El imperio y la extrema derecha se pasan de la raya
La ruindad imperial: el secuestro de Maikelys
Para cortar de cuajo el proceso revolucionario bolivariano, Estados Unidos, sus aliados y satélites han desplegado todas las opciones contenidas en los manuales de golpe de Estado y cambio de régimen que ellos mismos han ido elaborando y poniendo en práctica a lo largo de la historia.
Desde el derrocamiento clásico hasta el magnicidio; desde la guerra económica interna hasta el bloqueo general; desde las medidas coercitivas unilaterales hasta los intentos de invasión paramilitar y mercenaria; desde un circo en la plaza Altamira hasta un supuesto presidente interino. Todo.
Por ello es difícil asombrarse ante las acciones del poder imperial contra un país que, sencillamente, ha querido reivindicar su derecho a la autodeterminación. En los últimos meses, el foco se ha puesto en los migrantes venezolanos, a quienes se ha criminalizado sin pruebas en una campaña infame y violatoria de los más elementales derechos humanos.
Luego del envío de 252 connacionales a un campo de concentración de El Salvador, parecía difícil que se superaran en su ignominia. Pero lo están haciendo, al revelarse el secuestro de una niña de apenas dos años, Maikelys Espinoza Bernal, un acto perverso, cuya única finalidad es golpear la moral nacional y mantener la falsa narrativa del Tren de Aragua.
Si secuestrar adultos y remitirlos a cárceles de máxima seguridad es, de suyo, una gran canallada, separar a una niña de su madre al momento de deportarla es ya el summum de la ignominia.
Vileza reforzada: Machado aplaude agresiones contra Venezuela
Las arremetidas del poder imperial son condenables en todo sentido. Pero todavía peor es la conducta de la ultraderechista María Corina Machado, quien aplaude las agresiones contra la nación y también las que van directamente orientadas a castigar a nuestros compatriotas.
La representante de la vieja y resentida oligarquía venezolana demuestra cada día su vileza, al respaldar las acciones emprendidas por el gobierno de Donald Trump para destruir la economía y para causar daño y dolor a ciudadanas y ciudadanos particulares, dentro y fuera del país.
Apoyar las mal llamadas “sanciones” y los planes de bloquear la comercialización de petróleo venezolano, es una postura en extremo depravada, merecedora de severo repudio general. Peor todavía es que vitoree las aberrantes conductas asumidas contra los migrantes venezolanos, incluyendo niñas y niños.
Machado se ha declarado a favor del traslado ilegal de venezolanos a la cárcel de máxima seguridad de El Salvador y se muestra feliz con la suspensión de las licencias a las empresas petroleras estadounidenses para operar en Venezuela. Solamente un alma muy dañada puede desarrollar su estrategia política sobre tales bases.
Surrealismo político: Edmundo de reposo
El despiadado afán en causar sufrimiento a sus propios connacionales ya hace pensar en una grave tara mental. Pero, el convencimiento de que algo anda muy mal en las cabezas de los opositores extremos se acentúa al observar otros de sus comportamientos delirantes.
Uno de ellos surgió con la versión de que el excandidato presidencial derrotado Edmundo González Urrutia sufrió un desvanecimiento en Madrid, donde se encuentra sacando mucho provecho a su supuesta condición de asilado y perseguido político.
El disparatado relato, según el cual González es el presidente electo de Venezuela, trepa a otro nivel cuando supuestamente emite un “comunicado oficial” en el que encarga a María Corina Machado del “proceso político y organizativo”, dando a entender que ella es la presidenta interina.
Hasta la gente más desquiciada del antichavismo furibundo sabe que González Urrutia no ha estado realizando ninguna gestión política a favor del país, que no tiene liderazgo alguno y que ya ni siquiera es visto como una personalidad noticiosa en Europa. También saben que Machado ha dilapidado en pocos meses el capital político que pudo haber acumulado en 2024, así que todo ese cuento de que el primero cedió sus poderes a la segunda es puro surrealismo político.
Caradurismo cultural: Trump salvará a Hollywood
Ya sabemos que las derechas, ultraderechas y movimientos fascistas andan desatados y sin contención alguna. Dicen y hacen de frente todo lo que antes trataban de disimular y disfrazar. Y ese es el tono de la reciente declaración de Donald Trump, respecto a la industria estadounidense del cine.
Según el mandatario, Hollywood está devastada y el cine gringo maltrecho por culpa de la competencia extranjera, razón por la cual ha anunciado que las películas no estadounidenses serán pechadas con aranceles de 100%. De esa manera, se propone salvar a la llamada Meca del cine, como si él fuera el superhéroe de una de esas cintas made in USA.
Saben Trump y sus partidarios que EEUU necesita de su poderosa maquinaria cultural y mediática para mantener la hegemonía mundial. Ese aparato es el que permite crear narrativas en las que los gobernantes de EEUU son “los buenos” que luchan contra toda clase de villanos, de este y de otros mundos.
Hollywood ha sido una de las armas fundamentales en la guerra ideológica, operando tanto dentro como fuera de las fronteras estadounidenses. Decir que potencias extranjeras pretenden hacer propaganda mediante su cine y afectar así la seguridad nacional del país imperial (lo que EEUU ha hecho siempre) es otro acto de caradurismo de Trump y sus compinches.