Venezuela, 03-06-2018.- El Frente de Luchadores Sociales Francisco de Miranda (FFM) surgió el 29 de junio del año 2003, por iniciativa de los Comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro, tras una visita a la Escuela de Luchadores Sociales de La Habana, Cuba. Allí ambos líderes reconocieron la necesidad de dotar a la Revolución Bolivariana de un sólido núcleo de actores sociales efervescentes que impulsaran desde las bases, el profundo proceso de transformación para la construcción socialista. Saludamos un nuevo aniversario de este heroico frente y reiteramos la necesidad, hoy más que nunca, de mantener en alto con su ejemplo el legado político de estos dos gigantes.
El camino de la Revolución es infinito. Como nos sigue diciendo nuestro invicto y eterno Comandante, justamente en su discurso al cumplirse el primer aniversario del FFM: “…el inicio de una Revolución no puede planificarse, pero sí se puede o se debe planificar su tendencia, su dirección, su ritmo, sus fases”.
Chávez nos enseñó que “los planes nuestros generalmente deben alimentarse con los planes del adversario, no estamos jugando solos, ni a nivel interno nacional ni a nivel internacional”.
Nuestra Revolución Bolivariana que inició de manera pacífica y democrática a principios de este siglo XXI como un faro de liberación en la lucha antiimperialista y antineoliberal, atraviesa ahora una coyuntura extraordinaria. Estamos en el momento de mayores amenazas tanto en el ámbito interno como en el externo. De nuestro destino, no debemos nunca olvidarlo, depende el futuro de la paz y la prosperidad de toda Nuestramérica, desde el Río Grande hasta la Patagonia.
La reciente gira del vicepresidente Mike Pence a América Latina, tuvo como meta intimidar a los países hermanos para arreciar el ataque y tratar de derrocar al Gobierno Bolivariano. El imperio busca alianzas tácticas para revertir los avances alcanzados y desmantelar proyectos de integración estratégicos como el Alba, Unasur, Petrocaribe. Estamos seguros que la conciencia adquirida hasta ahora por los pueblos latinocaribeños y sus dirigentes, impedirá que retrocedamos a la época en la que fuimos considerados el patio trasero de Washington.
Necesario es que estudiemos las características y tomemos conciencia de la ofensiva contrarrevolucionaria imperialista a la cual está siendo sometida toda nuestra región, en especial nuestra amada Venezuela, para hacernos flaquear e intentar destruirnos.
Debemos estar claros, por encima de todas las batallas que libramos a diario contra la especulación, el reformismo, el burocratismo, la corrupción, que jamás podemos perder el rumbo. Y nadie debe dudarlo, estamos construyendo la victoria necesaria para consolidar nuestro Socialismo Bolivariano; aún falta mucho para lograrlo, pero será, más temprano que tarde, nuestra gran victoria ante la guerra económica y el intento de restauración neoliberal en nuestro país: llegaremos hagan lo que hagan nuestros enemigos, al punto de no retorno de nuestra Revolución Bolivariana.
Se están haciendo desde todos los niveles de la gestión gubernamental los mayores esfuerzos para, en medio de la crisis estructural del capitalismo y de las sanciones financieras impuestas, establecer un verdadero sistema económico que optimice la producción, que genere las riquezas necesarias y proporcione a todos sin excepción los medios materiales para una vida digna. Al mismo tiempo, se debe acelerar la formación integral del nuevo ciudadano, la nueva ciudadana, para asegurar, con los bienes materiales, los valores humanistas que, como dijo Bolívar, aseguren a todos y a todas “la mayor suma de felicidad posible”.
Tras el triunfo electoral del 20 de mayo, la dirección revolucionaria se siente comprometida y obligada a no defraudar la confianza depositada por el pueblo en nuestro proyecto político y especialmente en nuestro partido, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
La continuidad de este proceso de liberación nacional que iniciamos con el Comandante Hugo Chávez a la cabeza, debemos garantizarla ahora, en este complejo panorama, y es esa la razón principal, en esta nueva etapa, del IV Congreso del PSUV.
Por ello, iremos a la búsqueda de los mejores cuadros para acompañar al pueblo en esta gesta heroica, en este compromiso histórico de preservar el bien más preciado que hemos conquistado, nuestra independencia. Allá donde haya debilidad, incomprensión, vacilaciones, desmoralización, pesimismo, allá tenemos que ir. No podemos permitir que la brutal guerra psicológica y la desinformación, desvirtúe la voluntad de un pueblo que decidió ser libre y soberano y no retrocederá ni renunciará a la utopía de crear esa sociedad justa, libre y verdaderamente democrática que decidimos comenzar a edificar hace casi 20 años. Para ello es fundamental la restructuración profunda, desde sus bases, del PSUV.
Debemos ser capaces de garantizar que el cuerpo de la Revolución que nos legó el Comandante Chávez, funcione armónicamente, para poder asegurar que las generaciones que vienen detrás estén preparadas y listas para continuar el camino de consolidar y expandir el horizonte para el logro de nuestro objetivo fundamental: la construcción del Socialismo Bolivariano. Tenemos que potenciar más que nunca la infinita capacidad de crear y actuar de nuestra Revolución, y con mucho coraje y mucha conciencia, enfrentar esta batalla de largo aliento.
Hay que fortalecer los dos pilares fundamentales de nuestra causa: la calidad revolucionaria y la eficacia política. En esta guerra injusta y criminal que el enemigo ha desatado contra el pueblo, nuestra organización debe ser un gran ejército de hombres y mujeres conscientes, armados en lo individual y lo colectivo con la mayor suma de esas dos variables: cada día más alta la calidad revolucionaria y cada día más alta la eficacia política para poder alcanzar el objetivo estratégico de este proceso histórico: la utopía concreta robinsoniana.
Una vez más, ratificamos la certeza de que solo unidos seremos invencibles. Vamos pues, como dignos herederos del Comandante Chávez, a sumergirnos en las catacumbas del pueblo, con humildad, con oído receptivo, con espíritu crítico, pero en especial autocrítico. Seamos útiles a la Patria desde el lugar en que nos encontremos, trabajemos sin descanso y luchemos hasta vencer¡¡.