
Por: Agustín Otxotorena
La seguridad que se vive ahora hace que zonas degradadas y abandonadas, en la que un turista no ponía un pié hace cuatro años ahora se recuperen por la alcaldía, se rehabiliten, se pinten y pongan limpias y bonitas, vestidas con murales para los «tours turísticos» por el barrio, organizados por el «consejo comunal», donde te enseñan las casas rehabilitadas, preciosas, como en La Pastora, donde unas burriquitas encarnadas por alegres abuelas escoltan a los turistas, quienes descubren una ciudad desconocida, como el museo del gran pintor Arturo Michelena, la casa del beato José Gregorio Hernández, iglesias y plazas inmortales, negocios y pastelerías con sabores heredados de tiempos olvidados, cafés hechos por la comuna, y lugares históricos. Rutas turísticas que se recorren con la compañía de la gente del barrio, maravillosa, cálida, amorosa.
Lo más bonito, sin duda, es el orgullo recuperado de sus habitantes, quienes te muestran con satisfacción su barrio impregnado de la dignidad colectiva, de su pertenencia.
Es realmente, una experiencia imborrable que también se vive en otros barrios como San Agustín, Petare, Catia, etc…
Claro que Venezuela, de la mano del gobierno chavista ha cambiado.
Ahora la gente del «Este de Caracas» paga por visitar el oeste, y disfruta de paseos por las antiguas «zonas rojas» y así, por primera vez, descubren cómo es su país.