
Por: Eligio Rojas
La tranquilidad que exhibe el presidente Nicolás Maduro (y así lo dice), a un año de las elecciones del 28 de julio de 2024 que le dieron su tercera victoria, se deriva de la palabra que le empeñó a su antecesor, Hugo Chávez Frías.
“Yo he sido leal al juramento que le hice al presidente Chávez. Eso me da tranquilidad”’, comentó el jefe de Estado la noche del pasado jueves 25 de julio desde los estudios de Telesur, donde acudió para felicitar a la multiplataforma comunicacional que ese día cumplió 20 años al aire. En esa entrevista, con los periodistas Ignacio Ramonet y Patricia Villegas, Maduro refrescó lo que significó la intervención de Estados Unidos en las pasadas elecciones presidenciales.
‘‘El imperio estadounidense invirtió miles de millones para desestabilizar al país; logró golpearlo momentáneamente’’, analizó el jefe de Estado, quien le atribuyó “a la fortaleza del movimiento popular y revolucionario venezolano” el restablecimiento de la paz en el país que vivió 72 horas de acciones violentas activadas después del 28 de Julio por los denominados “comanditos del terror”.
Pero ya en la precampaña electoral, los organismos de inteligencia del Estado habían detectado dos planes destinados al asesinato del presidente de la República, según las investigaciones. El primero de esos planes se frustró el lunes 11 de marzo con la detención del sargento desertor Whillfer José Piña Azuaje y el dirigente de Causa Radical, Renzo Estibenz Flores, calificados por el Ministerio Público como “sociópatas muy peligrosos”.
“En Maturín será la muerte de Maduro”, escribió en sus redes sociales Piña Azuaje, un día antes de la visita del presidente-candidato a la capital de Monagas.
A los 14 días de ese evento, concretamente el 25 de marzo, detuvieron a otros dos sujetos que intentaron atentar contra Maduro. Ese día, el presidente acudió al Consejo Nacional Electoral para inscribir su candidatura. Le acompañaron los representantes de los 13 partidos integrantes de la coalición Gran Polo Patriótico.
Una vez firmado el libro de los postulados, en medio de la directiva del Poder Electoral e invitados, Maduro salió y caminó por la azotea desde donde se mira la Plaza Diego Ibarra, en cuya explanada le esperaban sus seguidores. El candidato ingresó al entarimado por una especie de camino desde donde estrechó las manos de los presentes. Minutos antes de iniciar su intervención, los organismos de seguridad detuvieron a los militantes de Vente Venezuela, Jerry Ostos Perdomo y Carlos Eduardo Castillo, quienes portaban armas de fuego y municiones.
Arranque de la campaña
Para esas elecciones de 2024, se inscribieron 37 organizaciones políticas que postularon a 13 candidatos. El tarjetón reflejaba a 13 partidos (Gran Polo Patriótico) con un solo candidato, en este caso el presidente Nicolás Maduro y 12 candidatos de la oposición, entre ellos Edmundo González.
La campaña electoral de 23 días arrancó el 4 de julio y cerró el 25 de ese mes, día en que precisamente se cumplían 25 años de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente de 1999 que redactó la vigente Carta Magna, impulsada por el entonces presidente Chávez.
El candidato Maduro viajó ese 4 de julio al Zulia para iniciar su campaña electoral, cruzada que el mismo denominó como un “peregrinaje”, inspirado en el rescate de una espiritualidad que se perdía en medio de “una gran operación psicológica”, dirigida desde Estados Unidos por el magnate de las telecomunicaciones Elon Musk, entre otros.
La denuncia de esa gran operación bañó gran parte de sus discursos durante la corta campaña electoral, donde se proclamó como el candidato de la paz. “Se despliega la fuerza de la paz frente a la violencia”, dijo frente a la multitud que le esperaba en el municipio San Francisco (Zulia), de donde regresó a Caracas para incorporarse en la tarde-noche a una caminata que llegó a las adyacencias de Miraflores. “Ha arrancado la fuerza del amor”, recalcó Maduro a los seguidores que le oían ese jueves 4 de julio, frente al palacio de Gobierno; desde donde alertó que la derecha extrema “utiliza el proceso de libertades del país para ganar tiempo y preparar grupos violentos”.
Más de 300 localidades recorrió Maduro, entre pueblos, caseríos, ciudades y comunas como El Maizal, entre Lara y Portuguesa. En Mérida, y en Coche (Caracas), le regalaron sendos gallos de pelea, que lo representaban frente a “los patarucos de la derecha”, como catalogó a sus contrincantes.
La ofensiva final
Ya en la recta final de la campaña, concretamente el 16 de julio, el candidato del Gran Polo Patriótico se presentó en la calle Real de La Vega (Caracas), donde cantó estrofas del Himno de la Federación, esas que entonaban las tropas que luchaban contra la oligarquía durante la Guerra Federal (1859-1863) que Chávez solía cantar en sus actos.
Pero después del acto de masas, Maduro visitó la casa del Psuv de La Vega. Allí lanzó una advertencia que fue replicada por medios internacionales como una presunta amenaza del jefe de Estado. “Yo he evitado que haya una guerra civil aquí… si la derecha fascista llega al poder, sería inevitable una revolución popular y armada; y no porque Maduro lo diga, sino porque surgiría”, comentó Maduro sentado con dirigentes locales del chavismo.
Desde Brasil, el presidente Luiz Inácio da Silva respondió: “Me asusté con la declaración de Maduro de que habría un baño de sangre si perdía”, dijo el mandatario brasileño. “Si alguien se asusta que se tome una camomila”, replicó Maduro desde una tarima en Tinaquillo (Cojedes).
La ofensiva final de la campaña prosiguió en el Oriente de Venezuela. Ante el pueblo de Barcelona (Anzoátegui) que le esperaba empapado de lluvia, apretó la marcha en cuanto al alerta de lo que sobrevendría a Venezuela de darle acceso al proyecto de la extrema derecha representado en María Corina Machado y su candidato Edmundo González.
“Yo les digo: proyecto extremo fascista o proyecto bolivariano democrático”, retó a la multitud. “Paz o guerra; guarimba o tranquilidad; desarrollo económico o colonia”, dijo Maduro, planteamiento que repitió ese mismo 20 de julio tanto en la capital anzoatiguense como en Maturín (Monagas) y en San Félix (Bolívar).
El TSJ calificó la victoria como “inequívoca”
Al igual que en otros tiempos, el presidente-candidato Maduro cerró campaña en la avenida Bolívar de Caracas que se plenó de sus seguidores portando banderas y afiches del gallo pinto. Pasadas las 5 pm, inició su caminata para ingresar al centro de la tarima. Se le veía tranquilo, a la expectativa. El bullicio de los cantantes en vivo le permitió saludar uno a uno a los ministros y algunos gobernadores presentes, hasta que tomó el micrófono para recalcar el juramento que hizo Chávez. “El 28 será bonito”, expresó.
Pasadas las 12 de la noche del 28 de julio, el CNE emitió un primer boletín con 80% de transmisión de las actas que le dieron la tercera victoria presidencial a Maduro. “Con 5.150.092, que representan 51,20% para el candidato Nicolás Maduro; 4.445.978 para el candidato Edmundo González…”, informaba Elvis Amoroso en cadena radiotelevisada.
El 22 de agosto de 2024, el Tribunal Supremo de Justicia declaró como valida la victoria de Maduro, la cual calificó como “inequívoca e irrestricta”.