Impera una relativa calma en el centro de la tormenta, donde los vientos son más débiles y el clima es más despejado, en contraste con las fuertes tormentas que lo rodean
Por: Roberto González Cárdenas
Completada la “Guerra de los Doce Días” (sus principales actores: Israel, Estados Unidos e Irán), en la cual se realizaron demostraciones de fuerza con las operaciones “León Rampante” y “Martillo de Medianoche”, que movilizaron medios considerables para destruir a la nación Iraní (antiguo Imperio Persa); y por su parte Irán llevo a cabo la “Operación Promesa Verdadera III”, para su defensa y contrarrestar de manera significativa la ofensiva de Israel y de su aliado, Estados Unidos.
Los BRICS del Sur Global pluralista han superado el viejo orden oligopólico.
Mientras el G7 enfrenta una marcada decadencia, atrapado entre barreras a la entrada y una competencia limitada entre pocos actores, los BRICS se consolidan como un foro dinámico de cooperación económica y política entre países emergentes. Su expansión reciente —incluyendo a Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía, Indonesia e Irán— los convierte en un nuevo espacio estratégico para la coordinación política y diplomática global.
Estas dos razones geopolíticas nos llevan a buscar la verdad.
¿Por qué volver a incendiar a Persépolis…?
Persépolis, joya del Imperio Persa durante la era aqueménida, se erige como símbolo de uno de los mayores imperios que ha conocido la humanidad.
Fundada por Darío I hacia el año 518 a. C. en la actual provincia de Fars, Irán, fue concebida como una majestuosa ciudad ceremonial. Destacó como emblema de excelencia en arquitectura, urbanismo, tecnología constructiva y arte, y rápidamente se convirtió en el corazón del poder persa.
Su esplendor se mantuvo hasta el 330 a. C., cuando Alejandro Magno la invadió. La describió ante los macedonios —provenientes del antiguo reino griego, hoy repartido entre Grecia, Macedonia del Norte, Bulgaria, Albania y Serbia— como “la más odiosa de las ciudades de Asia”. A excepción de los palacios, la entregó al saqueo de sus tropas.
Hoy, las ruinas de Persépolis forman parte del patrimonio arqueológico mundial y están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, testimonio monumental de una civilización que marcó profundamente la historia de Oriente.
Como en la antigüedad, hoy Irán, con una de las mayores reservas de petróleo y gas del mundo, miembro de los BRICS, y punto clave de la ruta de la seda, de la principal economía del mundo, resalta su capacidad para forjar un camino independiente en áreas como el arte, la ciencia, la tecnología y la defensa, mientras navega un entorno geopolítico complejo y conflictivo, desarrollando sus propios sistemas de defensa, económicos (ruta de la seda) y de relaciones internacionales, en un espacio geográfico mundial (Medio Oriente), el cual se ha visto envuelto en los últimos cincuenta años en guerras, conflictos de baja y mediana intensidad.
La agresión más reciente por los países de occidente, Alemania, Francia y Reino Unido, quienes apoyaron a Israel para llevar a cabo la “Operación León Rampante”, una vez concluida la “Guerra de los Doce Días”, coloca a Irán en el tablero geopolítico, como un País Potencia y muy importante en la región, con el cual se tendrán que sentar los países occidentales a negociar dada su demostración de fuerza y capacidad de reacción.
La mejor opción para Occidente, sería un enfoque híbrido: negociar con Irán para evitar futuras guerras. Sin embargo, esto requeriría un liderazgo visionario y una cooperación internacional que, en el contexto actual, se encuentra direccionado por los BRICS, dada la membresía de Irán.
Irán como actor estratégico en el siglo XXI

La conclusión del conflicto con Israel, no solo ha redefinido el equilibrio de poder en Oriente Medio, sino que ha consagrado a Irán como un actor estratégico con el que Occidente deberá negociar de igual a igual
Irán ha demostrado una notable resiliencia y capacidad de innovación en un contexto de sanciones internacionales y conflictos regionales:
Arte y cultura: Ha preservado y modernizado su rico patrimonio cultural, utilizando el arte como herramienta de soft power para proyectar su identidad.
