Hace 207 años, nació en Cúa Ezequiel Zamora. Vio la luz el 1° de febrero de 1817, cuando Simón Rodríguez tenía 47 años, Simón Bolívar 33 y Antonio José de Sucre, 22. Venezuela estaba arrasada por las cruentas luchas independentistas. Su padre, Alejandro Zamora luchó con el Libertador. Su madre, la maestra Paula Correa organizó a las mujeres para apoyar la causa patriota.
Zamora es raíz de la revolución bolivariana, porque para él “la propiedad es un robo cuando no es consecuencia del trabajo”. Sobre esto explica: “…no es lo mismo la propiedad del Marqués de Pumar que las propiedades de los vegueros de El Totumal…”. Para Zamora, “La tierra no es de nadie, es de todos en uso y costumbres, y además, antes de la llegada de los españoles la tierra era común, como lo es el aire, el agua y el sol”, por eso debemos secuestrar “los bienes de los ricos porque con ellos hacen la guerra al pueblo”.
Zamora es claro: “Venezuela no será patrimonio de ninguna familia ni persona”. Su propuesta es un país en el que “No haya pobres ni ricos, ni esclavos ni dueños, ni poderosos ni desdeñados, sino hermanos que sin descender la frente se traten bis a bis, de quien a quien”. Para ello comandó un importante movimiento militar insurgente en contra de la élite antibolivariana que instauró en Venezuela la Cuarta República.
El 10 de diciembre de 1859, Ezequiel Zamora derrota al enemigo. El método empleado por Zamora en la batalla de Santa Inés fue la guerra de guerrillas que consistía en un ejército de campesinos (por esto usaba sobre su sombrero de cogollo el quepis militar) y su plan era un ingenioso sistema de trincheras que ofrecerían bravía, pero efímera resistencia a los soldados conservadores, con la finalidad de hacerles creer que tendrían una fácil victoria y así conducirlos a una trampa mortal en Santa Inés.
Para Simón Rodríguez “plan es lo que se ve, de un golpe, en una extensión superficial, y, por comparación, la disposición de los objetos que entran en una composición material o mental. La delineación de un plan material se llama plano”. Estas definiciones que hace nuestro visionario caraqueño en 1849 tienen mucha importancia en la seguridad y defensa de la Patria.
En el año 1879 comenzó a utilizarse en la Academia Militar de Venezuela el Manual de Método de Dibujo Topográfico de Diego Casañas como texto oficial por disposición del general Antonio Guzmán Blanco. Allí nuestros militares aprendían la representación de los distintos cuerpos armados, el diseño de croquis y planos de batallas. Es tan relevante el dibujo topográfico en la ilustración de la táctica e historia militar que el plano que realizó el ingeniero José Ignacio Chacquert de la Batalla de Santa Inés es de riguroso estudio en muchas escuelas de defensa y seguridad de la nación por su alto rigor estratégico y táctico.
Esta victoria significaba “la tumba militar de la oligarquía porque el paso siguiente era el control de Caracas, planificado para febrero de 1860”. César Rengifo en su obra Un tal Ezequiel Zamora, recrea ese año con unas palabras que le dice Don Elíseo a Mérez, joven brigadier descendiente de las más distinguidas familias del país: “¡Qué sería de Venezuela si esa gente entra triunfante a esta ciudad! ¡Pobre Caracas! ¡Las hordas de Atila! ¡Las doncellas y las matronas de la aristocracia caerían víctimas de esos nuevos hunos!”.
El 10 de enero de 1860 a Ezequiel Zamora lo asesina una bala dirigida por el sargento Morón, guiado por órdenes de Juan Crisóstomo Falcón y Antonio Guzmán Blanco. El periodista e historiador Juan Vicente González, en rastrera posición de intelectual al servicio de la oligarquía, escribió en El Heraldo “bendita sea la bala, bendita sea la mano que la dirigió y acabó con el monstruo”.
El pueblo ganó la Batalla de Santa Inés, pero no la guerra. Zamora tenía 43 años de edad cuando fue asesinado. Bolívar 47 cuando muere en Santa Marta. Sucre 35 cuando es ultimado en Berruecos, jóvenes todos, mártires de la Patria. Todos renacieron el domingo 6 de diciembre de 1998 al ganar Chávez las elecciones presidenciales y hoy son millones.
Hoy, cuando el pueblo venezolano sabe que la Oficina de Servicios de Investigación del Congreso de Estados Unidos admitió que las sanciones contra Venezuela fallaron, ya que no permitieron “desalojar a Maduro y contribuyeron a una crisis económica en el país que ha provocado la huida de 7,7 millones de venezolanos”, como señala el documento publicado el 24 de enero de 2024, el cual agrega que desde 2005, el coloso del norte ha impuesto sanciones a personas y entidades venezolanas congelando todos los bienes e intereses en propiedades de PDVSA sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos; ha prohibido a personas estadounidenses realizar transacciones con PDVSA, ha sancionado al Banco Central de Venezuela, al Banco Nacional de Desarrollo y a la empresa estatal de oro Minerven; debemos emular a Zamora en estos tiempos de guerra asimétrica.
Estamos en un año electoral. Año en que nos enfrentamos a la ExxonMobil y a todo un modelo civilizatorio decadente occidental. Año en que debemos apuntar a la modernización de métodos y técnicas de producción para concretar la diversificación económica, inscritos en el nuevo modelo exportador. Año en que debemos expandir la doctrina bolivariana en sus dimensiones políticas, científicas, culturales, educativas y tecnológicas ante las amenazas que se ciñen contra Venezuela. Año en que debemos orientar a perfeccionar el modelo de convivencia ciudadana, así como la garantía de la justicia, disfrute de los derechos humanos y defensa de la paz social y territorial. Incluye, asimismo, la salvaguarda y desarrollo de la Guayana Esequiba. Año en que debemos acelerar la recuperación del estado de bienestar, las misiones y grandes misiones en una estrategia que, al mismo tiempo, afiance los valores del socialismo. Año en que debemos avanzar en la consolidación de la democracia directa con ética republicana; a través de un profundo proceso de repolitización. Año en que debemos destinar a sumar acciones para combatir la crisis climática, promover consciencia y proteger el pueblo del impacto ambiental, así como salvaguardar la Amazonía y las reservas naturales de la voracidad del capitalismo. Año en que debemos plantear la reconstrucción de la integración latinoamericana y caribeña, fortalecer los BRICS y avanzar en alianzas estratégicas con países emergentes para contribuir con el nacimiento del mundo multipolar y pluricéntrico.
El 21 de mayo de 1859, Ezequiel Zamora arenga a barineses y apureños para reconstruir la República de Colombia creada por Bolívar: “La Patria os tributa el más sentido reconocimiento por el denuedo, actividad y abnegación patriótica con que habéis volado al combate para rescatarla de la dictadura y elevarla al rango y dignidad de Nación de primer orden, que, por la estabilidad, prosperidad y adelantada civilización, le prepara la Federación Colombiana, consecuencia natural y resultado precioso de nuestros esfuerzos y sacrificios”.
Nicolás Maduro Moros tiene un plan, una estrategia, porque como dijo Simón Rodríguez en su Defensa de Bolívar en 1830: “la táctica de un comandante en jefe es evitar peligros y asegurar la victoria”. Estamos ganando esta guerra híbrida a un alto costo.
¡Ezequiel Zamora vive! ¡Viva la Patria!