En estos tiempos de ataques indiscriminados contra la humanidad por parte de EE. UU. y sus gobiernos aliado, es menester retomar las tesis del internacionalismo militante en el marco del planteamiento de los equilibrios internacionales; que son la esencia de la Diplomacia Bolivariana de Paz. Hoy estamos asistiendo al surgimiento de un nuevo orden internacional que nace del multilateralismo y se soporta en la diversidad ideológica y política. De allí la importancia que reviste la convocatoria a la Habana para congregar al G-77+China, pues, no solo es el foro más grande después de la Asamblea General de la ONU; sino que es el más unido por los objetivos que se plantean.
En ese marco es muy importante destacar que desde la llegada del Comandante Presidente Chávez, la política exterior venezolana del Siglo XXI se planteó tres acciones concretas y una propuesta estructural para el sano relacionamiento entre las naciones del planeta: La autodeterminación, la convivencia pacífica entre las naciones y el respeto absoluto a la diversidad cultural, económica, política y religiosa; enmarcada en una visión multipolar, pluriétnica y multicultural; que garantice los equilibrios necesarios para el intercambio comercial, la solidaridad y la complementariedad entre los pueblos para bien de la humanidad.
En ese sentido, hoy podemos asegurar que la diplomacia de los pueblos, anunciada y ejecutada en los primeros 10 años de Revolución Bolivariana, irrumpió como respuesta ante el hegemónico socio cultural (el occidente imperial y globalista), quien había impuesto, como normal, la asunción de formas, modos y costumbres «diplomáticas» que ocultaban y negaban toda posibilidad de integración, más allá de lo financiero y circunstancial, para beneficio de la clase dominante.
En consecuencia, la labor del Presidente Maduro y sus esfuerzos por seguir la senda de tener una política exterior a la altura de las expectativas de los hombres y mujeres del planeta que a diario sufren los ataques de las imposiciones imperiales; es aplaudida.
De allí nuestra insistencia en el desarrollo de un internacionalismo militante, con el cual podamos fortalecer una diplomacia política, económica, con énfasis en la integración, ya que es en este momento histórico, cuando la preservación de la especie humana es una necesidad tangible y no una noticia escandalosa para atemorizar a quienes, de ordinario, niegan los riesgos del actual orden internacional y su evidente fracaso para satisfacer las necesidades humanas.
Entendemos, y no lo negamos, que el mundo está en medio de una guerra económica financiera que nos hace mucho daño y afecta a toda la humanidad; sin embargo, es urgente que se denuncie con la contundencia de la verdad, pura y simple, los ataques a los que estamos siendo sometidos y se replique con la fuerza de las palabras y las acciones, la proclama por la construcción de un nuevo orden, un nuevo sistema mundo; que permita el desarrollo con igualdad de condiciones y oportunidades.
Por experiencia, les puedo asegurar que, en todas las naciones del mundo, la Revolución Bolivariana tiene afectos, que hay gobiernos, que a pesar de no comulgar con nuestro planteamiento Socialista Bolivariano, mantienen una línea de respeto.
Que nadie se llame a engaño, y crea que este pueblo no recuerda que el Comandante Eterno fue quien visito las naciones más recónditas del planeta: la Libia de Gadafi, el Irak de Saddam, África toda, la China Comunista; y con la misma fuerza profundizó nuestro relacionamiento con el Cercano y Medio Oriente, Irán, Rusia, Turquía, los países del Caribe hispano, francoparlante y angloparlante; toda la América, la mayoría de los países de la Unión Europea.
Venezuela está comprometida por un Internacionalismo Militante y Comprometido, que convoca a hombres y mujeres libres. Este es el momento exacto, el tiempo indicado. No es una ficción, es una causa impostergable con la cual hemos de seguir fortaleciendo un multilateralismo cuyo objetivo central sea la Paz, la Cooperación y la Complementariedad para una vida en sano equilibrio; pues otro mundo es posible.
El multilateralismo es la buena noticia para la humanidad. Venezuela sigue apostando a su desarrollo. De allí que, quienes crean que esta Cumbre del G77+China en la Habana, es una reunión más, y por resabio de sus frustraciones, se nieguen a aceptar las palabras certeras de las mayorías, nieguen la existencia de lo bello que es la grandilocuencia y los consensos, nieguen las razones; niegan al ser y con ello su condición humana, nos dan la razón de la necesidad de un cambio de época que se está iniciando.
La acción clave de esta cumbre en particular, es la solidaridad y la complementariedad, es poner todas nuestras potencialidades en favor de construir un bloque no hegemónico.