El año 2020 comenzó con una noticia desconcertante: la dimisión de todo el gabinete de gobierno de Rusia, incluyendo al primer ministro Dmitri Medvédev, quien ha acompañado al presidente Vladimir Putin desde sus inicios, y fue incluso presidente bajo las órdenes de Putin. Esto transmitió mucha tensión a diversas personas alrededor del mundo por algunas horas, hasta que luego se evidenció el amarillismo de la mayoría de las corporaciones mediáticas: leyendo un poco más nos dimos cuenta de que esto formaba parte de una propuesta de Putin para reformar laConstitución rusa, y la renovación del gabinete era solo una parte del plan, que proponía como elementos más resaltantes otorgarle más poder al parlamento y fortalecer la figura del “Consejo de Estado” como una instancia articuladora de los poderes. El pasado 2 de julio tuvimos el resultado del referéndum consultivo. Veamos los resultados y las implicaciones.
Entrando en contexto
Los cambios constitucionales se presentaron en enero, fueron aprobados por la Duma, el parlamento ruso, en marzo, y el referéndum consultivo a la ciudadanía estaba planteado inicialmente para el 22 de abril, pero los efectos de la pandemia del Coronavirus retrasaron su realización, la cual se celebró desde el pasado 25 de junio al 1 de julio. Este referéndum constitucional planteaba una serie de modificaciones a la Constitución rusa de 1993, que al ser apoyado por el 77,92% de los votantes frente al 21,27% que votó en contra, entraron en vigencia este 4 julio. El referéndum tuvo 3 modalidades de voto: presencial en los centros de votación, voto en casa y voto por internet.
Este resultado mantuvo la tendencia de las elecciones presidenciales de 2018, en donde el Mandatario Vladimir Putin obtuvo el triunfo con el apoyo del 76,18% de los votantes, lo que reafirma la solidez de su popularidad frente a las demás opciones políticas, pese a los estudios de opinión que señalaban el desgaste de su figura frente a la opinión pública, a raíz de las medidas restrictivas implementadas para combatir el Covid-19 en la nación eslava.
Otro elemento a destacar, es la masiva participación en el evento a pesar de la Pandemia por el Covid-19 que azota a los pueblos del mundo, dicho comportamiento se debió en parte a las medidas tomadas por el Jefe de Estado, como la extensión de los comicios por una semana, lo cual garantizó la realización de un ejercicio democrático en el que se salvaguardó la vida de las personas para además evitar el aumento de la curva de contagios.
¿Cuál es el contenido de la reforma?
Fueron propuestas más de 200 enmiendas, entre las que destacan: El parlamento elegirá al primer ministro y a la mayoría de los ministros, sin embargo, el presidente se reserva el derecho de disolver el gobierno si lo considera oportuno; fortalece la autoridad del poder central frente a los ejecutivos regionales; se forma el Consejo de Estado como instancia de coordinación de las instituciones estatales en la definición de asuntos de gran importancia en la política doméstica y exterior; Los cargos públicos como ministros, parlamentarios, jefes de agencias federales y jueces, como requisito insoslayable, no podrán tener ningún tipo de ciudadanía ni permiso de residencia extranjera. De ese mismo modo, cualquier candidato a la presidencia de la federación rusa, tendrá que haber permanecido 25 años en el país además de no poseer alguna otra nacionalidad o permiso de residencia en el exterior. También se incluyeron medidas de protección social como garantizar que el salario mínimo no caiga por debajo del costo mínimo de la vida, y promover un aumento total de las pensiones; la declaración de los niños como la más alta prioridad estatal en su desarrollo integral mediante sus instituciones, haciéndose cargo de la totalidad de los huérfanos, entre otras medidas.
Tras un proceso de debate y construcción de propuestas para la nueva Constitución de Rusia, todas estas enmiendas estuvieron cimentadas principalmente sobre tres aspectos de orden general: 1) la familia heterosexual como base de la sociedad rusa, a partir de la definición del matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, lo cual al estar escrito dentro del texto constitucional, ilegaliza de facto el matrimonio igualitario. 2) el cristianismo ortodoxo como el origen de los principios que rigen al pueblo y 3) el reconocimiento del Estado ruso actual como un legado de la URSS, arguyendo que no se pueden soslayar las luchas históricas en la construcción del pueblo ruso.
¿Putin podrá seguir siendo presidente?
Como sabemos, en Rusia una persona solo puede ocupar el cargo de presidente por dos períodos consecutivos, razón por la cual, de 2008 a 2012 Dmitri Medvédev fue formalmente el presidente de Rusia. Esta limitación seguirá existiendo, pero a consecuencia de una norma especial incluida enel conjunto de enmiendas, cualquier persona podrá presentarse a las elecciones de 2024, incluyendo Putin, quien ya se encuentra en su segundo mandato consecutivo desde 2012; ya que a partir de la entrada en vigor de la reforma, no cuentan los mandatos ejercidos con anterioridad.
Conclusiones
Aunque fue notable el esfuerzo de la mediática internacional en “reducir” o simplificar el debate, esta cita electoral trasciende de las disertaciones odiosas sobre los períodos presidenciales, ya que su núcleo programático concibe la cimentación de un ordenamiento jurídico distinto de cara al largo plazo, que permita la unión de los distintos pueblos que residen en Rusia y colocar a esta nación en el epicentro de la región oriental de Europa. Sin embargo, el liderazgo de Putin ha sufrido los embates de las sanciones y su efecto en la economía rusa; y, aunque goza de un gran respeto entre la población por la estabilidad brindada al país, se ha ido instalando en la agenda pública el debate de limitar el número de reelecciones y la “permanencia generacional” en las instituciones del Estado.
Por otro lado, en el seno del Kremlin y del partido Rusia Unida parece estar cobrando fuerza el debate de quién sucederá a Putin en la jefatura, cosa que el mismo Putin intentó zanjar al declarar en junio que “tenemos que trabajar, no buscar sucesores”; lo cual podría explicar el hecho de que contrario a la costumbre histórica, se haya recurrido de manera casi vinculante a la aprobación de la ciudadanía para la ejecución de esta reforma.
Al mismo tiempo, este paso histórico constituye el preludio de otras decisiones en materia geopolítica, energética, económica, social y demográfica que pudieran acelerar la reconfiguración del orden mundial, trasladando la hegemonía del Sistema Internacional de Occidente y a Oriente.
Este escenario demuestra además que la prosperidad de los pueblos no está atada únicamente a su poderío económico o militar, su crecimiento cualitativo y cuantitativo requiere el fortalecimiento y enriquecimiento de su identidad nacional, identificación de los patrones culturales que deben defenderse, así como el peso histórico que ejerce una mayoría étnica histórica en la consolidación de una nación, ratificando que las tesis de desarrollo basadas en la inversión internacional y apertura económica no son la única solución, sino uno de los muchos caminos que requieren los pueblos para su desarrollo.