Por: Orlando Becerra
En los últimos años surgió el debate sobre el “fin del ciclo” de los gobiernos de izquierda en Latinoamérica, pues quienes adversan a nuestros gobiernos tienen prisa para cambiarlos, incluso sin elecciones y haciendo uso de sus grupos mediáticos; empresarios, apátridas e injerencistas del imperio. Ahora bien, la realidad es que la izquierda en Latinoamérica se reproduce; siendo el socialismo la única ideología que se puede pensar para esta parte del mundo.
En Venezuela, Hugo Chávez llego al poder con elecciones, basado en el voto del pueblo y en democracia, con un proyecto político en el que el pueblo participativo, incluido y protagonista fuese empoderado de su futuro. Chávez propuso, en lo internacional, construir un mundo pluripolar y multicéntrico, y nos unió bajo la consigna de que otro mundo es posible; para luchar contra el desastre generado por el capitalismo a la humanidad. Frantz Fanon en su libro “Los condenados de la tierra” en 1983, escribe: “Durante siglos, los capitalistas se han comportado en el mundo subdesarrollado como verdaderos criminales de guerra. Las deportaciones, las matanzas, el trabajo forzado, la esclavitud; han sido los principales medios utilizados por el capitalismo para aumentar sus reservas en oro y diamantes, sus riquezas y para establecer su poder”. Ideas que ya Eduardo Galeano expresaba en “Las Venas Abiertas de América Latina”; y resulta que hoy, en pleno siglo XXI, este método del imperio permanece y se muestra en forma de sanciones, bloqueos, medidas coercitivas, guerras, robos, intervenciones.
Creemos que se agotó el periodo imperial, en el cual dos o tres países se creen los dueños del mundo. Ha terminado el periodo de la intimidación, un mundo multipolar se gestó, nació y se robustece. Los pueblos cada día asumen más su rol de conducción y protagonismo.
El sistema capitalista causa colapso, destrucción y corrupción, en virtud de que su esencia es la crisis; Anaya Gutiérrez, en su tesis sobre “La crisis del capitalismo y la coyuntura mundial” escribe: “El capitalismo es un sistema económico, social y político que por su propia naturaleza se desenvuelve a través de crisis periódicas tanto estructurales o sistémicas cómo cíclicas”; provocando desempleo, inflación, desabastecimiento y quiebre de empresas. Ahora por su parte el socialismo reduce la pobreza, atiende las necesidades de los pueblos en educación, alimentación, vivienda, salud y paz para el pueblo.
El socialismo avanza en el mundo, en América Latina vemos como retomamos espacios, Colombia se levanta con su pueblo y lleva a la presidencia a Petro, un hombre que cree en su pueblo. Por tanto, para lograr que los proyectos políticos, económicos y sociales sigan avanzando, cada uno con sus tiempos y características; se debe fortalecer la economía dentro de los sectores populares, obreros, campesinos y empresarios, pues a partir de la gestión económica, desarrollo, producción, valor agregado a la materia prima, transformación de las relaciones comerciales, nuevas redes mundiales de comercio, finanzas y tecnología; se crearán las condiciones mínimas para lograr el bienestar del pueblo, como dijo e hizo Chávez y continua Maduro; para vivir viviendo, vivir bien con dignidad, independientes y soberanos; así como se hará en Colombia, para vivir sabroso.