Este tipo de guerra maneja el sesgo cognitivo como fenómeno estudiado en psicología social, que hace referencia a la tendencia sistemática de pensar de manera distorsionada, debido a la interpretación sesgada de la información disponible. Si la guerra cognitiva es el revólver, las redes infoelectrónicas son las balas
El 26 de julio de 2024, el semanario El especulador precoz publicó una caricatura de Iván Lira en la que una persona dice: “Venezuela está lista para las elecciones”. Una serpiente responde: “y los enemigos del país también”.
Siempre dijimos que la batalla del 28 de julio era, después de la de Carabobo, una de las más importantes en nuestra historia.
Los planes de la señora Machado
Gracias a un patriota cooperante, supimos las acciones de María Corina Machado Parisca a las cuatro de la tarde del mismo día de las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024: “Yo sabía que íbamos a perder porque esa chusma de más de 5 millones apoya al piazo e’autobusero y para colmo el sistema electoral está blindado (antes era mejor porque acta mataba votos). El plan era hacerle ver a nuestra gente que estábamos ganando, después de que Elvis Amoroso anunciara los resultados cantar fraude, luego cacerolear, echar tiros, guarimbear, incendiar centros de salud, guarderías, sedes del Psuv, instituciones del gobierno, quemar negros chavistas, tumbar estatuas de Chávez, poner guayas para degollar a motorizados. Ya contraté varios comanditos (pranes, malandros, azotes de barrios, narcotraficantes). Hay que sembrar el caos. La CIA, Biden, Milei y Netanyahu me apoyan. Recuerden que cuento con mis amigos Elon Musk y Mark Zuckerberg expertos en guerra cognitiva”. Mientras ella vociferaba, el candidato derrotado, Edmundo González Urrutia, permanecía callado, su cara de abuelito bonachón mostraba fatiga.
Siguiendo órdenes de la “Iron Lady”, como llama la revista Times a la señora Machado, los terroristas salieron a hacer sus fechorías y hasta destruyeron dos estatuas que forman parte de la simbología espiritual del pueblo: el indio Coromoto y José Gregorio Hernández.
Comanditos
El 29 de julio de 2024, el fascismo hizo acto de presencia en las zonas populares de Caracas y de varias ciudades del país. Elvis Amoroso dio los resultados en los primeros minutos de la madrugada que daban ganador al presidente Maduro. Los comanditos, jóvenes terroristas entrenados en el exterior, llegaron a Venezuela una semana antes de las elecciones. Cometieron distintos actos fascistas, asesinaron a líderes comunales, derribaron estatuas de Chávez, quemaron casas del Psuv.
Muerte a sacerdotes y monjas
El 24 de marzo de 1980, mientras celebraba el sacramento de la reconciliación, una bala asesina atravesó la casulla y el corazón del sacerdote Óscar Arnulfo Romero. El 2 de diciembre de 1980 miembros de la Guardia Nacional de El Salvador detuvieron a cuatro religiosas Ita Ford, Maura Clarke y Dorothy Kazel y a la misionera Laica Jean Donovan que habían abandonado el Aeropuerto Internacional de Comalapa. Ellas fueron conducidas a un lugar aislado, para más tarde ser violadas y asesinadas con armas de fuego. El crimen fue realizado por cinco miembros de la Guardia Nacional.
Para el sacerdote jesuita Ignacio Martín-Baró, la agresión es aquel “instinto que lleva al hombre como animal a combatir contra los miembros de su misma especie”. Para el padre de la psicología de la liberación, “la fuerza instintiva de la agresión opera según un modelo de tipo hidráulico: la energía instintiva se va acumulando y va produciendo un estado tensional que, ante los estímulos adecuados (estímulos desencadenantes), hace posible el comportamiento agresivo”.
Para el sacerdote jesuita Ignacio Ellacuría, los terroristas “han organizado sus vidas en torno a valores inhumanos”. Para el entonces rector de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, el sistema civilizatorio occidental “se sustenta sobre unos pocos que manejan la mayoría de los recursos, mientras que la gran mayoría ni siquiera puede cubrir sus necesidades básicas”. Por tal razón, Ellacuría propone como “crucial definir un sistema de valores y una norma de vida que tenga en cuenta a todo ser humano”.
Las vidas de estos dos españoles de nacimiento, pero salvadoreños por nacionalización, fueron cercenadas el 16 de noviembre de 1989. Entre 1981 y 1983, González Urrutia se desempeñó como primer secretario de la embajada venezolana en San Salvador. Desde allí, junto a Leopoldo Castillo, colaboró en el entrenamiento de estos terroristas.
