Por: Albano A. Zambrano Q.
Desde tiempos históricos, el imperialismo internacional ha pretendido las riquezas de Nuestro Esequibo, constituyendo esta expresión una frase cíclica e infinitamente repetida a lo largo de nuestra vida republicana; cuya génesis data de la conquista que otro imperio, el español, realizó en este vasto territorio.
Y es que, independientemente de su bandera, la visión imperial es esa: la rapiña sobre las riquezas ajenas; praxis sustentada en la supremacía hegemónica que le otorga el derecho a tomar, para su beneficio, lo que por naturaleza y justicia les pertenece a los pueblos que el hegemón considera débiles e incultos, según su particular concepción de cultura; visión que no les permite aceptar que el territorio del Esequibo es nuestro.
Fue desde esta perspectiva que el imperio español, del siglo XV al XIX, consideró que nuestros aborígenes no eran merecedores de tanta riqueza, pues eran incapaces de aprovecharla bajo el concepto europeo de explotación de la naturaleza; instaurando así una colonia que les permitió robarnos legalmente por más de cuatro siglos, hasta que las y los venezolanos liderados por Simón Bolívar les echaron de nuestra Patria.
También desde esta misma perspectiva, el imperio británico de finales del siglo XIX quiso expandir sus dominios hacia la margen izquierda del Río Esequibo y más allá, pretendiendo incorporar las riquezas de nuestro Esequibo al territorio de la Guayana Inglesa; inventándose un laudo arbitral que le otorgaba el derecho a la rapiña. También la Patria de Bolívar confrontó esa pretensión.
Es la misma perspectiva que impele al nuevo hegemón del siglo XX y comienzos del XXI, que representado esta vez por el imperialismo estadounidense, sigue teniendo sus ojos puestos y pretende clavar sus garras de águila imperial sobre nuestro Esequibo; valiéndose para ello de los consabidos artilugios legales creados a la medida para amparar su acción de rapiña.
En esencia es el mismo formato históricamente utilizado: instrumentos, instancias legales, amenazas, escaramuzas militares y tarifamiento de algunos traidores a la Patria; quienes poniéndole precio a sus conciencias nos atacan desde adentro. Pero también históricamente las venezolanas y venezolanos responderemos con mayor contundencia, para que lo entiendan de una vez: nuestro Esequibo es NUESTRO….