Por: Luis Delgado Arria
Universidad Internacional de las Comunicaciones
1. En plena candidatura por la presidencia en 1998, Hugo Chávez fue acusado por la IV República de desvariar, sindicándolo de ilusoriamente almorzar con el Libertador Simón Bolívar. Lo que siguió fue que Hugo Chávez nos enseñó a los patriotas a conversar todos los días con Simón Bolívar. Mientras tanto, los apátridas antibolivarianos, esos sí desvariaron al punto de instigar varios golpes de Estado «made in USA«, incendiar y paralizar el país cada vez que pudieron y hasta designar presidentes, parlamentos y tribunales supremos desde Washington. Entregaron Monómeros, entregaron Citgo, la refinería más poderosa del mundo en Estados Unidos y no conforme con eso, entregaron todas nuestras reservas en oro; y rogaron que congelaran todas las cuentas de Venezuela en Estados Unidos y Europa.
2. Cuando Hugo Chávez, quien fue el único mandatario del mundo que en 2002 se atrevió a denunciar la matanza occidental de niños en Irak y Afganistán, so pretexto de hacerle la «guerra al terror»; enseguida Venezuela fue tachada de santuario del terrorismo por Bush y por la Unión Europea. Lo que terminó sucediendo es que USA y Europa perfeccionaron y extendieron su política de promoción y financiación del terrorismo imperialista; y el resto del mundo comenzó a percatarse de que… o se preparaban para detenerlos o el terrorismo iba a ser rebautizado humanismo.
3. Cuando Hugo Chávez, solitariamente, llamó a todos los militantes humanistas y de izquierda del mundo a refigurar desde el internacionalismo el nuevo socialismo del siglo XXI, en el 2005; todas las viudas y viudos del neoliberalismo criminal pegaron el grito en el cielo y lo acusaron de anacrónico, de iluso y de marxiano. Hoy el mundo entero comienza a darse cuenta de que sólo un nuevo orden mundial de signo profundamente humano y socialista puede ser capaz de revertir un absurdo financierista y armamentista, que pone en riesgo no sólo la existencia humana sobre el planeta tierra; sino incluso la vida misma.
4. Cuando Hugo Chávez lanzó en el 2012 aquel discurso histórico, en el que se despojaba incluso de su propio nombre para develar el signo «Hugo Chávez… no soy yo sino todos los pobres, perseguidos y condenados del mundo«. Y dijo: «Chavez eres tú muchacho venezolano, Chávez eres tú, campesino venezolano… Chávez eres tú pescador venezolano«. En ese entonces todos los apátridas que hacían vida en Venezuela (que no venezolanos) pensaron que ese era un mero discurso electoral. Nunca imaginaron que esas palabras calarían en los huesos, las consciencias y los corazones de millones de venezolanos y venezolanas… y más allá.
5. Cuando Chávez, ya gravemente enfermado por quienes ya se sabe que lo enfermaron, resolvió delegar el mando de la revolución en un líder obrero, en lugar de hacerlo en un ingeniero petrolero, un experto economista o un avispado banquero; no pocos pensaron que esa jugada política no pasaría de unos pocos días o meses. El pueblo venezolano “que es sabio y paciente” dio el ejemplo de hacer filas con el líder obrero y seguir apostando por hacer juntos, incluso en medio de las más extremas dificultades, una grande y ejemplar revolución nacional y surmundial.
6. Cuando Obama resolvió firmar una orden ejecutiva en el 2018 para bloquear a toda Venezuela hasta asfixiarla y hacerla colapsar, mediante la guerra más sistemática y cobarde jamás librada contra un pueblo; nunca imaginó que íbamos a resistir y renacer, como el Ave Fénix, de nuestras propias cenizas emocionales, económicas y financieras.
7. Cuando Bolívar nos advirtió a los venezolanos, al final de sus días, que «Estados Unidos parecían destinados por la providencia a llenar de miserias a la América en nombre de la libertad«; nos dejó dicho entre líneas también que el modelo civilizatorio imperialista, precapitalista, y moderno/burgués; haría lo propio con todo el resto del mundo. La paradoja es que Marx develaría en su magna obra El capital, años después, el misterio de la economía capitalista y de la sociedad burguesa sin sospechar siquiera que Bolívar había entrevisto y combatido ese misterio con la utopía de una nueva especie humana, con las ideas robinsonianas, y con las armas en manos de todo el pueblo.
8. En un contexto mundial, en el que la extrema derecha occidental afila sus cuchillos para sobreextender las capacidades económicas y militares de Rusia, acorralar comercialmente a China, neutralizar geopolíticamente a India, y sabotear sibilinamente a los Brics; mientras azuza la violencia en Palestina, Venezuela, Colombia, México, Ecuador, Chile y Argentina; el mundo Sur paradójicamente sigue su curso hacia su liberación geopolítica y civilizatoria; y hacia una democracia multipolar radical.
9. Es verdad que en Venezuela hemos asistido, y asistimos todavía a una pesadilla de hiperinflación, pulverización del salario, violencia política, deterioro de la calidad de los servicios y de la calidad de vida; a una escala jamás vista desde la guerra de independencia o la guerra civil. Pero, paradójicamente, los venezolanos que nos quedamos lo hicimos por una razón que no es explicable desde la economía, ni las estadísticas que registran necesidades satisfechas; sino por una conciencia profunda de raíz y de vida. Y eso contradice todos los planes y malas intenciones imperialistas y vendepatrias que tanto daño han hecho.
10. Venezuela, más que una nación solamente insólita o paradójica, es una patria bendecida por un espíritu indoblegable de libertad, igualdad y dignidad. Por eso las mal llamadas «sanciones» más rastreras de la historia, no nos han hecho arrastrarnos ante los imperialistas. Por eso el chavismo sigue vivo, pese a los millares de agresiones y crucifixiones. Por eso no nos han doblegado. Ni nos doblegarán.
11. El hombre Hugo Chávez se hizo cada vez más grande en la medida que se puso siempre del lado de los más pequeños. Chávez, como Bolívar fue el hombre de las dificultades. Pero lo que ha tenido que encarar Maduro tras la acechanza geopolítica de espectro completo, más encarnizada contra líder y pueblo alguno, no tiene paralelo en la historia. Maduro ha sido el hombre que junto a su pueblo ha afrontado lo indecible e inenarrable de las dificultades, linchamientos y precariedades. Maduro se ha ganado un sitial en la historia de los pueblos más hermosos y resilientes del mundo. El pueblo venezolano se alzó e independizó de la mano de Bolívar, se concientizó y radicalizó de la mano de Hugo Chávez, y se ganó el cielo de los justos y los tiernos de la mano de Nicolás Maduro. Maduro ha llevado un país a la paz pese a que Occidente lo hizo todo por lanzarnos al infierno de la guerra civil, a matarnos unos a otros y convertirnos en un país fallido. No han sido conchas de ajo lo que hemos afrontado y superado en esta tierra de gracia. Por eso los venezolanos y venezolanas no tenemos alternativa entre vencer y morir. Vencer y vivir de otra manera es preciso. El pueblo Lázaro venezolano se ha levantado de entre los muertos, tal como nos lo ordenó y permitió aquel pastorcito de almas nacido en Nazaret. Y ganamos por ello derecho al cielo de la vida plenamente humana, esto es a la vida en comuna de hombres y mujeres libres y asociados para sembrar y cosechar una nueva historia.