El horror que el mundo ve en Palestina, en Gaza, ha provocado una justificada indignación mundial.
El mundo ve con horror como se bombardean hospitales, escuelas de niños, sitios sagrados. El cuestionamiento a organismos que emergieron luego de la Segunda Guerra Mundial, que se suponían destinados a velar por unas relaciones internacionales justas, equilibradas, creció.
La ONU, su Consejo de Seguridad, ha sido demolido por la opinión pública mundial. ¿Para qué existe? Es lo que se escucha en este momento, pese a la buena voluntad de países como Brasil que propuso el alto al fuego, la activación de mecanismos para la ayuda humanitaria; pero nada.
Vemos horrorizados cómo, diariamente, cientos de palestinos son asesinados a mansalva. La impotencia crece. No puede ser que a estas alturas del siglo 21 seamos testigos de cómo la barbarie de una élite judía se ensañe de esa manera contra una población indefensa.
Y, reiteramos, iniciativas individuales como la del país amazónico son insuficientes. La forma en que se concibió la ONU, en teoría para una coexistencia pacífica, hace imposible acuerdos sanos, saludables.
Estados Unidos, cómplice del genocidio en Gaza, en toda Palestina, ejerce derecho de veto y echa por tierra toda iniciativa que frene el horrendo crimen masivo.
Es ahí cuando la gente cuestiona, ¿y no que un nuevo orden mundial emerge? ¿Por qué no se para la masacre?
No es tan sencillo. Es cierto, ya se va configurando el nuevo orden. Ya están dándose los nuevos pasos. Por eso es que Israel aún no ha decidido enviar tropas terrestres a tomar y arrasar totalmente Gaza, pese a sus anuncios.
Y hubo reacción: Rusia, y China, mostraron su solidaridad con Palestina. Ojo, no de hoy, sino desde hace tiempo. De hecho, China ya anunció el envío de ayuda humanitaria al país árabe, como lo han hecho otros países, Venezuela entre los primeros.
Las potencias han responsabilizado a Estados Unidos de estar tras todo esto. De desestabilizar la región. Lo acusan de provocar tensión al enviar portaviones a la zona, inclusive, han comentado que esa presencia militar sería una provocación a Irán.
Irán plantea un embargo petrolero a Israel. Qatar habla de embargo gasífero a Occidente. El ambiente en el negocio de los hidrocarburos está tenso.
Pero eso reiteramos, porque el mundo está cambiando. ¿Ustedes creen que si estuviéramos en pleno auge de la unipolaridad esto fuera posible? ¿Ustedes creen que si Rusia y China no tuvieran el vigor actual, Estados Unidos dudaría; Israel ya no habría arrasado Palestina?
Pero es que, peor para ellos, la narrativa global, hegemónica, va mermando. Ya lo dijo la generala Richardson: RT, Sputnik, y Telesur; influyen en 31 millones de personas en nuestro hemisferio. Quizá sean más, pero bueno, reconoce que pierden el control de la narrativa.
Eso también ocurre en Europa, Asia, África. La opinión pública, a la que tanto temen, se les vuelca en contra.
Eso es trabajo de los países contrahegemónicos. Eso es parte del nuevo orden mundial. Eso es un freno a los planes y objetivos del hegemón.
El que miles de personas en el mundo protesten contra el genocidio israelí en Palestina no estaba en sus planes.
Más aún, hoy, la humanidad ya no se limita a los hechos actuales, ya cuestiona los hechos de hace siete décadas. De porqué fraccionaron a Palestina de esa manera.
Ya se habla de porqué se permitió a Israel robar tanto terreno a los palestinos. Porque se le permitió ir diezmando su población. Someterla a permanentes violaciones de derechos humanos.
Inclusive, hay quienes cuestionan que el Estado israelí hiciera uso del Holocausto con fines políticos y expansionistas. Que lo usara como chantaje para todo aquel que cuestionara sus atrocidades. Claro, nosotros estamos totalmente en contra de ese horrendo episodio perpetrado por Hitler y sus huestes, así como cuestionamos lo que hace el Estado israelí contra los palestinos.
La cosa llega a tal punto que, inclusive algunos medios funcionales al establishment global, critican la “desproporcionalidad” de los ataques de Israel.
Y, fíjense, se ha llegado a una situación tan espantosa que, un medio importante, la BBC, debió afrontar que su personal destacado en Cisjordania renunciara debido a la negativa de la Corporación a presentar la realidad de la población civil en Gaza.
Diversas agencias noticiosas internacionales alternativas al hegemón, relataron que el personal optó por esa decisión después que la cadena de noticias, dirigida por el gobierno británico y financiada por capital judío israelí, y con impuestos de los ingleses; había pedido a sus corresponsales y reporteros en todo el mundo, especialmente a los del medio oriente, “no informar la verdad” sobre los brutales ataques de Israel contra la población civil en Gaza.
Una gota culminante, que ha dañado severamente la narrativa occidental, fue el ataque al Hospital de Gaza.
La corporatocracia global al servicio del establishment, en este caso, en favor del genocidio, intentó posicionar la idea de que Tel Aviv no había ordenado dicho ataque.
Desafortunadamente, para ellos, expertos en el tema demostraron que en ese ataque se emplearon bombas estadounidenses JDAM, de las que Israel tiene en su arsenal.
Aric Toler, corresponsal del New York Times, explicó que el vídeo publicado por la cuenta oficial israelí “@Israel”, que fue tomado como prueba del “momento en que un cohete del movimiento Yihad Islámica cayó sobre el hospital” fue eliminado a pocos minutos, porque era insostenible.
