Asfixia Económica. La columna vertebral del ataque contra Venezuela se basa en la explotación al máximo de las debilidades económicas del país y de los errores cometidos en diversas áreas. Su finalidad es erosionar la calidad de vida de las mayorías para derrocar al Gobierno Bolivariano. El secuestro de Álex Saab pretende desmoronar la nueva estructura económica-financiera creada para evitar el bloqueo y al mismo tiempo amedrentar a quienes apoyan al Gobierno Bolivariano.
Despolarización y Despolitización. Este fenómeno, aunado a los errores propios, genera la desmovilización, desmoralización y apatía de la población frente a la política. Esto es un efecto directo de una situación económica que no encuentra salida aún desde el ejercicio de la política. Destruir el esfuerzo para burlar el bloqueo, se traduce en mayores dificultades para superar la despolitización de las mayorías. La apatía es funcional a los planes del imperialismo y crea condiciones para el surgimiento de «alternativas» a la polarización.
Debilitar el apoyo popular. Socavar el apoyo popular del chavismo es fundamental para aniquilar el proyecto de transformación radical de la sociedad venezolana. La nueva realidad económico-social del país ha generado un impacto en la subjetividad y específicamente, ha posicionado ideas conservadoras contrarias a la Revolución Bolivariana. Neutralizar a Álex Saab refuerza el bloqueo y por ende, contribuye a erosionar el apoyo al Gobierno nacional.
Desacreditar a las FANB. El escenario que privilegian desde la Casa Blanca para tomar Venezuela busca evitar la confrontación
armada y especialmente, la intervención militar directa estadounidense por el alto costo político que ésta implica. Acabar con la unidad cívico-militar es clave en ese diseño. Minar la resistencia cívico-militar es una orientación central en sus planes. El caso de Álex Saab pretende convertirse en un castigo ejemplarizante para quienes disienten de la política de Estados Unidos.
Diálogo y Cooptación. El diálogo pensado por el imperialismo persigue una negociación para la rendición, entrega del gobierno nacional y una transición pacífica que permita imponer sus intereses geo-estratégicos. Esto supone debilitar previamente a los actores más radicales del chavismo, cooptar a un sector del chavismo, brindarles «garantías» en la transición, dividir las fuerzas patriotas y así debilitar la resistencia político-militar del chavismo. El secuestro de Álex Saab, aunque implosiona la mesa de México, es un elocuente mensaje de EE.UU. para presionar una negociación o incluso promover la traición abierta por el miedo que la acción intenta inocular.
Referéndum Revocatorio, Elecciones Presidenciales y Salida Militar. La Casa Blanca no renuncia a ninguna táctica para derrotar a la Revolución Bolivariana. Realizar el referéndum revocatorio o forzar unas elecciones generales anticipadas son parte de los escenarios que se promueven desde Washington. Sin dudas, privilegian una salida electoral pero eso no excluye una agresión militar contra el país. Por ello, la intensa labor del Jefe del Comando Sur Craige Faller en latinoamérica y especialmente, tanto en Colombia como en Brasil. Es irrefutable que el caso de Álex Saab presagia futuros escenarios de conflictividad auspiciados por Estados Unidos y refrenda su agresiva política exterior contra Venezuela. Biden con ello demostró que con el imperialismo no hay salida negociada posible cuando un pueblo ha decidido ejercer su soberanía.
Por Fernando E. Rivero O.
MSc. en Filosofía de la Guerra.
@friveroosuna