Trump firmó otra orden ejecutiva para evitar que se cierre, como estaba previsto, Tik Tok. La nueva orden le dice al fiscal general que se aplace el cierre, buscando negociar nuevos términos de esta plataforma que cuenta con la participación de 170 millones de estadounidenses
Sin duda alguna, a nivel global, Donald Trump es el centro de atención mediática en los medios tradicionales y las llamadas redes sociales.
Es donde mejor se maneja desde cuando, en los años 80 del siglo pasado, incursionaba en el mundo de los concursos de belleza y las peleas por títulos mundiales de boxeo.
Trump es lo que se conocía como un “showman”, alguien que cuando se encendían las cámaras de televisión, y llegaban los reporteros de prensa escrita y radial, se sentía en su salsa.
Era, es, un animal mediático.
Pero, ¿eso basta para manejar adecuadamente un país como Estados Unidos, para sacar adelante su proyecto?
Lo hemos dicho, su hablar ruidoso, lleno de aspavientos, sus frases amenazantes, son parte de un estilo para negociar.
Va de acuerdo con su personalidad. Él es así, pedante.
Pero así ha logrado ganar dos elecciones en Estados Unidos. Significa que un sector importante de la sociedad norteamericana, tan permeada por los medios, se siente a gusto con Trump, se identifica con su discurso.
Ese chauvinismo del que hace gala, ese ofrecimiento de volver a disfrutar de una hegemonía absoluta, lo engancha emocionalmente con sus seguidores.
Tengamos en cuenta lo siguiente, luego de perder las elecciones anteriores con Joe Biden, Trump siguió siendo un actor importante en la política norteamericana y global.
De hecho, aparecieron émulos políticos del actual mandatario norteamericano en todo el planeta.
Pero, volviendo al rubicundo mandatario, lo dijimos anteriormente, no es tan descaminado en su accionar, tiene sus razones, sus lógicas, como en el caso de Groenlandia, del Ártico, de Canadá.
Además, cuando él toca algunos temas es porque ya analizó el impacto que tendrá. Porque sabe que será respaldado.
Allí está el caso del Golfo de México, al que ya designó Golfo de América. En ese sentido es importante tomar en cuenta al profesor Alfredo Jalife-Rahme. Según el intelectual, el rebautizo del golfo de México por ‘Golfo de América’ fue lanzado desde hace 13 años en el Congreso de Misisipi mediante la enmienda legislativa BH150 por el demócrata Steve Holland, lo cual fue reportado en su momento por Fox News .
Recuerda que por alguna razón posterior, tanto geopolítica como doméstica electorera, la enmienda de marras fue congelada y ahora reapareció a unos días de la segunda asunción presidencial de Trump.
Jalife resalta dos aspectos: 1. Se trata de un proyecto bipartidista tanto de demócratas como de republicanos; y 2. No es una idea original de Trump, sino que es consustancial al irrendentista darwinismo geopolítico en boga: desde el ‘Gran Israel’, pasando por el neo otomanismo en Siria, hasta el «Gran EEUU» y su mantra de MAGA: Make America Great Again.
Señala que EEUU ostenta cinco estados fronterizos con el golfo de México: Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana y Texas.
Jalife refiere que hace 13 años advirtió que en la mira se encontrarían los pletóricos yacimientos de hidrocarburos en el golfo de México, que ya pensaban rebautizar como golfo de Estados Unidos, lo cual parece revivir el concepto del geoestratega estadunidense/holandés Nicholas John Spykman, para quien el «mar Mediterráneo de EEUU», un mare nostrum similar al del imperio romano, que integra la superficie del golfo de México/golfo de Estados Unidos (1,55 millones de kilómetros cuadrados) y del mar Caribe (2,754 millones de kilómetros cuadrados) que en su totalidad arrojan una superficie de 4,304 millones de kilómetros cuadrados.
Todo eso, los llamados laboratorios de ideas lo venían proyectando, porque ya veían con preocupación el ascenso del nuevo orden mundial, el crecimiento de Rusia y China.
