Por Verónica Díaz
El pasado 31 de enero el coronel retirado Oswaldo Valentín García Palomo fue capturado cuando se disponía activar un golpe de Estado contra el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro. En rueda de prensa realizada el pasado jueves 7 de febrero, el titular de Comunicaciones, Jorge Rodríguez, mostró las pruebas del plan desestabilizador activado por los Gobiernos de Estados Unidos y Colombia.
“El vehículo en el que se desplazó García Palomo hacia nuestro país fue puesto por la inteligencia venezolana”, detalló el ministro Rodríguez.
Se trata, explicó, de un plan de golpe continuado, cuyas acciones se remontan a mayo de 2018 en el marco de las elecciones presidenciales y al magnicidio en grado de frustración ejecutado el 4 de agosto de 2018.
“Este golpe militar gestado por Santos intentaba, violando la Constitución, impedir que el pueblo se expresara en la urnas electorales el domingo 20 de mayo de 2018 (día en el que se celebraron las elecciones presidenciales)”, denunció Rodríguez.
Desde Cúcuta, García Palomo coordinó el golpe, también se supo que pese a la petición de captura a la Interpol, el prófugo posee numerosas entradas a Miami.
En vista de la gravedad de sus confesiones luego de ser capturado, la Fiscalía venezolana aprobó mostrar a los medios parte de sus revelaciones.
“Olvídense de las operaciones humanitarias, todo es una patraña y una mentira ya que la intención real de la administración de Donald Trump, John Bolton, Marco Rubio y Mike Pence, es la agresión militar contra Venezuela», confesó.
En su testimonio, sometido a la prueba del polígrafo, reconoce que contactó en Colombia a un funcionario de la Central Intelligence Agency (CIA): “En Colombia me reuní con (el empresario venezolano) Parsifal de Sola y un policía nacional de ese país, quienes me dieron apoyo”.
Ellos hacen su trabajo de conexión, militares, amigos de ellos, lo que permite armar un grupo importante para realizar la operación militar (…) los objetivos principales eran la Carlota, el Palacio Presidencial y la Red de Comunicaciones de Caracas (capital)”, acotó.
Su entrenamiento se realizó en Colombia y Osmán Alexis Delgado Tabosky fue uno de los financistas de los equipos terroristas para efectuar el magnicidio frustrado contra el presidente Nicolás Maduro.
El ministro Rodríguez precisó que en lo que respecta a la más reciente operación, el objetivo de derrocar al presidente Maduro debía concretarse el 27 de enero, luego el 31 de enero y finalmente el 3 de febrero, pero las acciones fueron frustradas.
Borges implicado
García Palomo señaló al exdiputado opositor venezolano, Julio Borges, como uno de los principales organizadores de los planes contra el mandatario Nicolás Maduro.
“Él (Borges) dijo que estaba dispuesto a todo para salir del gobierno venezolano. Yo le dije que contara conmigo y que me diera sus contactos militares, uno de ellos era Fernando Albán», dijo García Palomo.
Las investigaciones de las autoridades venezolanas permitieron determinar que mientras Borges estaba sentado en los diálogos con el Gobierno Bolivariano en República Dominicana, paralelamente organizaba el magnicidio del presidente Maduro. Fue por eso que finalmente se negó a firmar el acuerdo político alcanzado y que sentaría bases para las elecciones presidenciales de mayo.
También se conoció que habría participado en el intento de magnicidio, el teniente coronel Ovidio Carrasco Mosqueda, quien se desempeñaba como jefe de la Dirección de Comunicación de la Guardia de Honor Presidencial del Palacio de Miraflores. Carrasco Montera fue detenido y degradado, ya que se determinó que era quien ofrecía información sobre las actividades presidenciales y las relaciones de altos funcionarios del Gobierno Bolivariano.
Carrasco Montera también identificó como principal cabecilla del intento de magnicidio frustrado a Borges, con quien se reunión en varias oportunidad.
Igualmente habrían participado Luisa Ortega Díaz, Rafael Ramírez, Miguel Torres, Fernando Albán y del expresidente colombiano, Juan Manuel Santos.