Sara Rosenberg*
Al señor Tillerson habría que llamarlo “señor Exxon”, y este “señor Exxon” en su gira por América Latina ha continuado y profundizado su guerra abierta contra el chavismo, contra Cuba y contra todo aquel gobierno que pretenda romper la vieja dependencia colonial e imperial. En el guión de esta gira desesperada del señor Exxon- Tillerson se ataca a toda la América resistente.
Hay que recordar que el señor Exxon-Tillerson era Presidente y Consejero Delegado de Exxon Mobil, cuando en el 2007 fueron nacionalizadas por Hugo Chávez sus inversiones en la Faja Petrolífera del Orinoco. Exxon Mobil forma parte del Gobierno de EE.UU, ya que actúa como un verdadero poder en la sombra que toma las decisiones en política exterior y que a instancias de Tillerson, la revolución chavista ya fue declarada entonces “enemiga peligrosa de EE.UU”. La cruzada del “señor Exxon” trata ahora de impedir que el presidente Maduro sea reelegido en las próximas elecciones y que sea presidente hasta 2025. Tal como dijo este lunes el presidente Maduro “Él -el señor Tillerson- tiene contra Venezuela el odio, se ve el odio de quien perdió un litigio contra nuestro país, le ganamos a la Exxon Mobil”, empresa que estuvo bajo la dirección de Tillerson entre 2006 y 2016. Exxon Mobil demandó a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) ante el tribunal arbitral del Banco Mundial, buscando obtener una indemnización de 20 mil millones de dólares inicialmente en el año 2007, cuando decidió no renegociar sus proyectos petroleros de Cerro Negro y La Ceiba con PDVSA, luego de la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco, por parte del comandante eterno Hugo Chávez Frías. Luego de casi una década de choques legales, revisiones y apelaciones a distintos fallos, en marzo de 2017 el tribunal arbitral del Banco Mundial decidió que la demanda de ExxonMobil contenía irregularidades y liberó a PDVSA de pagar las indemnizaciones solicitadas. Con el fallo a favor de la estatal venezolana, la petrolera estadounidense sufrió quizás la mayor derrota legal de su historia….”
El señor Exxon-Tillerson y su gobierno están desesperados y sale de gira para crear una alianza contra Venezuela (encabezada por Macri-Santos-Kuzinsky-Temer, modelos de mafiocracia…) y al mismo tiempo azuzar con el miedo al “ogro chino-ruso”. Lo cierto es que el imperialismo, que tanto ha invertido en la oposición venezolana y en sus dirigentes, se encuentra con un instrumento inútil porque la oposición venezolana está dividida, derrotada electoral y políticamente y su función es obedecer y rogar por el apoyo de los EEUU y la UE para sobrevivir, es decir, rogar por una intervención militar en Venezuela. Además, el señor Exxon-Tillerson inicia su gira justamente cuando la mesa de diálogo del chavismo con la oposición en Santo Domingo está a punto de firmar un acuerdo trascendental que garantizaría la posibilidad de un dialogo que evite la confrontación violenta que alientan el imperialismo estadounidense y europeo. Y este es el eje de la cuestión. La llamada “oposición venezolana” carece de sustento político más allá de la violencia y la ilegalidad. Son un títere descabezado por la fuerza del movimiento popular y la resistencia al imperialismo. (El 8 de febrero de 2018, el gobierno venezolano informa que el jefe de la oposición, Julio Borges, se negó a firmar el acuerdo, después de recibir una llamada “en ingles” desde Colombia. Bochornoso, pero cierto).
EEUU quiere evitar a toda costa que Maduro sea reelegido en las próximas elecciones presidenciales, pero la división de la oposición y su falta de proyecto no ayuda. Por eso acelera la aplicación de sanciones al crudo venezolano para provocar el default o cese de pago. En este contexto se incluyen también las sanciones de la UE a Venezuela y la posible retirada de todos sus embajadores en solidaridad con España tras la expulsión de su embajador. La orden es clara, EEUU reasegura a sus súbditos de Europa y de los países con gobiernos neoliberales latinoamericanos (Argentina, México, Perú y Colombia) que ya han expresado su intención de no reconocer los resultados de las próximas elecciones y Macri se ha prestado dócilmente a bloquear las ventas del petróleo venezolano, mientras el pueblo argentino soporta y lucha contra sus políticas de desguace de todas las conquistas sociales y políticas.