Pero volviendo a Jalife, ya advertía que “el proyecto geopolítico expansionista del `Gran EEUU´que hoy Trump exhuma es una antigua política irrendentista bipartidista inherente al devenir de EEUU, donde tanto demócratas como republicanos a lo largo de los años han planteado diferentes estrategias con el objetivo de crear un `Lebensraum´ estadunidense, es decir, la búsqueda de un `espacio vital´ de seguridad para Washington que hoy, en la fase actual, se encuentra en franca decadencia”, sentencia Jalife.
Claro, con Trump hay un tema de estilos, de formas, pero es a lo que aspiran.
Hay, inclusive, contradicciones dentro del sistema. Trump pretende modificar algunos preceptos legales, constitucionales; pretende retroceder en algunas conquistas sociales, políticas.
Con Trump, a tenor de sus designaciones en cargos de confianza, entraría a gobernar una oligarquía de nuevo cuño. Ya sumó a los magnates de las comunicaciones, de la tecnología, lo que da una idea de como piensa gobernar, es decir, aturdiendo a los norteamericanos, al mundo, con mensajes y discursos. Manejando la opinión pública, creando tendencias.
Pero, ¿bastará?
Por lo pronto, empezando su mandato, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas.
Entre las primeras estuvo la que anulaba 78 acciones y órdenes ejecutivas y memorandos presidenciales aprobados por Joe Biden.
Otra donde prohíbe a los funcionarios del Gobierno violar la libertad de expresión so pretexto de combatir la desinformación.
Rubricó varias directivas para regular la administración pública. Por ejemplo, la exigencia para que los trabajadores federales vuelvan inmediatamente al trabajo presencial a tiempo completo. Trump aprobó una orden «a cada departamento y agencia del Gobierno federal para abordar la crisis del coste de la vida que tanto ha costado a los estadounidenses«.
Igualmente, firmó una orden para que las autoridades federales pongan fin al «‘armamentismo’ del Gobierno contra los adversarios políticos de la administración anterior».
Emitió indultos para quienes participaron en los disturbios del 6 de enero del 2021 en el Capitolio.
Trump declaró una «emergencia nacional» en la frontera entre Estados Unidos y México. A partir de ahí ordenó enviar tropas a la frontera sur.
Ordenó revisar el programa de admisión de refugiados y puso fin a la ciudadanía automática para cualquier persona que nazca en Estados Unidos.
Recalcó que la ciudadanía automática era «simplemente ridícula y está en un buen terreno legal para cambiarla”.
Otra orden fue la designación de los cárteles criminales como organizaciones terroristas.
«La gente quería hacer esto desde hace años… México probablemente no lo quiera, pero nosotros tenemos que hacerlo. Los cárteles están matando a nuestra gente, matan a 253.000 estadounidenses al año. No a 100, como se ha informado durante 15 años. Probablemente sean 300.000», enfatizó.
Cumplió su ofrecimiento de cambiar el nombre del golfo de México por el de golfo de América. El mandatario lo propuso empezando enero, aunque como hemos informado líneas arriba, ese es un proyecto que viene de antaño.
Trump firmó otra orden ejecutiva para evitar que se cierre, como estaba previsto, Tik Tok. La nueva orden le dice al fiscal general que se aplace el cierre, buscando negociar nuevos términos de esta plataforma que cuenta con la participación de 170 millones de estadounidenses.
Otra orden, que ha pasado por debajo de la mesa, pero que resulta muy importante, es la que suspende temporalmente, por 90 días, todos los programas de asistencia exterior de Estados Unidos durante 90 días, a la espera de revisiones para determinar si están alineados con sus objetivos políticos.
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Trump consagró como política oficial el reconocimiento de solo dos géneros: femenino y masculino. Se prohibirá a los transexuales competir en deportes femeninos, los procedimientos de reasignación de sexo y los programas para promover la ideología de género con financiamiento federal
Esto podría afectar el apoyo que desde la Casa Blanca brinda a opositores en países que les resultan incómodos. Allí se verían afectados, por ejemplo, la ultraderecha venezolana que tantos recursos recibe desde el norte. También los neo nazis ucranianos.
En esa vorágine, Trump firmó una orden ejecutiva para retirar su país de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Igualmente, firmó un decreto por el que retira a Washington del Acuerdo de París. Dicho acuerdo pretendía limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales.
