, con el hacer algo en vez de sumarse a la desidia, a la simple observación.
Por ejemplo, Sudáfrica acusó a Israel de «presuntos» crímenes de genocidio cometidos durante su última gran ofensiva en Gaza; so pretexto de liquidar al grupo islamista Hamás. La acusación la presentó el pasado 29 de diciembre ante la justicia internacional, lo hizo luego de solicitar en reiteradas ocasiones un alto el fuego y lamentar públicamente los abusos contra los civiles.
Recordemos que el actual Gobierno sudafricano, históricamente, ha tenido una trayectoria de lucha, de firme apoyo a la causa palestina. El partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (CNA), identifica esa causa con la lucha que debió librar contra el régimen segregacionista del apartheid.
El 26 de enero, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la ONU falló indicando que “Israel debe tomar las medidas necesarias para evitar un genocidio«.
Para el gobierno africano, esto marca un precedente y lo considera «una victoria decisiva para el Estado de derecho internacional«. Según manifestaron en un comunicado, “la decisión del tribunal significa un hito importante en la búsqueda de justicia para el pueblo palestino«. Sudáfrica estima que, en un «fallo histórico«, la corte determinó que «las acciones de Israel en Gaza son creíblemente genocidas e indicó medidas provisionales sobre esa base«.
«Para la implementación del Estado de derecho internacional, la decisión es trascendental. Sudáfrica agradece a la corte su rápido fallo«, enfatizó. En esa misma línea, consideran que “terceros Estados son ahora conscientes de la existencia de un grave riesgo de genocidio contra el pueblo palestino en Gaza«.
Finalmente, insta a que más países, más organizaciones, «también deben actuar de forma independiente e inmediata para prevenir el genocidio por parte de Israel y garantizar que ellos mismos no violen la Convención sobre el Genocidio, incluso ayudando o colaborando en la comisión de genocidio«.
Lo dijimos anteriormente, Israel se ganó ya, globalmente, el repudio de las grandes mayorías. No se tolera el nivel de ensañamiento al que someten al pueblo palestino. Inclusive, ante la presión de sus pueblos, Europa Occidental y Estados Unidos le están diciendo al gobierno de Netanyahu que debe “moderar” su brutal masacre.
Lo hacen tímidamente, pero lo hacen. Algo que no sucedía desde que empezó la invasión israelí hace casi 80 años. Esto es importante. Lo es más porque quien se puso al frente de esta cruzada contra el genocidio es un país africano, un país del Sur Global.
Es un hecho simbólico que un país de estas características protagonice esa demanda, que cientos de millones de personas se identifiquen con su demanda, que la compartan, que la apoyen.
Ya el hegemón, ya Occidente, pierde la iniciativa. Otra manifestación del nuevo orden mundial que emerge. Ante eso ¿con que responde Occidente?
Pues activa la OTAN, que ya quedó muy maltrecha con el conflicto en Ucrania, para montar el Ejercicio Steadfast Defender 2024 (Firme Defensor 2024), considerado por muchos el mayor despliegue de hombres y equipos desde tiempos de la Guerra Fría.
En efecto, en el ensayo participan 90.000 soldados, 50 buques de guerra y más de 80 aeronaves. Según informaron sus voceros, el objetivo es ensayar un «conflicto emergente» contra el enemigo, el “fantasma”, el “coco” de siempre: Rusia.
Recordemos que el ejercicio fue anunciado el 18 de enero por el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense Christopher Cavoli.
En realidad, viene a ser la segunda edición del Steadfast Defender, anteriormente se había efectuado en 2021, pero aquel no tuvo las dimensiones del actual que, según sus organizadores, buscan ensayar una «disuasión y defensa de la zona euroatlántica«.
En palabras de Cavoli, la Alianza demostrará su capacidad para reforzar la zona euroatlántica mediante el desplazamiento transatlántico de fuerzas desde Norteamérica. Este refuerzo se producirá durante un escenario simulado de conflicto emergente contra un adversario del mismo calibre.
«El Steadfast Defender 2024 será una clara demostración de nuestra unidad, fuerza y determinación para protegernos mutuamente, a nuestros valores y al orden internacional basado en reglas», acotó Cavoli
Como la intención es evidente, la cancillería rusa cogió el guante, el viceministro de la cancillería rusa, Alexandr Grushkó, llamó la atención sobre de los riesgos de incidentes militares que entrañan las maniobras Steadfast Defender 2024.
«Cualquier acontecimiento de esta envergadura aumenta significativamente el riesgo de incidentes militares y desestabiliza aún más la situación de seguridad…El objetivo de los dirigentes de la alianza es mantener a flote la OTAN como herramienta para mantener la influencia de EEUU en el mundo”, explicó.
El escritor de temas internacionales, Manuel Monereo, comentó que «ante el fracaso militar en Ucrania, la OTAN trata de dar la sensación de que tiene capacidad de vencer a Rusia, y trata de justificar el incremento del gasto militar en los países miembros y la política de militarización de las relaciones internacionales, algo que va a verse con mayor claridad después de estas maniobras«.