Es que, además, diversos medios lograron recuperar las capturas de un tuit borrado de Hanania Naftali, asesor digital de Benjamín Netanyahu, donde decía, a propósito de ese ataque al nosocomio, que habían bombardeado una base terrorista de Hamas en el interior de un hospital en Gaza.
Por eso, Israel les pidió a Estados Unidos y la Unión Europea no investigar el terrible ataque.
¿Cómo defender semejante barbarie? Imposible. Se resquebraja la narrativa hegemónica. Pierde la guerra mediática. Eso es muy malo para ellos.
De otro lado, entre el 17 y 18 de octubre, se desarrolló el tercer foro de cooperación internacional de la Franja y la Ruta, en Pekín.
Más de 140 países estuvieron representados en el evento, el número de participantes inscritos en el foro supera los 4.000.
Pero, indudablemente, la expectativa estaba centrada en lo que dirían los líderes de China Y Rusia. Los dos gigantes contrahegemónicos.
Xi Jinping habló sobre las bondades de la Franja y la Ruta, también conocida como Nueva Ruta de la Seda, iniciativa destinada a mejorar los corredores comerciales existentes y crear nuevos.
Habló del objetivo inicial para construir infraestructuras y conectar los países euroasiáticos, principalmente.
Se conoció que, en los últimos 10 años, la iniciativa atrajo 1 billón de dólares en inversiones, formado más de 3.000 proyectos conjuntos de cooperación.
Conforme aseveró el Ministerio de Asuntos Exteriores del Estado, las empresas chinas han creado 420.000 puestos de trabajo en países situados a lo largo de la Franja y la Ruta.
Ya unos 150 países, y más de 30 organizaciones internacionales están vinculados de una u otra manera en la Franja. Hasta el día de hoy, China ha firmado más de 200 acuerdos de cooperación.
Es un hecho que países en el Sudeste Asiático, Asia Central y otras regiones, cuyos Estados se han sumado a la iniciativa china, crecen constantemente.
La inversión extranjera directa en el Sudeste Asiático representó el 17,2% del total mundial en 2022, que es 9% más que en 2013.
El nivel de comercio e inversión entre los países participantes está creciendo desde el 2013, cuando se implementó la Iniciativa de Nueva Ruta de la Seda.
La República Popular China asume como uno de los éxitos, la puesta en marcha del tren de contenedores China-Europa. La ruta enlazó a 217 ciudades, de 25 países.
¿Qué significa eso? Bueno, que una nueva economía, pujante, sana, más justa; está emergiendo. Estos son hechos reales.
¿Esto tiene incidencia en la geopolítica? Sí, claro, son países, Estados que se benefician. Son millones de personas que ven influenciada su cotidianidad.
Mejor aún, muchos otros quieren sumarse a esa iniciativa. Hay esperanza de mejoría. Con otros liderazgos, con otras lógicas de relacionarse.
Por ejemplo, durante el evento de la Nueva Ruta de la Seda, Vladimir Putin enfatizó que «se está formando un corredor Norte-Sur en la parte europea de Rusia, desde el Báltico hasta Irán. Allí se organizará una comunicación ferroviaria sin fisuras… Otros tramos pasarán por Siberia, los Urales y Yamal. Se construirá el Paso Marítimo del Norte, hasta el océano Ártico. Las rutas ferroviarias irán desde Siberia Central al sur, a los océanos Índico y Pacífico (…) También pasará un corredor del Ártico al sur. Se construirá una línea ferroviaria de Baikal-Amur (BAM) a Yakutia, puentes sobre los ríos Lena y Amur, se modernizarán las autopistas y se crearán terminales de aguas profundas».
«Todos estos corredores de transporte de norte a sur, en la parte europea de Rusia, en Siberia, y en Extremo Oriente; abren la posibilidad de conectar e integrar directamente la Ruta Marítima del Norte con los grandes centros logísticos del sur de nuestro continente; en la costa de los océanos Índico y Pacífico», destacó.
Y, ojo con esto, esta zona es de gran interés para Estados Unidos. Allí están proyectándose y fortaleciéndose, Rusia, China, y sus demás aliados.
Por cierto, Putin, a quien Occidente siempre intenta presentar como un personaje aislado, fue una de las atracciones del evento. Mandatarios y representantes de todos los países pujaban por tomarse fotografías con él, y conversar. De hecho, realizaron muchas reuniones bilaterales.
En cuanto a su relación con China, a la alianza de Moscú y Pekín, expresó que los conflictos y las amenazas en el mundo la fortalecen.
“Los factores externos y los conflictos en el desarrollo de las relaciones ruso-chinas son amenazas comunes que refuerzan la cooperación entre Rusia y China… La confianza política mutua entre los dos países está en constante crecimiento”; agregó.
Insistió en que China Y Rusia trabajan unidos en “salvaguardar la equidad internacional y la justicia, mediante la coordinación estratégica cercana y eficaz”.
Mientras tanto, Xi Jinping recalcó que se había reunido 42 veces con Putin, durante la última década, y había desarrollado una buena relación de trabajo, y una amistad profunda con su homólogo.
Ambos líderes se necesitan. Ambos países se necesitan. El mundo necesita que Rusia y China se fortalezcan para lograr equilibrio, para evitar y controlar estropicios como los de Palestina. La Nueva Ruta de la Seda es una vía.
Los resultados no se verán tan rápido como quisiéramos, pero se están dando. El Imperio Romano no cayó de un día para otro, pero se fue resquebrajando poco a poco. En eso anda el mundo hoy.