Los aborígenes vivían en sus sistema de relaciones feudales en su hábitat; así lo expresa Federico Brito Figueroa en el libro Historia económica y social de Venezuela al señalar el intercambio capitalista existente en la sociedad indígena del siglo XV.
Pero, todo cambió con la llegada de los españoles en el año 1498 en el tercer viaje de Cristóbal Colón, quien trajo desde el continente europeo enfermedad, muerte, violencia y racismo.
Eduardo Galeano, coincide en que los españoles importaron un sinnúmero de calamidades, empezando por los saqueos hechos por esa cultura que dejaron al pueblo sin su riqueza en sus suelos, expresa Galeano en el libro Las Venas Abiertas de América Latina.
Igualmente, transmitieron sentimientos ajenos, entre ellos, el egoísmo y rabia manifestada con violencia e ira contra otro por el simple hecho de su condición racial, y no pertenecer a su clase social.
Sobre ello, el historiador Javier Escala comentó que el trato dado por los europeos hacia los indígenas era maltrato físico y verbal porque quería controlarlos.
“Los españoles trajeron enfermedades y dolor. Veían a los indios como seres sin alma, como animales. Pensaban que eran las tribus perdidas de Israel. Los mataban por racismo y sin duda por odio”, expresó Escala, desde la sede del Centro Nacional de Historia.
Lo dicho por Escala coincidió con el fraile teólogo Bartolomé de Las Casas, quien escribió en sus memorias lo siguiente:
“Menor razón hay para que los defectos y costumbres incultas y no moderadas que en estas nuestras indianas gentes halláremos nos maravillen y, por ellas, las menospreciemos, pues no solamente muchas y aún todas las Repúblicas fueron muy más perversas, irracionales y en probidad más estragadas, y en muchas virtudes y bienes morales muy menos morigeradas y ordenadas. Pero nosotros mismos, en nuestros antecesores, fuimos muy peores, así en la irracionalidad y confusa policía como en vicios y costumbres brutales por toda la redondez de nuestra España”, (Bartolomé, 2009, p.113).
Dentro del contexto, indicado por Bartolomé, el analista en comportamiento humano, Erick Rodríguez expresó lo siguiente:
Esa discriminación manifestada en los conflictos raciales es una muestra de odio; por la no aceptación del otro debido a su color de piel y origen, explica Rodríguez, quien agrega la creación de estructuras sociales por las mezclas de etnias.
Nicolás de Federman, cronista alemán colonial del siglo XVII, comenta que la violencia fue factor un común contra los indígenas, quienes eran tratados como seres inferiores por su comportamiento.
“La maquinaria del saqueo será sazonada, principalmente, por la superioridad del europeo respecto al indígena, además de la codicia y del odio carga patológica que estos proyectarán sin freno al llegar a estas tierras”, expresa Federman en su libro Historia de Indiana.
Este tipo de conducta, de ofensa, ante los indígenas, es explicado por la psicóloga clínica, María Antonieta Izaguirre, como una forma de desprecio contra otra persona por el simple hecho de ser diferente.
En este tipo de odio se trata de un odiar lo que no se soporta del otro, su manera de vivir, su forma de ser, su forma de gozar; es algo más que no soportar la diferencia. Diría que va más allá de la lucha de clases. Implica una forma de idealizar las propias condiciones de vida y de ser, y hacer y de rechazar violentamente otras maneras de vida, del ser, del disfrute y las costumbres (Izaguirre. 2014. Apunte del Odio).
Lo comentado por Izaguirre, concuerda con lo que expresa el historiador Javier Escala al indicar la discriminación por color de piel. “Los efectos raciales contra el pueblo indígenas era un odio racial. Se creían superiores, incluso más fuertes por el simple hecho de tener armas y dinero. Acusaban al indio de mal viviente, además de otros prejuicios”, dijo Escala.
En ese sentido, la socióloga Freddzia Torres comentó que en la época prehispánica sí se observo afectaciones a los aborígenes por parte del imperio español, por el simple hecho de pertenecer a una clase social.
La unificación por relaciones íntimas propicio familias que se transformaron en casta en la época colonial, explica el sociólogo, Yorvin Galíndez desde el Palacio Blanco de Miraflores.
“Se crearon castas luego de ligarse los diferentes seres vivientes en el territorio nacional. Así se fueron creando las familias de distintos estatus”, comentó Galíndez.
Así mismo, el portal web Historia del Mundo Nuevo, indica en el artículo Sexo en la Conquista de América, que el desequilibrio de los españoles, propició violaciones masivas a las mujeres.
“La llegada de este nuevo elemento sexual, el macho ibérico, produjo un cambio radical en el panorama sexual del continente generando conflictos con los nativos que derivaron en enfrentamientos y peleas por defender la “posesión” de las hembras”, indica el artículo Sexo en la Conquista de América.
El sociólogo Yorvin Galíndez, agrega que nació el resentimiento y agresividad por la división entre indios-negros y blancos de la época luego a las masivas violaciones, hecho demostrado por los conflictos internos por la colonización del imperio Español.
Por otra parte, Luis Felipe Pellicer, expresó que existía rechazo entre personas y familias de la etapa colonial por el simple motivo de pertenecer a una clase social distinta o no tener el mismo color de piel que son síntomas de odio como lo dijo la psicóloga clínica, María Antonieta Izaguirre del simple hecho de rechazar al otro es tener odio.
“En la argumentación de los parientes, se observan una serie de calificativos que corresponde a factores de honor…familias presentaban problemas por ser una o otra”, relata Pellicer en el libro Entre el Honor y la Pasión.
Ese resentimiento entre familias, se fue transformando en el tiempo hasta direccionar a individuos, quienes tenían influencia de la Revolución Francesa que propiciaba la igualdad, libertad y fraternidad. En el siglo XVIII, la primera víctima de odio político en la historia fue al Generalísimo Francisco de Miranda, luego paso al Libertador, Simón Bolívar y así sucesivamente.