Como en los viejos tiempos de la Guerra Fría, cuando se estimulaba el miedo al comunismo, a la Unión Soviética, hoy apelan al mismo recurso, para justificar la militarización.
Esto se ve, señala el escritor, cuando en el Viejo Mundo se vuelve a hablar de una vuelta al servicio militar obligatorio y de que va a haber un enfrentamiento con Rusia en menos de 10 años.
«El valor simbólico de las maniobras es altísimo, mucho mayor que el del operativo militar, donde las posibilidades de que haya accidentes no previstos son muy altas precisamente por las incapacidades manifiestas de la OTAN a la hora de tener una estrategia militar integrada seria«, asevera Monereo.
Otro intelectual europeo, el historiador José Miguel Villarroya, también cree que estas maniobras tienen que ver con el fracaso de la OTAN en Ucrania,
“La tan cacareada contraofensiva ucraniana ha sido un fracaso total y ya dan por supuesto que Kiev va a tener que firmar algún acuerdo de paz o continuar la guerra y seguir perdiendo territorios…Creo que la OTAN intentará hacer una demostración de fuerza para tranquilizar un poco a estos países, dándoles a entender que todavía tiene fuerza disuasoria para impedir un ataque de Rusia que, entiendo yo, no está en su agenda, salvo que los países de la OTAN se metan más directamente de lo que ya lo están en el conflicto ucraniano«, sostiene.
Eso tiene que ver también, lo hemos dicho, con los problemas internos que afectan a la Unión Europea. Los países miembros tienen severos problemas internos derivados de la Guerra con Rusia, sobre todo Alemania que, de tener combustible barato, confiable, con Rusia; ahora debe comprarlo con sobreprecio por sumarse ciega y tontamente a los caprichos de Washington.
Apelando al “coco” distraen la atención de esos problemas y llevan a la gente a una locura guerrerista que beneficia a unos pocos, que en estos casos están, casi siempre, al otro lado del Atlántico.
Tiene que ver también con negocios, con el dinero que va a ganar la industria armamentística, principalmente la norteamericana, que siempre saca ventaja de sus “socios”.
.»Desde esta perspectiva, estas maniobras pretenden dar la sensación de que hay una fuerza con capacidad de vencer a Rusia, y generarle miedo a Rusia, para que se pueda justificar el rearme de los países de la OTAN; crear opiniones públicas favorables a la integración en torno a la OTAN y convertirla en el brazo armado de los países europeos«, dice el historiador. .
Pero volviendo al citado Monereo, la principal razón del desarrollo de Steadfast Defender tiene que ver con el fracaso de la guerra contra Rusia en Ucrania.
No tuvieron en cuenta, los estrategas occidentales, el enorme potencial económico y productivo del gigante euroasiático ni las capacidades de su complejo militar-industrial, al tiempo que sobrevaloraron las capacidades del ejército ucraniano, que fue entrenado y armado por la OTAN.
«Y este fracaso muestra las limitaciones estratégicas de la OTAN y de las fuerzas de EEUU, que, históricamente, siempre ha escalado después de las derrotas, generando monstruos que luego no puede controlar«, explica.
Mientras Occidente, en realidad Estados Unidos, secundado por la Unión Europea, sigue en sus juegos de guerra, que impresionan y atemorizan cada vez menos, pero si siembran dolor y miseria, el otro gigante, China, a través de Wu Qian, portavoz del Ministerio de Defensa de China, calificó a la OTAN como «máquina de guerra andante» que esparce el caos por donde va.
Lo hizo al comentar las declaraciones del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, quien dijo que la OTAN no se acercaba a Asia, sino que China se aproximaba a África y al Ártico, lugares importantes para la seguridad de esa organización militar.
Wu instó a que Stoltenberg dejara de fabricar mentiras, advirtiendo que el bloque bélico occidental continúa acercándose a Asia-Pacífico, con el pretexto de la inexistente «amenaza china«.
Creemos que Occidente fanfarronea, ya está más que demostrada la superioridad de las armas rusas, de su tecnología, de su estrategia, demostrada en el frente de guerra.
Allí han quedado los sistemas defensivos anti aéreos occidentales, los Patriots, por ejemplo, destruidos por los proyectiles rusos. Allí están los blindados y tanques norteamericanos, alemanes, franceses, inutilizados por los misiles rusos.
Allí están los drones rusos reconfigurando una nueva forma de hacer la guerra. Pero, además, los aliados rusos, Corea del Norte, Irán, mostrando músculo, ante las mermadas armas de Occidente.
No hablemos de China, que ya supera en muchos aspectos a Estados Unidos.
No sólo eso, Rusia, China, otros países no OTAN, tienen como producir, es decir, tienen los recursos naturales, las materias primas, la tecnología, para sostener guerras según los parámetros actuales, según los parámetros que la guerra en Ucrania nos ha develado.
Occidente lo tiene difícil, sobre todo la Unión Europea. Estados Unidos puede, todavía, intimidar. Todavía tiene fuelle, por eso la creación del AUKUS.
Todavía son una superpotencia relevante, pero una superpotencia en declive. Ellos declinan y otros ascienden.
Por eso fanfarronean y tratan de detener el ascenso de los otros grandes protagonistas de la geopolítica global.