Ciencia y tecnología: Ha desarrollado programas nucleares, espaciales y de inteligencia artificial, a pesar de las limitaciones externas.
Defensa: Ha creado sistemas de misiles avanzados y capacidades asimétricas (guerra proxy, cibernética) para contrarrestar amenazas externas.
Economía: Ha fortalecido su posición en la Ruta de la Seda, estableciendo vínculos comerciales con China, Rusia y otros países.
El enfoque híbrido: Negociar desde la fuerza
Este enfoque combina diplomacia y disuasión, reconociendo que Irán es un actor clave en Oriente Medio que no puede ser ignorado ni derrotado fácilmente, ya que su capacidad militar ha sido validada, con la efectividad de sus misiles hipersónicos y la coordinación con grupos proxy (Hezbolá, Houthis) han demostrado que puede infligir daños críticos incluso a potencias tecnológicamente superiores. Como un buen ejemplo simbólico: La neutralización parcial del sistema Cúpula de Hierro, Honda de David y Arrow, israelí, rompió el mito de la invulnerabilidad occidental en la región.
Así mismo, la autosuficiencia tecnológica y económica de Irán, enfrentando las sanciones previas, aceleraron el desarrollo de industrias locales (nuclear, drones, ciberdefensa) y alianzas alternativas con China (Ruta de la Seda) y Rusia (transferencia de armamento). Como un dato clave: El comercio con Beijing y Moscú creció un 40% entre 2023-2025, reduciendo su dependencia del petróleo.
En un enfoque híbrido debe existir diplomacia constructiva, saber que:
Irán reanudará su programa nuclear, para beneficio de su nación y los países vecinos.
Involucrar a actores regionales (Arabia Saudí, Turquía) en diálogos multilaterales para reducir tensiones.
Disuasión militar
Saber que Irán va a mantener una presencia militar estratégica en la región para prevenir agresiones israelíes, ahora con el apoyo de Corea del Norte y Pakistán.
Irán fortalece la defensa de aliados clave (países del Golfo) con sistemas de misiles, antimisiles y cooperación en inteligencia.
Alianzas globales:
Irán trabaja con Rusia y China, para crear un marco de seguridad regional inclusivo.
Utilizará a instituciones como la ONU para legitimar acciones y evitar unilateralismos.
Beneficios del enfoque Híbrido
Estabilidad regional: Reduciría el riesgo de guerras y conflictos directos, permitiendo un enfoque en desarrollo económico y cooperación.
Seguridad global: Evitaría una carrera armamentística nuclear y cibernética, protegiendo intereses estratégicos de todas las partes.
Legitimidad internacional: Un enfoque multilateral reforzaría la credibilidad de Rusia, China, Corea, Pakistán y otros actores como defensores del orden internacional.
Conclusión: Un camino hacia la coexistencia
El enfoque híbrido no garantiza una solución perfecta, pero ofrece una vía pragmática para gestionar las complejas relaciones con Israel, EE. UU. y los países de la Unión Europea, que deben reconocer el papel de Irán como potencia regional indiscutible y sentar las bases para una coexistencia pacífica y un Oriente Medio más estable.
En un mundo cada vez más multipolar, la capacidad de negociar desde la fuerza será esencial para mantener la paz y el equilibrio global. Irán, con su historia milenaria y su aspiración contemporánea, es un actor que no puede ser ignorado, pero tampoco subestimado.
El Mundo ya no es Unipolar, La guerra ha confirmado que el poder se ha dispersado. Occidente debe elegir entre: Adaptarse a un Irán fortalecido, integrando su peso geopolítico en un marco de seguridad colectiva. O a un riesgo de aislamiento, si insiste en políticas maximalistas, lo cual acelerará la formación de un orden alternativo liderado por Beijing y Moscú, en un NUEVO ORDEN MUNDIAL.
Irán ya no es el “problema”, sino el negociar con una Potencia Global Emergente, un interlocutor inevitable. La pregunta ahora es si las capitales occidentales están preparadas para esta nueva realidad.
RGC.