- Muy buenos días. Hoy nos acompaña en el estudio un aborrecible representante del chavismo. Un impresentable personaje que reúne todos los antivalores de igualdad, justicia social, solidaridad y todas esas estupideces en las que creen los socialistas en su errónea concepción de un mundo en el que no existan las desigualdades que son naturales. Se trata de un despreciable ser a quien nos proponemos humillar y exponer al desprecio y al odio público en vista de que sus ideas, sus opiniones y su posición política son distintas a las nuestras, a las del medio al cual le vendemos nuestra fuerza de trabajo y a las de los patrocinantes de este programa de entrevistas imparciales, objetivas, respetuosas y equilibradas. Bienvenido doctor Distinto a Mí.
- No sé si agradecerle la invitación o demandarle por difamación e injuria. En todo caso, espero podamos conversar en un clima de tolerancia.
- Déjese de rodeos y comience por pedirle perdón al pueblo por ser chavista.
- Insisto en recordarle que no vine a su programa a recibir insultos.
- No evada la pregunta.
- ¿Cuál pregunta?
- La que yo quiero que usted responda como yo quiero.
- Entonces, hágame una pregunta y no opine por mí.
- ¿Se arrepiente de ser chavista?
- Todo lo contrario: me siento orgulloso de serlo.
- Pero no me va a negar que las mujeres chavistas son bien feas…¡Ah!¿ah!¡ah!
- Eso depende de su concepto de belleza. Además, la belleza no tiene nada que ver con la militancia política.
- ¡Cómo que no! ¡Ahí tiene usted a María Corina y a Lílian! ¡Son mujeres bellas! ¡Ah! ¡ah! ¡ah!
- En base a los patrones culturales impuestos por occidente son bellas y seguramente es así. Pero no más bellas que una negra de labios gruesos y pelo ensortijado. En el chavismo admiramos la diversidad de la belleza y tenemos mujeres muy hermosas de todos los tipos y colores.
- Doctor Distinto a Mí: ¿por qué los chavistas son tan ordinarios? ¡Ah! ¡ah! ¡ah!
- Utiliza usted el lenguaje clasista de la derecha, que es el de la burguesía.
- Se comportan como animales, no saben comer con cubiertos. ¡Ah! ¡ah! ¡ah!
- El lenguaje clasista ha pretendido estigmatizar palabras como “colectivo”, “patria”, “bolivariano” y “chavista” y hacerlas aparecer como sinónimos de algo negativo. A los grupos terroristas de la oposición los califica de “sociedad civil” y a los golpistas les llama “defensores de los derechos humanos”, pero a los movimientos políticos de la Revolución los tilda de “hordas” y a sus militantes de “chusma”.
- Pero no me va a negar que Maduro es más ordinario que mondongo en copita. ¡Ah! ¡ah! ¡ah!
- Lo mismo decían de Chávez. Es una de las estrategias del imperialismo para descalificar a los líderes de gobiernos que no se pliegan a sus intereses.
- Se nos acaba el tiempo, doctor Distinto a Mí. Ya para concluir esta desagradable entrevista imparcial, objetiva, respetuosa y equilibrada, con una persona que lamentablemente, como usted, ha tomado el mal camino, espero que esté de acuerdo conmigo y con toda la comunidad internacional en que Maduro es un dictador. ¿Verdad que sí? ¿Verdad que es más malo que Hitler, Mussolini, Franco, Videla, Pinochet y Lex Luthor juntos? ¿Verdad que el bigote de Maduro es postizo? ¿Verdad que no se cepilla los dientes? ¿verdad que es dueño del Sambil? ¡Responda! ¡Ah! ¡ah! ¡ah!
Armando Carías