Guerra cognitiva
En la última semana de agosto de 2024, ha bajado la tensión política en Venezuela, aunque en las redes infoelectrónicas continúa la campaña neofascista, disfrazada de las palabras libertad y fe. Pero entendamos que lo único que ha disminuido es la tensión, porque la agresión se mantiene a través de la guerra cognitiva. Este tipo de conflagración no convencional y sin reglas, cuyo escenario se disputa en la mente de cada individuo, tiene como objetivo destruir los valores y programar a la humanidad para el odio. La guerra cognitiva es llamada de sexta generación. La quinta fue la guerra cibernética, la cuarta la aeroespacial, la tercera la aérea, la segunda la naval y la primera la terrestre.
Sesgo cognitivo
El 9 de noviembre de 2017, Sean Parker escribió en su cuenta de Facebook, red infoelectrónica de la que es cofundador: “Solo Dios sabe qué le está haciendo esto al cerebro de nuestros hijos”. Este tipo de guerra maneja el sesgo cognitivo como fenómeno estudiado en psicología social, que hace referencia a la tendencia sistemática de pensar de manera distorsionada, debido a la interpretación sesgada de la información disponible. Si la guerra cognitiva es el revólver, las redes infoelectrónicas son las balas.
El proceso de pensamiento que se llevó a cabo para crear estas municiones se centró, explica Parker, en la pregunta: “¿Cómo consumen los usuarios la mayor parte posible de su tiempo y cómo es la atención consciente?”. Parker responde: “Esto significa que necesitamos darles una pequeña dosis de dopamina de vez en cuando a quienes dicen `me gusta´. Después de este, vendrán muchos más. Se trata, expone Parker, de `un ciclo de retroalimentación de validación social´ (…) exactamente el tipo de cosa que un hacker podría idear porque está explotando una vulnerabilidad en la psicología humana”.
Las cacerolas
El 30 de julio se oyeron los repiques de cacerolas contra Maduro en varias urbanizaciones, sin embargo, las oí también en zonas populares. Acá tuve la oportunidad de oír a varias personas, en su mayoría mujeres, argumentar porqué caceroleaban.
—¿Ustedes apoyan a Edmundo? —Les pregunté.
—No, profesor, nosotros votamos por Nicolás, pero le estamos tocando cacerolas a los politiqueros de nuestros barrios, estamos cansados de esos sinvergüenzas que aparecen sólo cuando bajan recursos y siempre aparecen en las fotos.
Corrupción es corrosión
Este ejercicio de autocrítica que hace el pueblo, basado en aquella máxima de Simón Rodríguez: “el alma de la sociedad es la crítica”, nos invita a recordar que el cimiento principal de la Revolución Bolivariana es la ética. Librar una batalla contra la corrosión, es decir, contra la corrupción, tal y como la define la cantautora ambientalista Leonor Fuguet, es la más dura batalla que contra este flagelo se ha llevado desde las luchas independentistas. El 30 de abril de 1827, nuestro presidente Simón Bolívar (1783-1830), escribe a su amigo el general británico Sir Robert Wilson (1777-1849) desde Caracas, Colombia, “las malas leyes y una administración deshonesta han quebrado la república; ella estaba arruinada por la guerra: la corrupción ha venido después a envenenarle hasta la sangre, y a quitarnos hasta la esperanza de mejora”.
El 29 de febrero de 1828, el Libertador escribe desde nuestra capital, Bogotá, “la corrupción de los pueblos nace de la indulgencia de los tribunales y de la impunidad de los delitos. Mirad que sin fuerza no hay virtud; y sin virtud perece la república”. En 1842, en su libro Sociedades Americanas en 1828, Simón Rodríguez (1769-1854) nos sentencia esta máxima: “La enfermedad del siglo es una sed insaciable de riqueza”. Quien es corrupto es indolente, es decir, no es revolucionario.
Maduro contra los enchufados
El 27 de agosto de 2024, el presidente Nicolás Maduro criticó a los seudopolíticos que conforman mafias enquistados en las filas revolucionarias: “a los enchufados se les sube el ego, se esconden, se infiltran y lo que buscan es contrato y beneficio. ¡Abajo los enchufados! ¡Viva la Revolución!”.
¿Qué hacer?
En un mensaje de texto, el maestro Rubén Rivas escribió: “No sé a ustedes, pero para mí, el teléfono se ha convertido en un trastocador de mi estabilidad emocional. Actúa como un animal agresivo. Cuando me alejo de él, siento una gran paz interior. Si me le acerco, se me acelera de inmediato el pulso cardíaco, me paraliza, y por más que quiero correr no puedo”.
Hagamos un ejercicio: disminuyamos el tiempo de uso de las redes infoelectrónicas. Leamos libros de papel. Hagamos ejercicios físicos. Resolvamos problemas matemáticos. Conversemos con nuestros amigos. Cantemos en coro. Comamos en familia. Hagamos más humana la humanidad.