Igualmente, Trump consagró como política oficial el reconocimiento de solo dos géneros: femenino y masculino. Se prohibirá a los transexuales competir en deportes femeninos, los procedimientos de reasignación de sexo y los programas para promover la ideología de género con financiamiento federal.
A eso se sumó el tema de los incrementos arancelarios. Las amenazas contra socios, aliados y los adversarios de siempre.
En realidad, nada nuevo.
Pero como toda acción genera una reacción, según la ley de Newton, sus decisiones generaron respuestas, y no muy agradables para Trump.
Es así como un juez federal bloqueó temporalmente la orden de Donald Trump, la que buscaba poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento.
John C. Coughenour es el juez que tomó la decisión en respuesta a demandas presentadas por los estados de Washington, Arizona, Illinois y Oregón, para quienes la Enmienda 14 y la jurisprudencia de la Corte Suprema han consolidado este derecho.
Esas demandas incluyen testimonios personales de fiscales generales que son ciudadanos estadounidenses por derecho de nacimiento.
Eso ya es un primer revés, empezando su mandato, para el locuaz personaje. Y se prevén más complicaciones.
Así lo ve también Dmitri Yevstáfiev, profesor de la Escuela Superior de Economía de Rusia, al afirmar que aunque las ideas de Trump son naturales, desde su óptica claro, no le serán fáciles de aplicar.
Cita, en primer lugar, el nivel de las relaciones con los socios europeos, porque «el Euroatlántico parece ahora una maleta con dos asas casi arrancadas: la estadounidense y la europea. Trump propone dividir el Euroatlántico, glosando el hecho de que Europa se está convirtiendo en un espacio de competencia con otras fuerzas en la periferia de la ‘Fortaleza América'» y allí encontrará dificultades.
Otro aspecto que debe enfrentar Trump es la polarización de la sociedad estadounidense y la falta de «coherencia socioideológica interna». Enfrenta al Estado Profundo, a las minorías que se identifican con la agenda Woke y eso podría ser desgastante. No olvidemos que las tensiones entre supremacistas y grupos que trabajan por la igualdad racial no han disminuido.
Un tercer escollo que ve Dmitri Yevstáfiev es el estatus de América Latina. Piensa que sin el control sobre sus recursos, la realización de la ‘Fortaleza América’ es poco probable.
«¿Hasta qué punto tiene EE. UU. en su estado actual los recursos para controlar el desarrollo económico de la región, y menos aún el político? Esto hace inevitable un retorno al enfoque tradicional, en gran medida colonial, hacia América Latina. Queda la cuestión de las herramientas del nuevo neocolonialismo: es poco probable que las empresas transnacionales clásicas funcionen en esta nueva situación«, dijo.
¿América Latina se plegará totalmente a su agenda? Personajes como Milei seguro que sí, pero, ¿y los demás? Sobre todo por la importante presencia China en la región.
Una dificultad final es el estado en que se encuentren las instituciones occidentales hoy en día.
Y es que la implementación del proyecto geopolítico de Trump será imposible sin reformatear el sistema financiero global, si no impide que disminuya la influencia del dólar. Se están dando cambios en el mundo y podrían explotarle en la cara.
«Sin las finanzas centradas en el dólar, la hegemonía estadounidense no puede existir; su crisis provocará graves consecuencias dentro del propio Estados Unidos«, advierte Yevstáfiev.
Y esta probable crisis tendría sus daños colaterales en Europa. Sobre todo porque ha quedado muy mermada luego del triunfo ruso en la guerra contra la OTAN en Ucrania.
Desde la óptica de Eduardo Irastorza, profesor de The Business School, Trump ya marca el sendero que llevará al fin de la guerra de Ucrania.
«EEUU necesita despejar variables en su estrategia geopolítica y Rusia necesita tranquilidad para crecer y ocupar su posición en Europa”.
Según se ve, existen muchos principios y valores que animan a Putin y Trump. Ellos están más cerca de lo que muchos piensan.
Irastorza cree que Europa tiene daños devastadores en su interior, que existen dos mundos dentro de ella: el dirigido por Bruselas, que ha jugado a un intervencionismo; y una Europa pragmática que ve cómo se reduce su papel en el mundo.