Como prólogo a su gira por México, Argentina, Perú y Colombia y Jamaica, el señor Exxon-Tillerson dio una conferencia en la Universidad de Austin, Texas, donde no escatimó amenazas: dijo abiertamente que tiene la expectativa de que militares venezolanos derroquen al régimen chavista y hasta se atrevió a decir que espera que Nicolás Maduro termine en una “linda casa en la playa” en Cuba. Leer este discurso con cierto distanciamiento, permite comprender no solo lo desesperados que están, sino lo chapuceros que son cuando sus espantapájaros democráticos han ardido y ya no les sirven como antes. Si antes fueron capaces de crear “dictadores” que justificaran invasiones y guerras -como es el caso del crimen contra Irak, Libia, o Yugoslavia- ahora el tiempo y el petróleo apremian, pero ya no pueden controlar tan fácilmente a sus antiguos socios ni los espejitos de colores son únicamente made in USA, y como ellos mismos se han encargado de difundir, la cultura del mercado se auto justifica… no hay nada que no sea intercambiable.
El discurso y la gira misma expresan la debilidad del imperialismo en este momento. Lo más interesante del mensaje de Exxon-Tillerson- Trump, fue “su alarma por la influencia creciente de China y Rusia en América Latina.”
En su discurso, Tillerson advirtió a los países de América Latina de una dependencia excesiva en sus lazos económicos con China, y argumentó que la región no necesita nuevos poderes imperiales. (Resumen Latinoamericano/ 02 febrero 2018) : “América Latina no necesita nuevas potencias imperiales que únicamente buscan beneficiar a su propia gente”, sostuvo. Y de inmediato atacó a Rusia: “la creciente presencia rusa es alarmante también, porque continúa vendiendo armas y equipamiento militar a regímenes hostiles que ni comparten ni respetan los valores democráticos”. Tillerson no precisó a cuáles países se refería, pero a lo largo de su discurso señaló a Venezuela y a Cuba como las dos naciones que “ignoran el momento democrático en Latinoamérica”. “Estados Unidos seguirá siendo el socio más estable, fuerte y duradero de Latinoamérica”, defendió. “Nuestra región debe estar en guardia contra los poderes lejanos que no reflejan los valores fundamentales de la región. Estados Unidos es un claro contraste a esto. (…) Nosotros buscamos socios”, afirmó luego.
¡No deberían existir, pero existen estos grados de cinismo e hipocresía…valores fundamentales: el crimen organizado!
Según el presidente Maduro, la derecha internacional le dio la espalda a Tillerson debido a sus “ideas extremistas” contra Venezuela…Y la gira fue un fracaso, como evidencia el hecho de que el presidente de facto de Brasil, Michel Temer, a través de su canciller, Aloysio Nunes, criticó el posible golpe de Estado contra Venezuela y afirmó que solo puede haber un cambio “mediante el pueblo venezolano”. Por su parte, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, quien el pasado año respaldó la injerencia contra Venezuela y recibió el martes 06 de febrero a Tillerson, envió una carta de invitación a Maduro para asistir a la VIII Cumbre de las Américas, a realizarse en Perú, etc. etc. etc.
A veces imagino el cuerpo del imperialismo y veo su lenta agonía, su dañina y cruel agonía. Está en el pulmotor, respira mal y se oyen los estertores detrás de la voz del “señor Exxon-Tillerson”, que aunque chilla y amenaza no puede ocultar ese ronquido de su respiración asistida y agónica…
*Sara Rosenberg, escritora y artista, es miembro del Foro Contra la Guerra Imperialista y la OTAN.
Fuente Diario Octubre