«A Europa le va a costar más que a Ucrania recuperarse de la guerra con Rusia. Europa sale de la guerra derrotada ideológica, cultural y militarmente y dependiente de EEUU. Europa no cree en Europa”, señala.
En América Latina las cosas son diferentes, allí no existió la total genuflexión de sus líderes con la Casa Blanca. Las tradicionales posturas antihegemónicas, antiimperialistas, de Venezuela, Cuba, Nicaragua, hoy encuentran otro matiz en México.
Este México amenazado, hostilizado, ha tenido una respuesta digna, inteligente. Con serenidad, pero firmeza, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, recordó que cuando estuvo el presidente López Obrador llegó a un buen entendimiento con el presidente Trump, y por eso piensa que hoy llegarán a un buen entendimiento.
«Pero de todas maneras, que se oiga bien, que se oiga lejos: México no es colonia de nadie, no es protectorado de nadie, México es un país libre, independiente y soberano«, señaló.
Ante los señalamientos de Trump y sus allegados, Sheinbaum recalcó que el pueblo de México no solo ha sacado adelante a la economía de su país, sino también la economía de Estados Unidos.
«¿Qué, a poco tendrían comida en la mesa los estadounidenses si no fuera por las mexicanas y los mexicanos?». «¿Qué sería de Nueva York sin los mixtecos, las mixtecas? Por eso le decimos ‘Puebla York’, porque allá trabajan en los servicios, trabajan en la construcción. En EE. UU. 7 u 8 de cada 10 trabajadores del campo son de origen mexicano«, aseveró.
No sólo eso, los mexicanos que trabajan en EE. UU. envían a sus familias a México el 20 % de lo que ganan, el otro 80 % se queda en Estados Unidos donde gastan su dinero y pagan impuestos.
La prédica de la mandataria, su firmeza ha tenido buenos resultados. Ya Trump envió emisarios para dialogar.
Que diferencia con Canadá. Es que a los frágiles a los que no son soberanos, no se les respeta.
Respecto a Venezuela, ya se habla de negociaciones, se habla de emisarios que conversan con funcionarios bolivarianos. Trump en su anterior mandato ya aplicó presión a Caracas, ya el Gobierno Bolivariano las sorteó. La diferencia está en que, hoy, en 2025, la economía venezolana, su realidad política y social, es más favorable que en 2017, 2018, 2019.
Hoy el nivel de alianzas de Caracas con otras potencias globales como Rusia y China son más eficientes y favorables.
¿Qué más podría hacer Trump contra Venezuela si ya existen más de mil medidas coercitivas?
Lo que podría hacer, sobre todo tras los fracasos de la ultraderecha venezolana, es conversar con Nicolás Maduro y ver que beneficios podrían tener ambas partes.
Por cierto, tras la asunción de Trump, los líderes de Rusia y China se reunieron, a través de una videoconferencia,
Putin señaló que las conversaciones a principios de año entre él y Xi ya se han convertido en una bonita tradición. Reiteró que los lazos entre ambos países son autosuficientes, independientes de los factores políticos internos y de la actual coyuntura mundial.
Consideró que el 2024 fue un año fructífero para ambos países, que ambos países coordinan sus pasos en diversas plataformas multilaterales, como en las Naciones Unidas y en su Consejo de Seguridad; en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS); en el Grupo de los Veinte (G20) y en la Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Por su parte, Xi Jinping confirmó que las relaciones entre Moscú y Pekín, se basan en la buena vecindad y amistad, la interacción estratégica integral y la cooperación mutuamente beneficiosa.
Agregó que esa amistad viene adquiriendo “nueva vitalidad y actualmente se mantiene una fuerte tendencia ascendente en el comercio«.
Ambos líderes saben con quien van a lidiar en los próximos años. ¿Va a intentar más sanciones, bloqueos, aranceles contra Rusia y China?
Ya ellos saben lidiar con ellas. De hecho, están más fuertes. Rusia pese a la guerra contra la OTAN y China pese a la guerra comercial.
Trump puede ser todo lo fanfarrón que desee, pero hay otras potencias, otros países dignos, que tienen como responderle. Ya recibió un primer revés interno. Se avizoran más. Deberá negociar.